Secretos Peligrosos: ¿sobrevivirás a la verdad?

6

Me sentía como flotando en el agua.

―Despertará en cualquier momento, no esperen que pueda declarar. ―Esa voz femenina me despertó, siento como si un tráiler hubiera pasado sobre mí y no sé por qué se supone que debería estar haciendo algo.

―Margarita Poma, ya estás a salvo. ―Esa voz la conozco, pero aún no veo bien.

― ¿Qué pasó? ―Pregunto tratando de levantarme.

―Perdiste el control y Elías te aplicó una técnica de...

―Estás bien y es lo que cuenta, gracias Merri. ―El otro parecía enfadado al cortar su comentario.

― ¿No dijeron que estaba bajo un sedante inducido por sus secuestradores? ―agregó la mujer cotilla haciéndome pensar en sus palabras.

¿Sedante? ¿Dónde estoy?

―Detalles ―escupió el que parecía ser Merri, no lo notaba muy emocionado con todo lo que sucedía.

―Bags ―Me vino el apelativo de repente y forcé la visión hacia esa estoica figura que estaba de pie en la puerta―. Psicópata infeliz ¿Eres un maldito policía?

Elías no estaba muy emocionado al notar que recobraba la memoria tan pronto, mi visión volvía de nuevo al igual que mis recuerdos.

―Margot, entiendes que eras el cebo de un par de violadores y estafadores que formaban parte de una organización criminal al punto que parecías su cómplice―. Bags estaba chequeando algo en su teléfono mientras hablaba―. Ya tienen la orden de arresto, estarán llegando pronto a tu casa para llevarlos bajo custodia, tu declaración bastará para enterrarlos en la cárcel hasta que los interrogue. ―Esa maldita sonrisita le salió muy siniestra.

Las imágenes volvieron a mi cabeza y sentí náuseas―. Tú no te quedaste atrás ―escupí.

―Surgieron ciertas circunstancias imprevistas ―dijo Merri con una expresión seria y para nada arrepentido.

―Merri, no es momento de excusas, tendrás que declarar por lo que ha sucedido ―intervino el tipo rubio, como si yo solo hubiera sido un mero contratiempo y no un rehén en esa maldita casa.

―Ahora sé que no eres una mascota. ―Debía sentirme herida, sabía a qué se refería Bags, este psicópata uniformado había pensado que yo tenía algo que ver con los pasatiempos de Dereck y Camilo, atrayendo a estúpidas chicas para ellos dos.

―Merri, te he dicho mil veces que esos métodos tuyos son inhumanos.

―Lo que digas ―Bags marcó un número con su móvil y Elías le quitó el aparato, evitó que apretara la tecla ‘Send’.

―Sé qué harás idiota, esta vez tendré que intervenir. ―Apretó la tecla de cancelar y su rostro se puso pálido al ver el mensaje que apareció en pantalla, Bags se encogió de hombros mientras recuperaba el teléfono de un paralizado Elías y contestaba la llamada que ingresó a los pocos segundos.

― ¿Explotó la casa entera? ―Comprobó el bagstardo, yo lo miré boquiabierta―. Sin sobrevivientes, ya veo, no, apliquen el procedimiento estándar, asegúrense que estaban sólo esos dos cuando ocurrió.

― ¿Qué rayos ocurrió? ―exigí preocupada.

¿Explotó ese horroroso lugar en donde me tuvo?

Elías sudaba como si estuviera en un sauna―. Bueno Margarita...tu casa...

Empecé a sentirme muy aturdida―. Voy a matarlos.

Un par de horas después sabría que Dereck y Camilo habían tenido un gran historial delictivo en varios países, que mi psicópata secuestrador era un detective de secuestros y su amigo era su compañero, el cual solo sabía de sus trabajos ‘extracurriculares’ al noventa por ciento.

Merri se hace llamar Bags, no podía culparlo por tener semejante nombre, también era convenientemente igual a mi trauma verbal, pero aún me debía una revancha por casi asesinarme al pensar que yo era parte de las fechorías de Dereck y Camilo.

¡Y secuestrarme en primer lugar!

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.