Secretos Peligrosos: ¿sobrevivirás a la verdad?

4

Pasé las siguientes horas examinando mi cuerpo.

No había nada diferente, todo estaba en su lugar, incluso no tenía marcas de pinchazos en las venas de mis brazos. A saber, qué rayos tenía en el cuerpo.

― Excepto por algunos moretones, todo está bien.

―Debí dejarte con las orejas, así te pareces a un lindo gatito. ―La voz de ese sujeto me estaba comenzando a hartar, había entrado como un fantasma y asumió que le hablaba a él.

La maldita puerta, aunque de madera, estaba bajo llave siempre que él salía.

― Hoy empieza tu maratón de ‘SAW’ mascota. ―No lo miré, estoy en el plan de la ley del hielo. Una de las paredes comenzó a vibrar antes de correrse a un lado y luego apareció una pantalla LED de 32 pulgadas, solo lo vi por el rabillo del ojo.

―No te llama la atención, qué interesante. ―Seguí ignorándolo―. Ahora entiendo por qué no tienes electrodomésticos decentes, casi parece que vives con un cavernícola o dos. ―Mi televisor herencia de la abuela Niki no tenía nada que ver con el tema, pero ese bagstardo infeliz ya me estaba tocando el nervio otra vez.

― ¿Es dulce la convivencia? ―preguntó esta vez, no lo miré― ¿Tienes idea de lo que te metes a la cama o es parte de un calentamiento?

Este tipo hacía preguntas bizarras, cerré con fuerza los ojos para no verlo y ladrarle sus verdades ¿Qué tiene de malo mi unicornio verde? Peor aún ¿Había ingresado en mi casa? ¿Y mis escoltas? ¿Es que estaban de adorno?

¡Los haré papilla! Si salgo de esto, asumo. Dios, esto no está pasando por mi cabeza.

Él solo se acomodó en su silla, encendió el LED y la imagen que vi me sacó un jadeo de la garganta.

¡Ayúdenme! ―Gritaba el mismo sujeto que había traído el otro día, ahora estaba atado a un retrete completamente vegstido, pero tenía las piernas atadas a la bagse y los bragzos atados a su espalda.

―Tiene un hueco en la parte trasera del pantalón y del calzoncillo ―Aclaró el sujeto a ninguna pregunta en particular, yo no le pregunté nada.

¡Tampoco quería saber!

― ¿Qué diablos te pasa por la cabeza? ―Le grité muy frustrada― ¿Un hueco para que defeque y de paso un retrete para su comodidad? ―Él parecía orgulloso de haberlo pensado.

―La mejor parte es la que verás en un par de minutos.

Yo me agazapé de terror, dos niñas habían ingresado a la extraña habitación en donde se encontraba el hombre amarrado, cuando se encendió una tenue luz, mostraron paredes decoradas con dulces reales, incluso el inodoro parecía haber sido hecho con caramelo de menta si lo pensabas de esa forma; yo no estaba muy segura de qué tan lejos podía llegar mi captor, esto estaba a punto de convertirse en un infierno.

― ¿No se supone que solo estaría yo en el menú? ¿Por qué las niñas? ―Él no me respondió― ¿Por qué? ―Insistí.

―Es un pedófilo ¿No es bueno castigar a un pedófilo con aquello que le encanta? ―Mi estómago se contrajo.

¿Qué?

En la pantalla se veía como las niñas vestidas con curiosos vestidos de blondas cantaban dando brincos a su alrededor mientras el sujeto continuaba gritando―. Sabes que las niñas no llenarán tu satisfacción ―le rogué―. Ellas podrían solo volver a casa.

― ¿Pero eso a quién le importa? ―Su indiferencia fue como un puñal para mí.

―Si me sacan les daré un premio ―El hombre continuaba rogando a las niñas mientras éstas parecían decirle algo, hasta que una de ellas se acercó y le bajó el cierre del pantalón, el maldito animal había empezado a sonreír en complicidad―. Después podremos divertirnos, ahora sáquenme linduras. ― Asqueada miré a la otra niña para ver su rostro, pero noté que había sacado un taser y no dudó en aplicárselo al animal justamente dentro del cierre, el chillido fue potente, mientras las niñas reían.

Transcurrieron algunos minutos antes que el sujeto se despertara.

Calibré las armas para que no lo dejaran inconsciente.

Por Dios…

―Papi dijo que le encantaría ver esta parte ―El hombre le soltó una larga cadena de groserías a la niña tratando inútilmente de cubrir su sensible zona, mientras que el sujeto a mi lado parecía mirar la escena con ternura; yo solo sentía como mi corazón amenazaba con salir de mi pecho.

―Se hizo pipi viscosa hermana ¿Qué pasará si le cae electricidad? ― Preguntó la que portaba el arma con suma curiosidad, yo no podía salir de mi confusión, había algo raro en esa escena.

Sus voces…eran raras.

La otra niña sacó algo de un bolsillo enseñando un pequeño paquete― ¡Papi dijo que podíamos jugar a la acupuntura con él, probemos con estas agujas! ―Giré a verlo sumamente aterrada.

―Yo lo haré, sácalas de ahí ―Él me enarcó una ceja retándome a obligarlo. Yo…yo lo haré, ahora mismo, te lo juro, lo haré, pero por favor que esas niñas salgan…

―Perdiste tu oportunidad zanjó el tema, además, esos tres tienen algo pendiente ―Continuó de pie observando la escena.




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