Nos encontrábamos rodeados por unos hombres que no sabíamos qué querían de nosotros, lo único que sabía era que nos querían vivos.
Bajé de mi espalda a Rosa lentamente. Nos ordenaron que camináramos hacía fuera de la casa, una vez que lo hicimos nos entraron forzadamente a una camioneta donde había cinco hombres armados hasta los codos.
La camioneta comenzó a moverse, no sé hacia dónde, pero tenía curiosidad de todo lo que estaba pasando, así que procedí a preguntar:
― ¿Quién está detrás de este secuestro? Y ¿Hacia dónde vamos?
Uno de los tipos armados me miró, sonrió y me dice calmadamente:
― Eres duro de atrapar, sin embargo, nosotros somos más profesionales que tú. Pronto sabrás el porqué de todo, así que descuida.
Con lo que acabo de escuchar estoy más confundido todavía, ¿Será Rey quien está detrás de todo esto?
Solo fue un pensamiento curioso. Después de un buen rato se detuvo la camioneta, nos tomaron de los brazos y nos llevaron a una mansión la cual estaba protegida por muchos hombres, al parecer era un narco ya que estaba como en un bosque y los políticos no viven en lugares como éste.
Entramos a la casa y sentado en una gran silla estaba un hombre barbudo y obeso sonriendo, y al vernos gritó:
― ¡Han llegado nuestros invitados!
Su vos es muy molesta, no pude evitar gruñir el rostro. En lo que él nos miraba, me puse desde mi posición a contemplar su sala, es como estar en un museo, tenía de todo tipo de pintura de artistas famosos, también tenía estatuas reconocidas a nivel mundial.
Cuando el obeso se dio cuenta de que me he quedado estupefacto por su decorativa sala, me dice:
―Solo son algunos regalos de mi trabajo, ya que soy el mejor en lo que hago. Ahora bien ¿Sabes quién soy?
Lo miro seriamente y le contesto que No.
No pudo aguantar su risa, estalló hasta que casi muere de tanto reírse.
A lo que reía le digo:
― Fue Rey quien nos mandó a secuestrar, ¿verdad?
Su risa se detuvo de repente, quiere decir que de algún modo está involucrado Tonny.
Me miró con rabia y se estaba poniendo incomodo, al parecer no le ha gustado lo que le he dicho, lo duro es que si intenta matarme no puedo hacer nada porque estoy rodeado de hombres armados, sería una misión imposible intentar salir ambos con vida, por lo menos no a la fuerza.
El gordo sentado en la silla me dice con una rabia sofocante:
― Soy el motivo por cual Reinoso salió del país.
Editado: 21.02.2020