Me quede petrificada un buen rato mientras asimilaba lo que estaba sucediendo no podía creer que ese hombre tan apuesto fuera el mismismo Luca Gualandi, si antes no comprendía que era lo que estaba sucediendo ahora mucho menos. Camine de un lado a otro parecía un león caminando en su jaula de un lado a otro solo que estaba desesperada por no saber que estaba pasando, mientras caminaba pensaba en que había sucedido con mis padres o con alguien cercano a mí que tuviera que ver con Gualandi.
Primero inicie con mis papás, Ignazio y Dina Vismara, él es un médico cirujano plástico muy reconocido en el país, le gustaba también operar a personas que de verdad lo necesitan e incluso hacia obras sociales pero mi papá no tenía problemas con nadie, ganaba bien y desde que era niña nunca me había faltado nada en casa y mi mamá era una prestigiosa actriz de teatro, siempre he asistido a sus obras y parecía que la gente la adoraba por el excelente trabajo que hace en el escenario, eran dos personas muy normales y tranquilas al igual que mi hermano Filipo, él seguía estudiando en la secundaria, Filipo no tendría problemas con nadie, es el mejor estudiante de toda la escuela y le gusta estudiar mucho; entonces no creo que fueran ellos los del problema.
A menos que mi papá hubiera hecho un procedimiento mal a una novia, esposa o alguna mujer que saliera con los Gualandi y la única manera que lograrían saldar su deuda era pagando conmigo, quizás haciéndome una cirugía donde me arruinaran el rostro o peor matarme. Negue con la cabeza me encontraba demasiado alterada para asimilar lo que estaba sucediendo, las lágrimas comenzaron a brotar por mis ojos, no las podía detener estaba asustada y quería irme a casa, no quería seguir encerrada en esas cuatro paredes y solo había pasado dos días, pero sentía como si llevara un mes y tenía algo de hambre, pero no era capaz de probar bocado.
Unos pasos se acercaron a la puerta, escuche como introducían la llave y la abrían, mi vista se dirigió inmediatamente a la comida que había dejado lo olvide por completo, ahora si estaría en un problema muy grande, me senté frente a la mesa y observe el plato trate de comer algo, pero las lágrimas no me permitían comer con gusto, ahora tenía hambre y el miedo se apoderaba de mi ese hombre podría hacerme cualquier cosa mala.
― Con que no hiciste lo que te dije. ― pude sentir su mirada sobre mí, no sabía que hacer o que decir, se aproximó a mí, cada vez lo sentía más cerca, mi respiración se agito al pensar en todo lo malo que me haría, coloco su mano sobre mi cabeza y me agarro del cabello, pensé que me jalaría muy fuerte o me haría daño, pero me equivoque no fue con brusquedad, lo hizo para que lo mirara a la cara, pero cerré los ojos para evitar verlo.
― No llores. ― Dijo en un tono muy arrogante, por de que lo intentara las lágrimas caían por si solas como si tuvieran vida propia. Tomé una bocanada de aire muy fuerte y abrí los ojos, Luca tenía un arma en su mano, sus ojos estaban fijos en mi rostro que debían estar rojo por estar llorando.
― Tú vas hacer un problema por lo visto. ― Dijo muy enojado. ― Debes comer necesito que comas si a ti te llega a pasar algo me voy a meter en un grave problema.
― Pero no tengo … ― Luca puso su mano con delicadeza en mi boca.
― No hagas ningún ruido ¿entendiste? ― asentí sin entender que estaba pasando, Luca se quitó sus botas y calcetines quedando descalzas, noté que sus botas deberían ser pesadas.
― Súbete a la cama y quédate quieta. ― Susurro e hice lo que me dijo con mucho cuidado, no objete nada.
― ¡Aquí no hay nadie! ― Escuche la voz de un hombre que grito en la parte de afuera de la habitación.
― Ellos están aquí, Flavio dijo que estarían esta noche aquí. ― Dijo otro hombre, Luca se colocó de un lado de la puerta y coloco su dedo índice en sus labios.
― En alguna parte deben de estar. ― Unos de los dos hombres abrió la puerta, mis ojos se abrieron como dos platos al ver a ese tipo entrando. Se me quedo mirando unos instantes, yo estaba sentada abrazando mis piernas y parecía que se me había olvidado respirar porque lo deje de hacer por el miedo de ver a un desconocido más. Luca no movió un solo musculo lo mire por el rabillo del ojo, el empuñaba su arma. El hombre ahora llevaba una sonrisa de lujuria en su rostro, vi la punta de su lengua paso de un lado a otro de sus labios. Era asqueroso.
― No creo que importe si disfruto antes de llevarte con el jefe igual si dices algo nadie te va creer gatita. ― Se aproximo a la cama con pasos muy suaves, parecía que quiera ser sensual, pero era totalmente desagradable, llevaba un arma y no era capaz de moverme, mi vista no se podía aparte de él, mientras se aproximaba a mí solo me corría sin darle la espalda, era muy ágil en cuestión de segundo me agarro una pierna, ese sujeto tenía muchísima más fuerza que yo, así que quede en cuestión de segundos estaba debajo de él.
― Esto va hacer muy divertido. ― se rio por lo alto. No me podía mover, estaba pasmada. Su mano toco mi rostro se sentía carrasposa sus uñas estaban muy sucias y era desagradable, moví mi cabeza para que no me tocara más y me agarro del cuello con un podo de brusquedad trague saliva en seco, su mano empezó a bajar por mí pecho, pero antes de que llegara a mi seno, Luca por fin hablo.
― Aléjate de ella. ― Solté el aire que tenía con tranquilidad, me relajé un poco, a pesar de que no conocía de nada a Luca me sentía con más seguridad que con el hombre que estaba encima de mí. Vi que la pistola de Luca estaba en la cabeza del hombre.
― Vaya Gualandi. ― Dijo Con una risa estrepitosa. Parecía que no le importaba para nada que hubiera alguien apuntándole a matar. ― Sabes que esto no es asunto tuyo. ― Dijo el hombre algo molesto.
― Ve al baño y mete en la bañera. ― Sin apartar la vista del hombre, me dijo Luca.
― Pero … ― Refute.
― ¿Qué parte no entendiste? ¡Vete ahora! ― Grito furioso, no volví a decir nada, me escurrí e hice todo lo que me dijo Luca, entre al baño, cerré la puerta y fui a la bañera me acosté e intenté escuchar lo que ellos dos decían.
#17575 en Novela romántica
#3146 en Chick lit
mafia amor venganza romance, mafia amor familia, amor prohibido mafia
Editado: 02.06.2022