El cuarto camino (o cuarta vía) es una doctrina metafísica, cosmológica y filosófica (de orientación idealista) introducida en occidente por George Gurdjieff y Peter Demianovich Ouspensky.
G. I. Gurdjieff, fundador de la escuela del cuarto camino.
Se basa en la creencia de que el ser humano necesita un procedimiento o sistema para despertar (a través del autoconocimiento, atención consciente y del entorno, y sobre todo «el recuerdo de sí»). Dentro de esta doctrina se reconocen otros tres caminos, pero no son prácticos debido al modo de vida actual. Según indican las escuelas de cuarto camino hoy día, hay un tipo de camino para cada tipo de persona y el sentido es encontrar la parte olvidada de sí mismos; en pocas palabras despertar del sueño, de la mal llamada consciencia de vigilia en la cual se está inmerso, que no es más que otra manera de sueño.
Como escribió Ouspensky en su libro Fragmentos de una enseñanza desconocida:
“El cuarto camino no exige que uno se retire del mundo, no exige que uno abandone todo aquello por lo que se ha vivido hasta el momento. Este camino comienza mucho más lejos que el del yogui. Esto significa que es necesario estar preparado para entrar en el cuarto camino, y que esta preparación, que es de las más serias, tiene que adquirirse en la vida ordinaria y aplicarla sobre muchos lados diferentes. Además, el hombre que quiere seguir el cuarto camino tiene que reunir en su vida condiciones favorables al trabajo, o por lo menos aquellas que no lo hagan imposible; porque es necesario convencerse de que tanto en la vida exterior como en la vida interior, ciertas condiciones pueden constituir barreras infranqueables para el cuarto camino. Añadamos aún, que este camino, contrariamente al del faquir, al del monje y al del yogui, no tiene una forma definida. Ante todo, tiene que ser hallado. Es la primera prueba. Y es difícil, porque el cuarto camino es mucho menos conocido que los otros tres caminos tradicionales. Son numerosas las personas que nunca han oído hablar de él o que niegan simplemente su existencia o aun su posibilidad”.
Presentando el Cuarto Camino
El Cuarto Camino es un camino – un sendero. Como tal, solo puede ser comprendido por experiencia. El “sistema” como lo presentaran Gurdjieff y Ouspensky, es una expresión del siglo XX del Cuarto Camino – pero no es el camino en sí.Ayuda a describir este “camino” a gente que no esté familiarizada con él, bosquejando su carácter y su sabor. Es una distante aproximación de la cosa en sí misma. Por cierto, Gurdjieff y Ouspensky fueron con el tiempo forzados a abandonar el sistema que tan completamente enseñaran, una vez que encontraran a sus estudiantes perdiéndose en caprichosos debates sobre el sistema a expensas de cruzar el camino. El sistema comenzó a bloquear el camino.
En consecuencia, sería en vano agregar explicaciones más sistemáticas a los volúmenes ya existentes sobre el sistema. Sin embargo, mucho menos se ha expresado sobre el Cuarto Camino como tradición – como influencia. No obstante, para uno que cruza el Cuarto Camino, es crucial que gradualmente se familiarice con la gran tradición de la que es parte; que se conecte con algo mayor y superior que él mismo. Abajo, expondremos sobre la tradición del Cuarto Camino, de la que Gurdjieff era un agente del siglo XX.
Gurdjieff y el ¿Hermetismo?
El sistema, como lo presentara Gurdjieff, no era hecho por el hombre. Mientras que Freud formulara el psicoanálisis por sus propias observaciones y Darwin formulara la evolución por sus propios estudios, el sistema de Gurdjieff no podría haber sido concebido por un solo hombre ni por un grupo de personas, porque su propósito hubiera sido derrotado instantáneamente. Ese propósito es elevar lo humano a lo sobrehumano. La mente humana tiene límites definidos, más allá de los cuales no puede saltar, y cualquier sistema que proclame empujar al hombre por sobre sí mismo, se debe originar más allá de las limitaciones del hombre.
Ese “más allá” no concierne demasiado al recién llegado al Cuarto Camino. Se hará más evidente cuando progrese por el sendero. Gurdjieff lo llama “mente superior,” una fuente del “conocimiento objetivo.” El conocimiento objetivo significa conocimiento de los principios objetivos que gobiernan el universo. A este respecto, el Cuarto Camino sigue el principio hermético de Como es arriba es abajo y de Como es adentro es afuera: bosqueja las leyes fundamentales que gobiernan cualquier cosmos y desde allí arroja luz al hombre microcosmos. No le pertenece a nadie, no se ha originado de nadie y, por lo tanto, no acabará con la muerte de nadie.
Las antiguas fuentes de Gurdjieff
En consecuencia, Gurdjieff presentaba su sistema, no como su propia invención, sino como una antigua tradición. No era una recopilación exótica que él hubiera parchado durante sus viajes por el oriente. Existía en forma completa antes que él la hubiera encontrado –por cierto, miles de años antes que la hubiera encontrado– y había pasado desde una época a la siguiente por personas que habían practicado sus principios. Este es un punto crucial para tener en mente al aproximarse al Cuarto Camino, porque en nuestra época, se asocia naturalmente con el hombre que lo presentara en el siglo XX. En tanto que Gurdjieff podría haber reclamado la exclusividad del conocimiento que solo él parecía poseer, no lo hizo, y por una razón específica. El Cuarto Camino, por definición, tiene que haberse originado desde arriba hacia abajo, o no podría vivir con sus propios reclamos de objetividad.