Secretos Peligrosos: ¿sobrevivirás a la verdad?

10

Mis padres se fueron dejándome con la oportunidad de no arruinarlo de nuevo.

O volverían por mí y me arrastrarían a la casa de Robin y su depresión.

Bags había permanecido en la jefatura sentado como una estatua esperando su arresto, incluso algunos de sus compañeros habían temido acercarse a él por miedo a enterarse del rollo que había armado; eso me lo había dicho Eli y supongo que podía creerle.

Estuve un corto tiempo en el hospital, solo diré que quedé traumada de por vida.

―Hoy te dan el alta Margarita. Aunque ¿No se supone que debes denunciar a Merri? ―Elías no había dudado en acosarme con esa pregunta durante la semana que había estado internada.

Sí, siete malditos días.

―Sé por qué lo hizo Eli, es más, él pensaba que yo era la cómplice de esos dos. ―Y me dolía el corazón cada vez que cerraba los ojos y los veía sonreírme, hablarme o invitarme de viaje.

Había una tableta de chocolate Hershey’s sobre la cama con una tarjeta doblada encima, sabía de quién era porque lo había estado haciendo todos los días, aunque había sido desde comida chatarra hasta comida elaborada; cogí la nota y me enfureció al ver su contenido, era un estúpido garabato de perro ladrando en la parte central.

― En son de disculpa, ¿no? ―Ironicé.

― ¿Qué dices? ―No sé cómo Elías pudo llegar a ser detective de secuestros, nunca captaba nada de lo que decía o hacía.

Revisé la tarjeta ignorando a Elías y vi a una pequeña cabeza de gato garabateada en una esquina que había tapado con mi dedo pulgar, pero eso no salvaba el mal significado que había captado en primer lugar.

― ¿Lista para volver? ―Bags entraba a la habitación como si no hubiese hecho nada, yo solo me le acerqué y estrellé mi puño en su ojo izquierdo.

―Eso es por todo lo que has hecho idiota ―Abrí el chocolate y lo enterré en su boca cuando empezó a hablar―. Y esto por la estúpida tarjeta.

―Ustedes dos me dan miedo ―Elías comenzó a acomodarse la corbata inseguro, yo sabía que él cuidaba que el psicópata que tenía por amigo no asesinara a alguien.

«Dudo que haya podido evitar mucho», pensé, eso era como tapar el sol con un dedo.

―Te llevaremos… a tu nueva casa Margot ―murmuró limpiándose la boca con un pañuelo desechable.

Fulminé a Bags con la mirada y luego sonreí con malicia.

―Espero que tenga un buen lugar en el jardín, amo. ―Y él me sonrió en respuesta.

―Te agradará más el tapete frente a la chimenea ―respondió.

Eli continuaba sin prestarnos mucha atención―. No te preocupes Margarita, ya avisamos a tu familia sobre tu nueva dirección, irán a verte este fin de semana.

Aquella noticia fue como un bombazo para mí, mi familia era especial, imperativa y para nada amigable, lo último que esperaba es que vinieran y se apoderen de mi vida otra vez.

Ellos no visitaban, invadían.

―Pálida, sudorosa y pupilas dilatadas. Te dije que era mala idea Eli. ―Bags no me ayudaba, no entendía el nivel del problema―. No te preocupes, estarás bien conmigo.

Me estremecí al escucharlo.

― ¿Qué tramas? ―Preguntamos Eli y yo al mismo tiempo.

Bags sonrió con tal malicia que yo juraba que era un completo psicótico, acarició mi rostro con mucha familiaridad provocando que mi corazón se atorase en mi garganta―. Es un favor a una vieja amiga de la infancia.

— ¿Amiga de la infancia, nueva casa? —Retrocedí unos pasos— Deben estar mal de la cabeza, yo ya tengo un lugar dónde quedarme y reparar mi afectada vida.

—Dereck y Camilo no operaban solos —Con eso Bags me tiró el balde.

— ¿NO? —Casi entro en crisis de nuevo, estaba aterrada, eso significaba que yo era la cena de alguien más. ¿O lo estaba alucinando?

—Bueno, la trata ilegal siempre está relacionada con organizaciones criminales —agregó Eli.

—Y para compensarte por mi mal comportamiento te llevaré a mi casa —dijo el psicópata terminándola de embarrar.

Esto se había complicado demasiado, encima Eli se mostraba más sorprendido ¿Ambos hablaban de temas distintos? 

— Espera Bags, esto no es lo que hablaste con sus padres.

¿Qué diablos les dijo ese sujeto a mis padres?

Y para aclarar, yo estaba muy de acuerdo, Eli lo haría entrar en razón, es más, yo misma iba a mandar la brillante idea del psicópata por el retrete.

— Eli tiene razón, ahora si me disculpan, iré por la doctora.

—No te preocupes Margarita, Bags no lo está diciendo en serio —Yo sonreí más aliviada—. Bags, el departamento de solteros NO es para chicas, hablas de nuestra intimidad.

Terminé vomitando bajo el umbral de la puerta ¿Qué diablos acababa de decir ese tarado? Es demasiada información, ya no puedo con más noticias fuertes.

— ¿Te encuentras bien Margarita? —Mientras yo eliminaba las morbosas imágenes de la cabeza, cosa que fue muy difícil luego de ver lo que Camilo y Dereck habían hecho; Bags me observaba fijamente y como siempre inexpresivo.




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