—¡Oh wow! ¡Lo siento tantísimo! —dijo en tono suave y chill— Mi balón salió disparado con las energías del viento. Estaba practicando fútbol lunar intuitivo. ¿Estás bien?
Aneth, aún en silencio, miró el balón como si quisiera prenderle fuego con la mirada.
—Estoy bien... —murmuró, peligrosamente calmada.
La chica hippie notó a Sam sentado a su lado. Lo escaneó con una sonrisa iluminada y algo provocadora.
—Ohh, tú eres como... súper lindo. ¿Nuevo en la uni? —preguntó con una voz suave y juguetona, inclinándose un poco para llamar su atención.
Sam, como siempre, en modo pánico social, se sonrojó hasta las orejas.
—Eh... sí... gracias...
Aneth alzó una ceja. Luego, sin decir palabra alguna, tomó el balón del suelo con una mano... y lo apretó lentamente con los dedos, como si estuviera exprimiendo una mandarina. El sonido del plástico deformándose fue casi poético.
POP.
El balón estalló. Pedacitos salieron disparados hacia los lados. La chica hippie parpadeó.
—Wow... eso fue... intenso...
Aneth se giró hacia ella con una sonrisa dulce.
—Y eso fue con una sola mano. ¿Quieres ver qué puedo hacer con las dos?
La chica rió incómoda, retrocediendo un par de pasos.
—Jeje... qué energías tan fuertes tienes, linda. Me retiro a buscar paz interior.
Y con eso, la hippie se giró y se fue caminando lentamente, como si flotara, tarareando alguna canción indie sobre la luna y el amor libre.
Sam seguía tieso, aún con la cara roja.
Aneth suspiró, mirando sus dedos.
—Ese balón me debía la vida. Ahora estamos a mano.
—¿No fue... un poco exagerado? —preguntó Sam, aún en shock.
—No. Ese fue el método de control de ira más pacífico que tengo. Créeme, Samcito. Créeme.
Justo en ese momento, el sonido de pasos rápidos se acercó. Era Gael, corriendo con dos vasos en mano, jadeando.
—¡Lo logré! ¡Sobreviví a la fila de los tés de burbujas! ¿Qué me perdí?
Aneth lo miró... luego a Sam... y luego a los pedazos del balón en el suelo.
—Nada, solo otro episodio de Aneth y sus momentos de autocontrol zen™.
Gael los miró en silencio... y luego decidió no hacer preguntas.
—Buen timing, entonces.
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Editado: 24.08.2025