Secretos Tormentosos

Capítulo 4

Me desperté sobre saltada a las cinco de la madrugada, estaba sudando no recordaba bien pero quizás fue una pesadilla o algo no podía recordar que me había sucedido en mis sueños. Me levante de la cama y fui al baño para lavarme la cara, me mire al espejo mi reflejo no me gustaba, en pocos días ya había bajado de peso me veía un poco demacrada, volví a mojar mi rostro y me seque con una pequeña toalla que había al lado del lavabo, la toalla era completamente blanca, pero tenía las iniciales LG bordadas en negro. Salí del baño y el sol aun no salía, era demasiado temprano y realmente no podía hacer nada que no fuera quedarme en la habitación, Luca no me dejaba salir ni para tomar un vaso con agua, me acerque a la puerta para ver si quizás estaría abierta y poder ir a la cocina por ese vaso de agua tenía algo de sed, para mi sorpresa estaba abierta.

― ¿Para dónde vas? ― Sentí un escalofrió recorrerme todo el cuerpo, me estremecí al escuchar la voz de Luca dentro de la habitación, sin pensarlo dos veces encendí la luz, pude notar que estaba durmiendo en el piso.

― ¿Qué haces aquí? ― pregunte mirándolo atónita. Mientras tanto él se tapa la cara con su brazo la luz le debía molestar.

― Paolo llego y tuve que dormir aquí, acuéstate. ― Dijo sin verme a la cara.

― Es que quería tomar algo de agua estoy sedienta y pensaba en ir a la cocina por un poco de agua. ― Luca resoplo muy duro, parecía que estaba molesto.

― Bien, vamos a la cocina y vuelves a la cama. ― se sentó y me observo de arriba abajo. ―Lindas piernas. ― Me ruborice al escuchar ese comentario, olvide que me había quitado el jean para dormir más cómoda y estaba en ropa interior, cuando Luca se puso de pie note que tampoco llevaba pantalones solo un bóxer que se le pegaba mucho a sus piernas y a la entrepierna no dejaba mucho a la imaginación; desvié mi vista de ahí, solo en pensar mis mejillas se calentaron estaba roja por haberlo visto de esa manera.

Se levanto y camino hasta la puerta, el abrió y lo seguí, bajamos por las escaleras, en el último escalón me tropecé porque no conocía para nada ese lugar, sino fuera porque Luca estaba delante de mí me hubiera ido de bruces contra el suelo, aunque me incomode porque lo golpee en la espalda, primero fue con un teléfono y ahora había sido yo.  

― Ten cuidado. ― No parecía molesto, pero igual me sentí avergonzada.

― Lo lamento no era mi intención. ― Dije realmente arrepentida. Luca no dijo nada más.

Después de mi pequeño accidente Luca encendió las luces y toda la primera planta se ilumino habían más de veinte luces parecía que era de mañana con la claridad de verdad el dueño de la casa era un total excéntrico, esa casa parecía de verdad un palacio. Pude notar al entrar al salón que algunas cosas estaban rotas, la mesa de centro que tenía un vidrio estaba totalmente destruida, las flores de las masetas estaban vueltas nada, algunas puertas de armarios estaban abiertas y en el suelo mucho barro que iban hasta los grandes ventanales del fondo del salón

― Marcello y compañía hicieron un desastre mientras te buscaban. ― Me dijo Luca mientras serbia el vaso con agua, me lo dio y lo bebi muy rápido, se sentía tan bien estaba fría y estaba algo acalorada, el aire acondicionado estaba un poco bajo por eso la casa estaba caliente, en verano las noches eran más frescas, pero aun así tenía calor.  Cuando termine deje el vaso en el lavaplatos aproveche que Luca estaba distraído para caminar por todo el primer piso, fui hasta los grandes ventanales, note que uno era una puerta y la abrí para salir al patio trasero, la piscina era mucho más grande de lo que alcanza a imaginar desde el balcón se veía diferente, como aun tenía calor estaba pensando en lanzarme darme un chapuzón relajante.

― ¡Hey! ― sentí unas manos en mi cintura. ― Ni te atrevas, no es hora de nadar. ― Dijo Luca agarrándome sin soltarme, no sé porque me gusto que me tomara así, fue una sensación demasiado agradable el contacto de sus manos con mi cuerpo. La piel se me erizo por ese pequeño roce.

― Ahora vamos a dormir. ― Dijo mientras me cargaba hacia dentro de la casa, me soltó y se inclinó para verme a los ojos. ― Eres bajita, pero te diré las cosas claras, esto no son tus vacaciones, mientras estes aquí no te vas a divertir, harás todo lo que yo diga ¿entendiste? ― cuando Luca estaba serio su rostro se torna muy tenso, me atemorizaba un poco esa tranquilidad que me daba cuando estaba sereno la perdía cuando estaba molesto.

Me agarro de la muñeca un poco fuerte, por su contextura y agarre note que tenía bastante fuerza en una pelea el ganaría con facilidad, al llegar a la habitación me soltó, señalo la cama no objete, no quería que se molestara más, camine bastante desanimada y me acosté, pero no lograba quedarme dormida.

A los pocos minutos pude escuchar que la respiración de Lucas era tranquila se había quedado profundamente dormido, no hice un solo sonido para no despertarlo.

Estaba amaneciendo lo pude observar por la ventana, también había unas cortinas, pero no estaban cerradas. Por falta de la tela cubriendo las ventanas la habitación se ilumino un poco, desde arriba de la cama pude ver a Luca dormido, se veía muy tranquilo no tenía esa expresión ruda que siempre demostraba, me quedé observándolo un buen rato más bien analizaba cada milímetro de su cara. Luca no era para nada feo era demasiado atractivo, sus pestañas si eran bastante largas y crespas, su nariz era fina y de un buen tamaño para la forma de su cara, sus labios eran gruesos no muy exagerados pero eran muy parecidos a los de los modelos que salen en las revistas y redes sociales, su tez era tan blanca como la mía, su pecho se movía de arriba respiraba muy despacio, al no tener camiseta note que sus pectorales se marcaban bastante, no tenía los cuadritos bien marcados pero no tenía una barriga como la tienen algunos hombres mafiosos como la muestran en las películas, en sus brazos se marcaban sus músculos parecía que se ejercitaba lo necesario sin exagerar. Incluso me parecía que era más apuesto que Luciano, lo único malo que tenía Luca era su forma de ser, su personalidad no era la más agradable del mundo, pero bueno no debía importarme como era él conmigo. Sin dejar de verlo aún no sabía la razón de porque me encontraba en esa casa y por la forma en que me hablaba parecía que era un trabajo para el muy importante tener que cuidarme aunque desagradable, quizás él era dulce o tierno  cuando estaba con otras personas pero creo que eso yo nunca lo sabría; también tenía que tener en cuenta que Luca es el hijo de uno de los mafiosos más peligrosos del país entonces esa dulzura tal vez ni debe existir los mafiosos no son tiernos y mucho menos buenos.




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