Me dolía mucho la cabeza sentía como me palpitaba. Una brisa que golpeaba mi rostro me termino de despertar, al abrir los ojos me di cuenta que lo que había pasado no fue un sueño, seguía esposada y tenía una cinta en boca, los hombres a mi lado tenían el rostro cubierto, uno de ellos seguía conduciendo y el otro estaba dormido a mi lado. No me podía mover por culpa del cinturón de seguridad que ahora tenía puesto, solo pude mirar por la ventana el paisaje que pasábamos a gran velocidad era realmente hermoso, al ver el mar sabía que ya no estábamos cerca de mi casa, al ver a esos dos sujetos estaba segura que no iba a volver viva a casa, en ese momento la impotencia de todo me hizo llorar, al parecer mis sollozos molestaron al hombre que estaba dormido causando que se despertara.
― ¿A ti que te pasa? ― dijo el hombre. No lo mire solo seguí viendo la ventana. ― Para que sepas no te va a pasar nada. ― titubeo. Solo lo ignore y cerré mis ojos necesitaba que el dolor de cabeza se me quitara.
No sé cuándo tiempo llevamos viajando, al ver el cielo y que se veía un poco claro estaba segura que estaba terminando de amanecer debieron pasar alrededor de doces horas después de que me raptaron en la biblioteca. En una parte nos desviamos, el que iba manejando tomo otra carretera donde había algunas casas, se notaba que eran muy lujosas por el tamaño de cada una de ellas. Pensé en un momento que quizás mi única oportunidad de escapar, intente gritar ero era inútil.
― Por más que lo intentes nadie te va a escuchar ni te va a poder ver. ― Dijo el hombre que estaba conduciendo, note que el vidrio ascendió, ahora comprendía a que se refería, paso un rato y llegamos aun pastizal muy grande.
Había una pequeña vía donde aduras penas entraba la camioneta, no había mucho que ver había unas casas gigantes parecían de personas con demasiado dinero, nunca había visto casas tan grandes de cerca siempre las había visto por películas o fotografías. en ese momento por mi cabeza se cruzó que todo esto fue plan de Antonella, y todo esto debió ser por el incidente en la biblioteca con Luciano, no podía creer que esto fuera su plan.
Llegamos casi al final de la vía y había un pequeño cerro con una mansión en la cima, seguimos en el auto unos diez minutos hasta que por fin se detuvo frente a una puerta negra no se veía nada del otro lado, el conductor se acercó a una pantalla y la puerta se abrió por fin, mis ojos no podían creer lo que estaba viendo eran dos pisos, pero era demasiado extensa lo primero que te recibe es una fuente tallada en piedra que funciona es casi del doble de grande que la camioneta, eso no era una casa era una mansión.
― Ahora si podremos dormir cómodamente. ― Dijo el hombre a mi lado, al escucharlo decir eso un escalofrió recorrió mi cuerpo pensando lo peor que me pudiera hacer. Llegamos a un parqueadero era tan grande que me sorprendía que una casa tuviera un parqueadero así ya era demasiado exagerado.
Había cinco vehículos estacionados y todos eran autos de alta gama de muy alta gama, en el primer espacio estaba un Ferrari rojo, en el segundo un Maserati negro, al igual que un Audi TT del mismo color, una camioneta Hummer amarilla, al ver esos automóviles sabía que esto no era plan de Antonella, su familia tenía dinero, pero no tanto para tener esa cantidad de vehículos de alta gama y de esa clase si sus padres tuvieran uno sería el Audi pero tener tantos no era de ella.
El hombre me quito el cinturón y me jalo para bajarme de la camioneta, por fin la pude ver era una Rolls Royce. El hombre me llevaba del brazo para ir dentro de la mansión, entramos por una gran puerta negra, me sorprendió lo que estaba viendo parecía un palacio, los pisos eran de mármol, los tapetes que se veían lujosos y muy costosos, al igual que los tres sofás que eran de puro cuero dos blancos y uno negro no entendía para que habían dos salas en un mismo piso, el dueño de esta casa debía ser un excéntrico, en el centro de los dos sofás se encontraba una mesa forjada negra con un vidrio que se me hacía espantosa en el centro de ella para decorarla un palo con una flor que era espantoso, quería seguir viendo estaba fascinada al ver tantas cosas lujosas y algunas muy hermosas me pico el bichito de la curiosidad pero no me lo permitieron.
―Camina, mueve las piernas. ― Dijo el hombre que manejaba me agarro muy fuerte del brazo, di unos cuantos pasos y llegamos al recibidor de la casa, subí dos escalones para encontrarme con la puerta principal otra puerta negra pero esta media aproximadamente tres metros con dos vidrios enormes, el recibidor tenía dos columnas de mármol igual que el piso, y una mesa que le hacía juego.
En menos de dos minutos ya me encontraba en el piso de arriba, casi me arrastran por la escalera, el hombre me seguía empujando hasta que llegamos a una habitación, abrió la puerta a la par el tamaño de ese lugar era casi del grande de mi casa. Aquel hombre me quito mis zapatos y los lanzo fuera de la habitación, luego de eso me cargo y me lanzo en la cama, en ese instante sabía que estaba perdida, tomo aire y grito.
― ¡Luca! ― por fin escucha que decían un nombre, a los pocos segundos apareció el otro hombre y lo miro estaba algo molesto. Luca seguían usando su pasamontaña, no podía verles aun la cara.
― Toda tuya. ― dijo el otro que se lo quito y pude ver su cabello era castaño como el mío, pero no pude ver su rostro, Luca entro en la habitación y el cerro, nos quedamos completamente solos, empecé a sudar del miedo.
Con la poca movilidad que tenía, me gire para no darle la espalda y me arrastre por la cama hasta llegar al cabezote, estaba temblando y no pude evitar cerrar los ojos y llorar. Luca se había sentado en la cama su peso se sentía del lado derecho, solo esperaba que todo acabara pronto, su mano roso mi rostro intente tomar aire de la forma más tranquila que mi cuerpo y emociones me lo permitieron.
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Editado: 02.06.2022