🌫️Mientras Nick hablaba, Gael no podía apartar la vista de sus ojos. No era solo cansancio o frustración lo que veía reflejado ahí. Había algo más profundo: una mezcla de nostalgia, soledad y, sobre todo, una necesidad urgente de sentirse querido.
Los párpados de Nick se entrecerraban ligeramente, y por un instante su expresión se suavizó como si el tiempo hubiera retrocedido.
Gael recordó entonces los días más oscuros de Nick, esos días en que parecía que todo el mundo le daba la espalda. Ni sus padres ni sus "amigos" parecían comprenderlo. Pero siempre había una persona que estaba ahí: Aneth.
Ella lo apapachaba, lo escuchaba sin juzgarlo, le regalaba sonrisas sinceras y palabras cálidas que parecían curar, aunque fuera por un rato, sus heridas invisibles.
"Tal vez por eso -pensó Gael- Nick quiere recuperarla a toda costa. No solo porque la extraña o por orgullo, sino porque Aneth fue lo único real que tuvo en ese caos."
Gael sintió un nudo en el estómago, esa mezcla amarga de compasión y algo parecido a la tristeza.
Miró a Sam, que no entendía del todo la complejidad de la situación, pero que observaba atento.
Gael respiró hondo y decidió hablar.
- Sabes, Sam... Nick no siempre fue así. No siempre tuvo ese brillo en los ojos que asusta. Hubo un tiempo en que estaba perdido, y la única que realmente lo sostenía era Aneth. Ella lo hacía sentir... importante, querido.
Sam frunció el ceño, intrigado.
- ¿Y eso por qué importa ahora?
- Porque cuando alguien ha tenido eso y lo pierde, se aferra con uñas y dientes. - Gael hizo una pausa, bajando la voz. - No siempre por amor, sino por miedo a quedarse solo de nuevo.
Sam quedó en silencio, viendo a Nick que por un momento cerró los ojos, como si esa verdad también lo agotara.
- Quizás si pudiéramos entender eso, entenderíamos mejor qué juego está jugando Nick. - concluyó Gael.
Y mientras el sol bajaba lentamente, un silencio cargado de verdades no dichas los envolvió a los tres.
🍩: Dulces, reproches y miradas cruzadas
Justo cuando el silencio comenzaba a hacerse pesado, la puerta de la cafetería se abrió con suavidad. Una figura familiar apareció cargando una pequeña bolsa de papel con dulces, con una sonrisa algo apenada.
- ¡Sam! - llamó Aneth, acercándose rápidamente.
Sam levantó la vista, sorprendió y feliz a la vez.
- ¿Aneth? ¿Trajiste algo?
- Claro, no podía dejarte solo todo el día sin compensación. - dijo mientras le entregaba un par de brownies y un cupcake.
Sam tomó los dulces con ambas manos, agradecido.
- Gracias, de verdad.
Aneth miró alrededor y su sonrisa se tensó un poco cuando vio a Nick todavía sentado con ellos. Nick levantó la mano en un gesto de despedida rápida, como queriendo escabullirse.
Pero justo cuando se disponía a levantarse, Gael clavó en él una mirada firme, casi un desafío silencioso.
Nick vaciló, entendiendo el mensaje: "Esta vez será diferente."
Se quedó, aunque incómodo, mientras Aneth se sentaba al lado de Sam y comenzaba a regañarlo con tono cariñoso.
- ¿Cómo te fue? Seguro que perdiste más tiempo que el que querías buscando los salones. - dijo, medio en broma, medio en serio.
Sam soltó una pequeña risa nerviosa.
- Sí, la verdad es que fue agotador y dificil... Pero Gael me ayudó mucho.
Aneth asintió, lanzando una mirada evaluadora a Gael, como si agradeciera su apoyo pero estuviera lista para vigilar cada movimiento.
Nick los observaba en silencio, un poco relegado, pero con los ojos atentos y una sombra de frustración que no pudo ocultar.
La atmósfera se volvió una mezcla compleja: dulzura, reproches, tensiones y un silencio cargado de lo que aún estaba por venir.
🍰: La mirada que lo dice todo
Mientras Aneth repartía los dulces y hablaba con Sam, no pudo evitar que su vista se deslizara hacia Nick, quien permanecía sentado en silencio, con esa expresión cansada, casi derrotada.
Su corazón se apretó un poco al reconocer esa mirada.
- Ese no es un día cualquiera para Nick... - pensó Aneth con rapidez.
Recordó de inmediato las palabras de Nick, sus quejas por la presión de su padre, los proyectos que le habían quitado, y la frustración que había cargado todo el día.
Aneth suspiró y, con suavidad, se levantó y se acercó a Nick.
- Hey... - dijo con una voz más dulce, casi maternal. - lamentablemente te conozco tan bien que se que hoy fue un día de mierda para ti.
Nick la miró, sorprendido por la ternura en su tono. Por un momento, el peso en sus hombros pareció aflojarse.
- No tienes que fingir conmigo. - añadió ella, sonriendo con calidez.
Sin decir más, sacó otro pequeño postre de la bolsa que llevaba, uno que parecía especialmente para él, y se lo tendió.
- Toma, esto te hará sentir un poco mejor.
Nick tomó el postre con manos temblorosas y asintió con una leve sonrisa y la miro con un brillo en los ojos.
- Gracias, Aneth. En serio.
Aneth sonrió y se sentó a su lado con confianza, con tranquilidad nostálgica...
- De nada, Nick.
La atmósfera entre ellos cambió por un instante: de tensión a un pequeño refugio donde ambos compartían un entendimiento silencioso.
Sam y Gael los miraban desde la mesa, algo confundidos pero atentos a la escena, sintiendo que ese momento decía más de lo que las palabras podían expresar.
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Editado: 24.08.2025