Secretos & Venganza

Capítulo 31

Kaleb Campbell

 

Bien hecho Kaleb, has creado un nuevo monstruo — esas palabras se han quedado estancadas en mi mente, no ha pasado un solo segundo sin que las vuelva a pronunciar sintiendo culpabilidad.

Solo quiero poder obtener su perdón, quiero estar cerca de ellos pero será difícil que me lo permita, a pesar de que ha dicho que no me negaría el acercamiento hacia mi hijo no he podido dejar de pensar que solo lo dijo por decir.

— Si le das tiempo quizás ella cambie de parecer, solo necesita oír tu versión Kaleb — alega Xander.

Le conté lo que pasó hace unas horas atrás y desde allí no me ha dejado en paz con infinidades de inquisiciones y alegaciones positivas.

No sé desde cuándo Xander se comporta de este modo, pero agradezco que lo haga, ya que con Demon y sus miles de insultos no se puede entablar conversación alguna.

— O quizás sería mejor que se lo quites y lo lleves lejos — argumenta Demon, mostrando una sonrisa que nunca antes había visto en su rostro.

Xander voltea a verlo con una ceja enarcada y cierto enfado cruzándose por su rostro.

— ¿Pero qué diablos dices? Ella es su madre, seria muy injusto que hiciera eso. Demon, no sé que carajos tienes pero debes saber que estás hablando estupideces.

— Digo que ella ya lo ha tenido suficiente, Ian es nuestra sangre y también nos pertenece — responde sin quitar esa sonrisa de su rostro.

— Es mi hijo no un juguete que tenga dueño — declaro — Jamás lo alejaría de su madre, por más que ella no haya dicho de él, jamás los alejaría.

Un mohin torcido se alza en él y tras hacer un pequeño movimiento de asentimiento se dispone a hablar.

— Bien, pero si quieren hacerlo me avisan — con ese comentario jocoso se pone de pie y se acerca a la puerta, volteandose antes de salir agrega; — Solo estaba bromeando, por más que la noticia me haya enojado no le haría eso a Ian — declara y esta vez si siento que ha regresado a ser el mismo chico tranquilo.

Ha vuelto mi verdadero hermano menor.

— ¿Ya se te ha retirado la menstruación? — molesta Xander, y Demon bufa.

— Muérete escoria — escupe y cerrando la puerta con demasiada fuerza se retira de nuestro campo de visión.

— Necesito estar solo — murmuro llevando la mirada hacia la cama.

Por el rabillo del ojo veo como se remueve y coloca de pie, paso seguido se acerca hasta mí y se para enfrente colocando una expresión interrogante.

— ¿Te vas a suicidar? — inquiere moviendo sus cejas una y otra vez a modo de juego.

Sonrio y niego ante su pregunta.

— ¿Entonces qué harás?

— Quiero dormir, es todo — aclaro con tranquilidad.

Con pasos relajados se acerca hasta la puerta color marrón, misma que utilizo Demon para irse segundos antes.

— Bien entonces te dejaré dormir y luego vendre por ti para ir a revisar el perímetro, ¿te parece? — asiento y se retira.

Necesito descansar de todo esto, solo deseo unos minutos de silencio y mantenerme al margen de la estrictas órdenes de William, quiero dejar de pensar en los siguientes movimientos y no obstruirme de las posibilidades para recuperarla.

 

***

 

He caído al vacío.

Solo veo la oscuridad de la venganza, la sangre de supuestos enemigos derramarse y tiñendo el verde del césped en un color rojo.

Pisadas convirtiéndose en corridas desesperadas, el llanto de una mujer proviniendo desde esa siniestra casa me alarma, no me quiero ir. No puedo dejar a Demon solo en esto.

— Kaleb debes ir por ella, sácala de aquí — murmura y los hilos de sangre saliendo de su boca incrementan — Ve por ella — ruega y niego temeroso a perderlo.

— No te dejaré, jamás. ¿Me oíste bien? — pregunto presionando la herida en su abdomen con la intención de frenar la hemorragia.

De sus ojos escapan lágrimas de tristeza y corrompiendo mis murallas me echo a llorar junto a él — Hermano—  artícula en un susurro ahogado por su sangre —, ya me estoy yendo, me iré con ellos — no, no, no. Tú no me puedes dejar, no ahora que todo está por terminar — Salvala — pronuncia cerrando sus ojos.

— Demon, Demon despierta. ¡Por favor!
— suplico, ruego y exijo pero los latidos de su corazón ya no obedecen a una simple voz — Demon — grito pegandolo a mi pecho con dolor — Hermano lo siento, lo siento mucho — musito sintiendo como mi alma se deja envolver por la sed de venganza.

Un disparo hace que levante mi cabeza y en ese momento veo caer a Xander.

— Perdóname — pronuncia moviendo sus labios, antes de jalar el gatillo del arma que apuntaba hacia su cabeza.

Quise correr y detenerlo pero mis piernas trastabillaron haciéndome caer a un lado de su cuerpo. Mis dos hermanos se han ido, mis dos amigos me han dejado solo en la oscuridad de este mundo.

— Levántate — escucho la orden proveniente de William y lentamente alzo la mirada hacia él — Levántate y ve por ella — exige apretando sus dientes.

— No puedo, mis hermanos... ellos...

— Ellos ya no están Kaleb, se han ido —  declara con ira y una mezcla de pena hacia mí.

— Nooo, ellos no — grito levantandome de golpe.

Un nudo en mi garganta crea una horrible opresión en mi pecho, el oxígeno volviéndose pesado y el miedo cobrando vida me hace temer a que esa horrible pesadilla llegue a la realidad.

Maldición.

Solo fue una pesadilla, solo fue eso.

¿Pero por qué lo he sentido tan real, por qué desperté con esta horrible sensación?

¿Joder, qué mierda me pasa?

Vamos Kaleb dejate de pensar que solo ha sido una pesadilla, nada ha sido real.

¡Déjalo asi demonios, déjalo asi!

Un gran golpeteo logra sacarme de aquel horrible ensimismamiento y tras decir que pasen veo a Demon, atravesar la puerta con sus facciones contraídas en asco y repugnancia.



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En el texto hay: mafia, romance, amor y venganza

Editado: 01.03.2023

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