🎉Esa noche, Aneth decidió que Sam necesitaba despejarse un poco. Después de días llenos de confusiones y miradas incómodas, era momento de que el pequeño conejo diera un salto fuera de su zona segura.
— Sam, ¿quieres venir conmigo a un club de fiesta? — preguntó con una sonrisa pícara, mientras lo esperaba en la puerta del campus.
Sam la miró con ojos enormes, casi como si le hubieran preguntado si quería saltar al vacío.
— ¿Un club de fiesta? ¿Pero... no es muy ruidoso? ¿Y la gente... baila mucho? — dijo tímidamente.
Aneth rió.
— Sí, es ruidoso, sí bailan mucho, pero prometo que estaré contigo todo el tiempo.
— No sé... no estoy acostumbrado a eso... — Sam bajó la mirada, apretando las manos. — ¿Y si me siento incómodo?
— Pues yo te cuidaré, y si te sientes mal, nos vamos.
Sam asintió, un poco nervioso pero confiando en ella.
Al llegar al club, la música retumbaba en el pecho y las luces de colores parpadeaban sin parar. Sam se aferró a Aneth, sus ojos brillando con una mezcla de asombro y miedo.
— Tranquilo, conejito, solo déjate llevar un poco. — Aneth le susurró al oído.
A medida que la noche avanzaba, Aneth le presentó a algunos amigos y le mostró algunos pasos de baile sencillos, tratando de hacerlo reír y relajarse.
Sam no podía creer lo diferente que era ese mundo: tan ruidoso, tan vibrante, tan fuera de su zona segura.
Pero con Aneth a su lado, por primera vez, se permitió soltar un poco.
— Esto no está tan mal... — murmuró.
Aneth le sonrió, satisfecha.
— Ya verás, Sam. Esta noche es solo para ti.
Pero en el fondo, Aneth sabía que el mundo que se abría para Sam era mucho más complicado que una simple noche de fiesta.
Y que muy pronto, alguien más iba a querer bailar cerca de él.
🔥: Una mano inesperada
La música electrónica retumbaba fuerte, y las luces de colores se mezclaban con la neblina artificial. Sam estaba en la pista, intentando seguir el ritmo mientras Aneth bailaba cerca, cuidándolo con una sonrisa.
De repente, mientras Aneth movía las caderas al ritmo, sintió una mano firme posarse en su cintura. Giró la cabeza y encontró la mirada intensa de Nick, quien estaba demasiado cerca.
— ¿Creías que podrías escapar tan fácil? — susurró Nick con voz baja y cargada de intención.
Antes de que Aneth pudiera reaccionar, Nick inclinó la cabeza intentando besarla. Ella dio un paso atrás, firme.
— Nick, bájate de inmediato. — dijo con voz firme y fría.
Nick sonrió con arrogancia.
— Vamos, Aneth. Solo quería recordarte quién siempre estuvo ahí para ti.
Aneth apartó la mano de Nick con un movimiento rápido.
— Eso ya no importa. Déjame en paz.
Mientras tanto, Sam, sin entender del todo la tensión, solo veía a Aneth alejarse un poco y a Nick retroceder, con una expresión seria.
Sam no sabía lo que acababa de pasar, pero el ambiente cambió de inmediato. La música seguía, pero la sombra de Nick parecía más densa.
Aneth respiró profundo, tratando de calmarse.
— Vamos, Sam. Sigamos disfrutando. — dijo, aunque su voz tenía un tinte de advertencia.
Sam la miró con preocupación.
— ¿Está todo bien?
— Sí, no te preocupes. — respondió Aneth con una sonrisa forzada.
Pero sabía que Nick no se rendiría tan fácilmente.
⚔️ Escena 9: Un plan en marcha
La música del club se sentía a lo lejos, pero en una esquina más tranquila, lejos de las luces y el bullicio, Nick hablaba con Gael.
Gael, con su porte tranquilo y mirada seria, escuchaba con atención.
— Escúchame bien, Gael. — dijo Nick, con voz firme y algo arrogante — Sam es la clave para que Aneth se dé cuenta de lo que pierde. Si puedes ganarte la confianza de ese chico inocente, podrás mantenerlo cerca y, de paso, tú también te acercas a Aneth.
Gael frunció el ceño, intrigado pero reservado.
— ¿Por qué yo?
Nick sonrió, como si tuviera la respuesta perfecta.
— Porque tú no pareces de los típicos. Y porque necesito alguien que pueda hacerle sentir que no está solo, que alguien lo entiende. No puedo hacerlo yo, aún tengo asuntos pendientes con Aneth.
Gael miró a Sam, que en ese momento reía tímidamente con un grupo de estudiantes en la pista de baile.
— ¿Y qué gano yo con esto? — preguntó Gael, con un dejo de ironía.
— Confía en mí. Si esto sale bien, puedo asegurarte que vas a tener acceso a cosas que otros ni imaginan. No es solo por Sam, también es por ti.
Gael asintió lentamente, decidido.
— Está bien. Me encargaré de Sam.
Nick le dio una palmada en el hombro.
— Bien hecho, hermano. Mientras tú juegas a ser su amigo, yo me encargo de recuperar a Aneth. Ella todavía es mía, y haré lo que sea necesario para demostrarlo.
Gael observó cómo Nick se alejaba con una sonrisa confiada, y luego miró de nuevo a Sam, que parecía el chico más inocente del mundo.
Un plan comenzaba a tomar forma.
Y nadie sabía qué consecuencias traería.
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Editado: 19.06.2025