Capítulo 35

William Lane fue el primero en abandonar la casa, seguido por una Ksenia Ivanov muy ansiosa y un Luis Fincher demasiado preocupado. Luego salió Demon Campbell, acompañado por aquellos dos chicos llamados Marcos Wenger y Henry Darwin. 

Mila Ivanov continuó retando y desafiando a Kaleb para que la dejara salir, sin embargo él se negaba a su petición hasta que ella se cansó y salió de casa intentando acabar con aquella discusión e incluso con ese intento sobreprotector que tenía él para evitar dejarla tomar sus propias decisiones.

—Síganla —pronunció la orden con la mirada puesta sobre Robert Marín y Stevens Fitzgeral, quienes asintieron rápidamente abandonando la estancia.

—¿Qué haremos? —inquirió el último sujeto que aún permanecía dentro de la casa, aquel mismo que Kaleb repudia, sin embargo ahora también era en quien debía confiar la seguridad de su hijo y futura mujer—. Sabes que Jeremy solo busca sangre, sabes que su modo de operar siempre acaba con la muerte en sus manos, y mejor que nadie saber que si ese tipo está del lado de Adolfo estamos acabados—argumentó mirándolo en busca de respuestas.

—Lo que haremos será salir y escuchar o ver lo que tiene por mostrar. Lo que sucederá es que tú serás el escudo de Scarlett y ante cualquier amenaza ya sabes lo que debes hacer —replicó mostrando firmeza, e inmuto ante la clara amenaza que representaba Smith se reveló saliendo de la casa.

Ya estaban todos afuera; no obstante Mila estaba siendo protegida por Robert Marín y Stevens, este último se mostraba un tanto repudiado por las presencias de los cuatro sujetos que estaban parados frente dos camionetas.

—Por el momento reserva todo el asco que sientes hacia mí y mantente cerca —Zacarías le dijo en un leve susurro al oído. Ella volteó a verlo confundida y quiso negarse, pero el pelinegro se adelantó a irrumpirle—: Es una petición de mi primo.

Aún con la desconfianza merodeando su cabeza volteó buscando a Kaleb, quien la estaba viendo y con discreción asintió avalando la palabra del pelinegro de ojos grises.

Entonces ella se ubicó tras un escudo creado por tres hombres; Robert Marín, Stevens Fitzgeral y Zacarías Segovia Campbell.

Las miradas desafiantes iban y venían, el recelo era latente, pero más notorio resultaba el clima que se había tornado tenso y amenazante. Como si el día supiera lo que estaba a punto de ocurrir dentro de la propiedad Petrov.

—No comprendo el atrevimiento para venir a mi casa y hacer que mis hombres se alteren, pero de una vez les recomiendo que se retiren —vociferó William, intentando ser escuchado con claridad.

—La mayoría de ustedes sabe quien soy —habló Smith, con el mismo tono elevado que empleó William—, sin embargo quiero presentarme para no ser descortés —añadió, alzando una sonrisa socarrona, poco perceptible para los demás—. Soy Jeremy Smith y ellos son mis amigos, puede que se vean demasiados molestos pero les garantizo que son inofensivos —aseguró sin atisbo de diversión.

—Ahórranos tu palabrería barata y di por qué carajos te atreves a venir —bramó Demon, observándolo con una seriedad fría y severa.

—Estoy aquí por órdenes de mi superior y porque antes de que ejecuten sus planes contra Adolfo Lane, tienen que saberse demasiadas cosas —replicó acercándose a ellos—. Todos ustedes esconden secretos y es hora de que sean desenterrados —anunció mirándolos uno a uno.

—Creo que has llegado tarde —espetó Ksenia—. Todos saben de él —señaló a William—. Ya se sabe que es Christopher Petrov y que ha estado protegiendo a su hermana.

—Pues me alegra saber que uno de sus tantos secretos haya sido revelado, pero aún hay mucho que se debe dar a conocer y como algunos de ustedes sabrán soy un hombre que no da tantos merodeos, así que comencemos a desenterrar el pasado —alegó volviendo a tomar más proximidad a ellos.

—Me parece que esto no es necesario —refutó Xander, volteando a ver a su hermano Kaleb, en busca de apoyo.

—Concuerdo contigo —comunicó Demon, temiendo que su verdad fuera develada.

—En mi caso ya no hay nada más por decir, así que anda, dinos todo lo que sabes —William instó de manera tajante.

—Tu seguridad me da mucha gracia, ¿y sabes el motivo? —él no contestó nada, solo se limitó a mirarlo con recelo—. Porque muy en el fondo sabes que aún hay algo por revelar y temes que tu adorada hermanita te odie por…

—¡Cierra la puta boca! —bramó colérico, interrumpiendo que el pelinegro de orbes azul marino dijera lo que él ocultaba de su hermana.

Si bien Scarlett sospechaba que entre su hermano y su mejor amiga existía cierta atracción sexual, no tenía conocimiento de que entre ellos había una relación de años.

—No temas, nada podrá hacer que me aleje de ti —Scarlett le hizo saber, luego de haber salido de aquel muro que le negaba ver todo con precisión.

—¿Lo ves? —inquirió Smith, señalando a Mila con la palma extendida— Tu miedo es estúpido y negar lo que sientes por Ksenia es de imbéciles. Has ocultado y negado tus emociones por miedo a perderlas, has intentado alejarla de ti por temor a que tu hermana se oponga entre ustedes —alegó, sin embargo en la vibración de su voz había cierto reclamo.

—¿Ustedes están juntos? —Mila le preguntó a Ksenia.

—Desde hace ocho años estoy a su lado —afirmó la misma, manteniendo sus dientes apretados y la mirada baja por vergüenza—. Fui quien lo encontró el día que tu padre le disparó frente a ti. Yo estuve ahí, procurando su recuperación y algo comenzó a moverse dentro de mí. Me enamoré mucho antes de que él despertara —confesó, sintiéndose apenada.

—Me importa un carajo. Por esto no dejarán de ser mi familia —declaró firme, mirando al hombre que le parecía familiar por la particularidad del brillo en sus ojos azules y aquella voz que había logrado oír mucho antes de los eventos, mas no lograba recordar dónde.

—Me complace saberlo —ironizó Smith—, pero los secretos de William no cesan en una relación oculta —anunció mirando a los hermanos Campbell para añadir—: Él también es responsable de una creación que mi jefe reconoce como majestuosa. William, o mejor conocido como Christopher, ha creado un Ángel —sonrió al ver la expresión desencajada de Demon.