Secretos Oscuros

Francotirador

 Cuando voy abrir la puerta, le apunto con el arma al tipo, él alza sus brazos y retrocede, justo en ese momento llega Sara y me dice que es su vecino, bajé el arma y me disculpé, el hombre se presentó diciendo que se llama Juan y que sólo vino a ver cómo seguía Sara después de la pérdida de su madre. 

En mi mente algo rondaba y era que si esos tipos malos saben esta dirección es probable que vuelvan a serle daño a Sara, no termino ni bien de pensar dicha conclusión cuando un disparo entra por la ventana dándole justamente en la cabeza a  Sara, salpicando a todos los presentes de sangre, me lancé como una flecha hacia Laura, la agarré y la sometí al piso poniéndole mi mano izquierda en la boca y en mi derecha tomé mi pistola, duramos un buen tiempo tirados en el piso, también Juan lo estaba, a pesar de todo no se asustó es muy valiente, tampoco lo hizo cuando le apunté con mi pistola, levantó los brazos para que yo no disparara, fue muy inteligente, además de estar toda la sangre de Sara regada, podía sentir el miedo y los temblores de Laura, es demasiado para ella este suceso.

Solté a la señorita con una condición, que se quedará en el suelo, me dirigí a la puerta para ver si podía observar algo, y como sospeché no había nadie cerca, lo que pensé fue que lo más probable que haya sido un francotirador. Al parecer esa muchacha sabía el rostro del tirano del que está detrás de todo esto. 

Llamamos a la policía, llegaron rápido junto con algunos detectives de los cuales conocía algunos, otros al parecer eran nuevos en la agencia, les expliqué todo con lujos y detalles, uno de los agentes nuevo me vio la pistola y me dijo todas las leyes que prohibían de tener un arma sin permiso, así que me la quitó. 

Tenía una rabia por dentro por no haber podido hacer nada por Sara y ahora me quitan el arman, a pesar de que también tenía que aguantar los llantos de Laura, ella nunca había visto algo similar, y a la que tuvo que ver fue a su mejor amiga, eso duele, estaba en un trance difícil y yo no soy de los hombres que saben consolar, entonces lo mínimo que pude hacer fue llevarla a su casa, donde la estaban esperando sus padres, me agradecieron por mi servicio y me fui luego a mi casa a descansar.



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En el texto hay: misterio, armas, accion

Editado: 21.02.2020

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