† Secuestrador †
Y ahí estaba yo.
Tomé mi ducha matutina para quitar la piel muerta de mi cuerpo, primero con el jabón exfoliante, luego el antibacterial―. Porque nunca se sabe con estos gérmenes evolucionados. ―Y al final con el humectante para proteger mi delicada piel, siempre en ese orden garantizo mi buena salud―. Es hora del champú baby Jhonnson.
Meneo la cabeza pensando en Margot y su peculiar forma de ser mientras me aplico el acondicionador; en un primer instante, la chica parecía ser una más del montón, pero no había sido explotada de forma adecuada.
Tengo que reconocer que es mi entera culpa.
― No ha dado provechosa información y es muy problemática ―reflexiono con malestar.
Debía limpiarla todo el tiempo, de remate el sótano era antihigiénico, pero quería que escupiera todo lo que sabía. Sin embargo, ella está feliz en medio de la inmundicia, no le teme a las ratas y las arañas parecen darle lo mismo.
Sospecho que ella no sabe absolutamente nada y mis últimos planes se habían convertido en privarla, aplicarle el sedante, alimentarla y limpiarla, esto último era lo más molesto.
¿Cargar un peso muerto y moverlo de aquí para allá?
La primera vez me pareció divertido, la segunda improvisé con la silla, a la tercera con una camilla; desparramé el jabón líquido antibacterial y aclaré todo con la rociadora portátil de la ducha, la secadora hacía el resto, ahorrándome el malgasto de papel toalla.
― Y aún no acaba la semana ―suspiré mientras me aclaraba el cabello.
― ¡MALDITO BAGSTARDO!
Música para mis oídos―. Eso era lo que querías ver, no lo que yo quiero mostrarte, sé paciente mascota. ―Sonreí pensando que quizás hubiese dejado un par de paquetes de Kleenex, pero sabía lo que podría tratar de hacer―: Querría suicidarse tragando papel, por suerte el lazo es de papel cebolla.
Esa chica era muy peligrosa para sí misma, aun no entiendo cómo ha sobrevivido todo este tiempo. Tiene la capacidad nata de autolesionarse si se llegara a sentir realmente acorralada. Me tomó por sorpresa en varias ocasiones.
― Si ella no tiene nada que ver con esos dos…
Y secretamente, era lo que yo esperaba, aunque sospecho que me he pasado de la raya; salí de la ducha envolviéndome la cintura con la toalla, debía recordar traer el maletín con mi muda la próxima vez.
― ¿Cómo demonios fue que terminó así? ―Me pregunté en voz alta. Margot, ella no era de esa forma.
Suspiré de puro cansancio.
Ya debe estar lista para su interrogatorio final, le llevaré algo de ropa para que se vista por sí misma. Ha sido toda una suerte que ella no tome demasiado tiempo en vestirse, supongo que su padre debe haberla criado con estricta disciplina militar.
Si solo le hubiera enseñado un arte de defensa personal, ella no estaría en este problema en primer lugar. No entiendo cómo terminó con esos dos tipos en primer lugar o por qué demonios sus escoltas fueron tan irresponsables.
― Pensé que no volvería a verte, Margot.
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humor negro sarcasmo, secretos dolorosos del pasado, secuestro y odio
Editado: 30.01.2021