Todo yace en oscuridad. El único sonido que escucho es el de mis pasos en la penumbra sin saber hacia dónde debo llegar.
Mientras camino sin rumbo en la negrura, comienzo a escuchar el eco de voces en inicio irreconocibles hasta que el primer destello de luz aparece.
Una hilera de imágenes y susurros avanza ante mí con la fuerza de un huracán. Son demasiadas...
Siento que mi cabeza está por explotar.
-¡Basta!-grito intentando cerrar mis ojos. Pero una fuerza invisible jala mis párpados haciendo que continúe viendo aquel caudal de información a la fuerza.
-¡Basta! ¡Basta!-imploro
Las imágenes se frenan bruscamente y yo quedo en medio de ellas.
Ante mí yacen diversos recuerdos en forma de foto. La mayoría solo parecen borrones hechos con una goma barata en un blanco papel que ha perdido su elegancia.
¿Pero qué es esto?
Hay cinco "fotos" en especial que aun conservan su fresca textura. Me acerco y las veo con detenimiento; la primera muestra de fondo un bosquecillo otoñal donde yace mi familia en un día de campo. Me muevo hacia la siguiente "foto" que muestra a una pequeña entregándome un oso de peluche cosido de una oreja. Mi querida hermana.
Puedo sentir como mis labios esbozan una sonrisa ante estas dos imágenes que hacía tiempo creía olvidadas.
Al moverme a la tercera imagen una punzada se apodero de mi corazón.
Ahí se encontraba congelado el momento exacto en que había mentido a la persona más importante de mi vida diciéndole que volvería y nos alejaríamos de todo este mal.
Aunque deseara negarlo. Ese recuerdo estaba ahí, abofeteándome por mi mentira.
La imagen se desvaneció y dio paso a la cuarta "foto"
El dolor se volvió más agudo.
Ante mí yacía el momento exacto en que Adalid había sido herida y yo como vil cobarde huí mientras ella me pedía ayuda...Por más que lo intente, aquel instante quedado grabado.
Pude sentir como las lágrimas recorren mis mejillas y la rabia crecía dentro de mí al tener este golpe de realidad que hacía tiempo pensaba olvidado.
Le doy la espalda a la imagen cerrando mis puños y miro el oscuro suelo.
-¿Porque me obligan a ver esto?
Todo el lugar es envuelto en un gran destello y debo cubrir mis ojos con mis manos para evitar quedar ciego.
-¿Prefieres quedarte en la penumbra de la ignorancia o afrontar tus problemas como un hombre?-pregunta una voz en la nada
-¿Quién eres?-digo intentando ubicar al dueño de aquella voz.
-Lo único que puede salvarte de la perdición...
En cuanto ese idiota cayo inconsciente le ordene a Crewl que revisara a Adalid sin embargo tanto él como Sariel estaban sorprendidos ante lo que había hecho -no sé que era pero estaban muy sorprendidos-
-¿Porque me ven así?-pregunte indignada
-Nunca pensé que tú...-dice Crewl aun con sorpresa
-Bueno ¡ya!-digo mientras doy palmadas para hacerlos reaccionar- Muévanlas que tenemos que revisarla y también a ti Sariel.
Los chicos se mueven a paso torpe sin saber que hacer mientras me siento a un lado de mi amiga contemplando su rostro fatigado y descolorido.
Siéndoles franca me alegra saber que está viva y que no se ha rendido ante ese horrible veneno, pero el verla dormitando ante su lucha reciente hace que en mí nazca la sensación de que no contemplo a una joven sino a un cadáver que yace en un plácido sueño.
-¡Oye Arurak necesito ayuda!-grita Crewl desde el cuarto de baño.
Me levanto a regañadientes para asistirlo pero un horrible mareo provoca que caiga al suelo por unos momentos.
Sariel acude de inmediato en mi ayuda
-¿Te encuentras bien?
-Sí, tranquilo.-digo intentando incorporarme
-Tienes que descansar. Te esforzaste mucho hoy.-responde él con ternura
-Claro que no lo haré. Ya dormí demasiado después de haberte curado.
Sariel toma mi mano con elegancia y la besa con delicadeza.
-Y estaré en deuda contigo por tal acción que has tomado.
Sentí como mi rostro se ponía colorado ante tan diestras palabras. Siento que él lo noto pues enseguida sonrío y me ayudo a mantener el equilibrio una vez me hube incorporado.