Secretos & Venganza

Capítulo 39

¡Holaa!

Antes de comenzar la lectura quiero agradecerles por los 21k. En serio muchísimas gracias por tanto. 🤗

 

NOTA: 

 

Este capítulo puede contener escenas no aptas para menores, así que sugiero que todo menor se abtenga de leerlo y aguarde al próximo capítulo. 

 

Si bien se intento no ser demasiado específico quizás no se haya logrado del todo, por lo tanto pido que no comenten respeto a éste capítulo. 

 

Gracias y disfruten la lectura.

 

 

Su cabello brillaba como el sol durante el mediodía, aquella sonrisa tan tímida era apreciada como si fuese la octava maravilla, el azul intenso de sus orbes brillaban pícaros y por primera vez durante tantos días se la podía ver mínimamente extrovertida.

Ella había realizado un nuevo cambio y él, aquel hombre de mirada hechizante, estaba atrapado en la deslumbrante belleza desbordada por su dulce obsesión.

Hacía minutos atrás había optado por seguir lo indicado por su instinto, había elegido perseguir las inmensas ganas de volver a verla, de querer descubrir cuán grande era su nuevo aspecto. Han pasado varios minutos desde que Kaleb tomó la decisión de abandonar todas las inquisiciones internas respecto a esa chica que había secuestrado para manipular a su hermano menor. Varios minutos transcurrieron de aquel evento y ahora estaba enfrascado por ella, la única mujer que podía tenerlo bajo sus pies si así lo pedía.

—William y Luka dicen que es demasiado ostentoso —comentó ella, tratando de espabilar al castaño de orbes brillantes en deseo—. ¿Piensas igual que ellos? —inquirió aproximándose despacio, visualizando como su nuez de Adán subía y bajaba lentamente. Algo que se le hacía demasiado atractivo.

—Pienso en todo lo que podríamos hacer utilizando mis manos y tu cabello —replicó acortando la distancia, mientras bajaba los ojos hasta la falda del vestido ceñido a sus caderas—. Incluiría esta corbata y la cama que está justo ahí —señaló volteando a verla por breves segundos—. Haríamos todo lo que no pudimos hacer esa noche en mi departamento, te haría tantas cosas Scarlett y… Joder, ¿cómo haces para tenerme así? —en respuesta ella mordió su labio inferior y río bajito.

—Es un secreto —susurró, pues la distancia se había desvanecido. Cauta y lentamente aproximó su rostro al oído de Kaleb para musitar—: El secreto de una obsesión.

Él sonrió orgulloso de lo que ahora era su mujer, sin embargo en un intento por no volver a sentirla lejos la tomó de la cintura y la apegó a su fornido pecho. Hacía mucho tiempo que necesitaba tenerla para él solo, necesitaba sentirla suya o terminaría por volverse loco.

—Aún te gusta jugar a esto, ¿cierto? —murmuró, corriendo un mechón de su cabello dorado— ¿Te encanta prender esto? —inquirió tomando una de sus manos y cautelosamente comenzó a descender hasta sus pantalones, posicionándola justo allí, donde su erección se apretaba contra la tela del mismo pantalón.

—Prenderlo y apagarlo —replicó afincando sus dedos sobre la tela, tomando aquello con firmeza mientras observaba como la expresión de Kaleb se distorsionaba al placer. Vio cómo sus párpados se cerraron y entreabrió la boca soltando un suspiro bajo y extasiado—. Sé cuánto te encanta que lo haga —volvió a musitar, está vez muy cerca del lóbulo izquierdo.

Un leve roce sobre su cuello lo llenó de impaciencia e incrementó el deseo y las ganas de poseerla una vez más.

—Jugar con fuego es peligroso, Scarlett —pronunció al sentir como ella ascendía por su cuello entre besos húmedos—, pero sabes cuanto me encantan los riesgos —añadió, mas ella estaba demasiado entretenida en marcar cada centímetro de piel con sus labios.

Echó su cuello a un lado, permitiendo que ella continuara moviéndose sobre su piel mientras él descendía lentamente la cremallera del vestido y comenzaba a despojarla de él a través de suaves, pero tentadoras caricias.

La fina tela tocó el piso dejando la anatomía de Scarlett expuesta a una mirada llena de lujuria y chispeante en deseo frenético. Un solo vistazo bastó para que Kaleb notara que la redondez de los senos de su hermosa y loca obsesión se hallaban descubiertos, esperando a ser devorados por su lengua y boca ansiosa.

—Kaleb —ella emitió en un suave suspiro, observando detenidamente cómo él lamía sus labios aplicando un brillo llamativamente delicioso—. Hazlo —instó acercándose a él, para rodearlo con sus brazos e iniciar a besarlo de un modo vehemente, lento y profundo.

Ambos comenzaron una ferviente danza moviendo sus labios al compás. 

Scarlett intentaba despojar a Kaleb de las prendas que cubrían la dureza y tonificación de su torso, sin embargo él no le permitió realizar demasiado, puesto que el deseo más la ansiedad lo llevaron a sujetarla firmemente de la cintura y hacer que ella enredara ambas piernas tras su espalda.

Había conseguido dejar su pecho al descubierto y ahora que estaba tan apegada a él sentía la calidez que emanaba, percibía todo su calor llenándola y arrasando con el miedo a perderlo.

—Olvidemos la corbata —susurró él, tomando escasos centímetros de distancia para poder apreciar la sonrisa que ella formaba sobre sus labios.

Ninguna palabra fue gestionada por Scarlett. Solo se abstuvo de sentir como Kaleb iniciaba un reguero de besos por su cuello, hombro derecho y clavícula, mientras ambos se acercaban al peinador cerca de la puerta.

Él, por su parte, la sentó sobre la mesita y alejó todo los objetos que yacían sobre la superficie para mayor comodidad. Luego en un rápido movimiento se deshizo del saco junto a la camisa, pero permaneció con la corbata atada alrededor del cuello. No obstante, Scarlett enredo la tela en su mano izquierda y con velocidad lo aproximó a sus labios, robándole un casto y húmedo beso.



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En el texto hay: mafia, romance, amor y venganza

Editado: 01.03.2023

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