Secretos & Venganza

Capítulo 20

Kaleb Campbell 
 


Ha sido una semana complicada y me la he estado pensando en Scarlett, no logró dejar de pensar en ella y que es lo qué hará.

Los negocios van bien y si, odio que sea así pero al fin y al cabo es mi trabajo... la misma a la que, por así decirlo, le debo tributo.

— ¿Estas listo? — Xander y su manera de irrumpir en mi oficina.

— Nací listo, no sé para que preguntas — respondo cargando el arma, pongo el seguro y la guardo detrás de mi espalda — ¿Los demás ya están listos? — inquiero.

Este podría llegar a ser unos de los trabajos mas difíciles que los Cobras hayamos hecho por eso la paga es sumamente importante, pero lo que mas me interesa es derribar al clan de Murphy.

Esas malditas escorias contaminan al mundo.

— Vaya parece que alguien esta motivado — sonríe con cinismo — Sí, el resto ya esta listo. Solo que tengo algo para decirte y creo que no te va a gustar nada — menciona serio.

— Sin rodeos Xander — murmuro abriendo el cajón derecho del escritorio y de allí saco lo que tanto amo usar en estas ocasiones.

Un simple objeto para muchos, pero para mí significa un instrumento con el cual causo daño y me gusta verlos sufrir mientras suplican por piedad cuando se desangran lentamente.

— Bien te lo diré, desde ya te digo que yo tampoco estoy de acuerdo — alega serio.

— Directo al punto Xander — le exijo.

Sus merodeos a la hora de dar noticias poco agradable es muy...

— Demon irá con nosotros y ha dicho que nadie se opondrá.

— ¿¡Qué!?

Maldición, esto debe ser una jodida broma.

— Lo que oíste. Demon irá con nosotros, de hecho ya esta esperando afuera y créeme que va bien equipado — expresa un tanto asombrado.

— No, él no irá.

Demon no puede ir con nosotros, él no debe seguir nuestros pasos y caer en este negocio de mierda.

— Pues se lo dices a él. Yo intente oponerme y no recibí mas que me escupa en la cara — un gruñido asegura que habla de manera literal.

— Maldita sea. Demon eres un idiota — mascullo.

Salgo de la oficina con Xander detrás de mí, a pasos rápidos voy hacia afuera de la casa, buscó a Demon con la mirada y una vez que lo localizó me acerco a él con todo la ira recorriendo por mis venas.

Lo tomo del hombro y lo giro para luego propinarle un golpe. Él cae al suelo y sujetando su mandíbula, mirándome confundido y enojado.

— Escúchame bien maldito estúpido. Tu no te moverás de aquí — vocifero y siento las miradas de los demás hombres recaer en mí.

Se pone de pie y se para enfrente mío para hacerme frente, me empuja y sin querer retrocedo al borde de perder el equilibrio.

— Iré y tú no me lo impedirás — suelta espetante — Ya no soy un niño y puedo tomar mis propias decisiones — alega enojado.

Lo tomo del saco y lo acorralo contra uno de los vehículos.

— Tú no irás, ultima palabra — no me arriesgare a que alguien lo lastime, no perderé a mi hermano solo por un capricho suyo — Si quieres dolor yo puedo ocasionarlo cuando regrese.

— Púdrete — me escupe en la cara y eso hace aumentar mi ira, sin pensar le doy un fuerte golpe en su abdomen y el cae de rodillas quejándose en dolor.

— ¿Así quieres ir? No toleras un golpe y quieres meterte en una jauría de lobos — vocifero irónico — Levántenlo y lo llevan dentro — le ordenó a dos de los muchachos, estos asienten en silencio y acatan mi orden — Les advierto que si él llega a salir de la casa ustedes pagarán las consecuencias — amenazó mirándolos iracundo y señalándolos con el dedo.

— Kaleb eres un hijo de puta — dice Demon mientras es arrastrado por los hombres dentro de la casa.

— Este hijo de puta te partirá la cara si llegas a salir de aquí — grito y los muchachos lo meten adentro, mientras él se mueve bruscamente para soltarse de ellos.

— Debí hacer eso desde un inicio — murmura Xander y lo miro mal.

— Lo tocas y te mato —  advierto.

— ¿Solo tu tienes el derecho de golpearlo? — inquiere hastiado.

— Es mi hermano y si tengo que golpearlo para que entre en razón eso haré — respondo borde.

— Él también es parte del negocio.

— No es como nosotros y jamás permitiré que se transforme en lo que somos.

— Algún día tendrá que serlo.

— Jamás — refutó — Jamás entrará en esto, ¿me oíste? — formulo parandome demandante frente de sí.

— De acuerdo, de acuerdo. Eres el jefe, tú mandas — acota virando sus ojos.

Me giro y hago una señal con mi dedo, señal que mis hombres ya conocen y todos comienzan a subirse a las camionetas. Xander se sube en uno de los últimos vehículos, yo por el contrario me subo en el primero.

Salimos y en la salida de la mansión las camionetas se dividen en tres grupos para tomar diferentes caminos y que no sea sospechoso ante las autoridades. Aunque la persona que pidió que nos encarguemos de darle fin al clan de Murphy es un político, ha pedido que no levantemos sospechas y por esa razón nos dividimos para tomar diferentes caminos. De todas maneras llegaremos al mismo tiempo y al mismo destino.

— Ya conocen el plan, en cuanto lleguemos al lugar toman sus armas y disparan a matar — les digo a mis hombres — De Murphy, nos encargaremos Xander y yo — él tiene una cuenta pendiente de hace algunos años y hoy será el día en que pagará, con su vida.

— De acuerdo — responden los tres al unísono.

— Recuerden los silenciadores. No quiero escándalos — alego intercambiando miradas con los tres.

— Todo esta listo señor — expresa uno de ellos.

— Bien, quiero que sean limpios. No dejen huellas, ¿está bien? — los tres asienten.

Para esto es que sirven los entrenamientos, para que todo salga a la perfección, sin errores, con discreción y así es como jamás darán con nosotros. Los Cobras somos asesinos, pero no de cualquier tipo.

Quitamos a la basura del mundo sin dejar rastros de nosotros, lo hacemos en silencio y sin llamar la atención, por eso considero que el mejor horario para atacar es el atardecer.



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En el texto hay: mafia, romance, amor y venganza

Editado: 01.03.2023

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