Uniendo pistas

No podía seguir viéndola llorar, así que la recosté de mi hombro, ella se dejó consolar, entonces comenzó a llorar más fuerte, miré al cielo y en mi mente exclamé: ¡Señor no soy nadie para consolar, ni tampoco me enseñaron a hacerlo, dame la fuerza que necesito para esto como tú me la das para combatir el crimen!

De repente mis brazos se cerraron suavemente, dándole un fuerte abrazo, de mis labios salieron las palabras siguientes: "Tranquila que tú no eres culpable de todos esos sucesos, yo te prometo que los atraparé".

Después de más o menos cinco minutos tocan la puerta, nos separamos rápidamente, ella me pidió perdón por su atrevimiento, se secó las lágrimas y abrió la puerta, era su madre que ya había regresado, que tocó la puerta porque las llaves se les quedaron a dentro, no sé si fue coincidencia que se le hayan quedado dentro, pero parece que Dios actúo de nuevo. Me despedí de la señora y les di las gracias a Laura por su valiosa información.

Me dirigí a mi casa para aportar otra foto en mi mural, tengo a dos sospechosos: al jefe de la agencia "Willy" y a este hombre que de seguramente no se llama como le dijo a Laura, solo utilizó ese nombre para no exponerse. Según mi intuición este último hombre es un títere, será mejor que utilice mi habilidad para saber quién fue que disparó en la casa de Sara.

Así lo hice, fui a la casa de otro buen amigo que todavía trabajaba en la agencia y le dije que me bajara esa información, él complaciente porque yo había compartido muchas cosas con él y siempre estuve en las malas y en las buenas, lo importante fue que aceptó, me dijo que probablemente me la pasaba en una semana.

Contento de la respuesta, decidí visitar también a Tonny, que quedaba a tres esquinas. Cuando llego al departamento, iba a tocar la puerta, pero justamente sale de su habitación la rubia de aquella noche que vi corriendo en el parque.