Theo'S
Largué una carcajada - ¿Trevor? ¿como el trevor de la suerte? - abrí mis ojos - pues la necesitaras.
Ben se río al lado mío.
-Miren mocosos, no tengo tiempo para ésto, y claramente sabemos que están en desventaja...
-Pruébame - dije mirándolo fijo. Vi de reojo a Ben.
-Yo quería pelear, pero si tu cantaste primero - dijo mi hermano alzando sus brazos.
Sonreí de costado, y di un paso al frente. Observe atento el lugar. Pasillo angosto, y una gigante puerta de metal al fondo.
-Oh vamos, espero el golpe - dijo el tal Trevor alzando sus brazos y cerrando sus ojos.
Hice una mueca, y caminé lentamente hasta él. Una vez al frente suyo, su puño se abalanzó a mi cara, pero lo bloqueé.
-Eres muy predecible - dije doblando su muñeca, con un fuerte movimiento al costado - además, de una pésima táctica. ¿Cual es tu rutina?
-¿¡De que mierda hablas?! ¡suéltame la puta mano! - dijo cerrando sus ojos y arrodillándose.
-Estás a un menos dos por ciento, de poder hacerme daño imbécil - le susurré - te diré lo que haremos, voy a inmovilizarte, y junto con mi hermano saldremos de éste cuchitril.
Trevor trató de alcanzarme con su otra mano, pero la tomé en el aire. Con el impulso de mis piernas en la pared, logré dar un salto y ponerme detrás suyo. Apoyé mi pie en su cuello, y lo apreté contra el suelo, mientras sigo sosteniendo uno de sus brazos en alto, y el otro siendo bloqueado por mi pie libre.
-Ya se quienes son ustedes dos. Lo supe desde el momento que los vi al entrar. Los hermanos Brush - Trevor se quejó al no tener aire - pobre de su hermana lo que tuvo que pasar por ustedes.
Lo miré de reojo a Ben, pero éste agitó su mano, para que me tranquilizara.
Lo cual no funcionó mucho.
Apreté mis dientes, y sin esfuerzo alguno tiré de su brazo, haciendo que pierda la conciencia por completo.
-Podría haberlo acabado - le dije pasando a su lado y chocando su hombro.
-Nosotros no somos como ellos, Theo - dijo trepando hasta la ventana.
-Si, pero se lo merecen por lo que le hicieron a Gabriela - susurré para luego trepar detrás de él.
La calle está totalmente desierta, y no me sorprende, éste lugar es la nada misma. Un lugar perfecto para tener cautivo a alguien, ¿quien los escucharía gritar?. Un escalofrío recorrió toda mi columna, al imaginarme a Gabriela gritando, y pidiendo ayuda.
Cerré mis ojos. No me importa quienes somos nosotros, pero de que aquellos malditos lo pagarán, está mas que claro.
Empezando por éste Isaac Hamilton.
-Chicos... me han metido en un gran problema - dijo el líder sosteniendo una radio - me dijeron que Judith aprobaba que asistieran a ésta misión, quiere hablar con ustedes - dijo haciendo una mueca.
Con Ben nos miramos, y le sonreímos - lo siento - dijimos al mismo tiempo.
Tomé la radio y marqué - adivina, misión cumplida.
-Si - dijo Ben - Gabriela está sana y salva como un...
-¿¡Pero como se les ocurre arriesgar su vida así?! ¡y lo peor fue cuando entré a su habitación para ofrecerles sus galletas favoritas! ¿¡que con qué me encuentro?! ¡una grabadora! - gritó alterada y enojada.
Alcé mis cejas - tienes que admitir que esa idea, estuvo buena - me quejé por el codazo que me dio Ben en el estómago.
-Lo sentimos Judith, hablamos mejor cuando lleguemos - suspiró - era obvio que nada ni nadie, iba a impedir que ayudemos en el rescate de nuestra hermana.
-¡¿Pero...
Corté la linea antes de que nos siguiera gritando, y le entregué la radio al líder - yo que usted, no vuelvo a conectarla - éste asintió alarmado, y se fue a los transportes.
-Le cortaste en la cara - dijo Ben agarrando su cabeza - y no puedo decir que te matará, ¡porque siempre termina matándome a mi también!
Reí por lo bajo - siempre te hundirás conmigo hermanito, en las buenas y en las malas.
Gabriela'S
Abrí mis ojos lentamente, y apreté con mis manos, lo que parece ser ¿una sábana? Mi corazón se comenzó a acelerar, cuando me vi conectada a un suero. La habitación está a luz tenue, y aún no me acostumbro a la misma claridad.
-¿Hola? - dije en un hilo de voz.
¿Que fue lo que pasó? Lo ultimo que recuerdo, fueron a un montón de hombres diciendo que iban a protegerme. Oh Dios, ¿y si todo era unos farsa? ¿para hacerme hablar? Puede que aún esté en su juego.
Arranqué el suero de mi brazo, y con mis manos temblorosas, intenté secar mis lágrimas. Me senté con mis piernas colgando a un costado de la cama, e intenté pararme. Aún estoy débil, pero no les daré el gusto a aquellos malditos, no hasta mi último suspiro.
La puerta se abrió, y una mujer de anteojos, vino corriendo hacia mí.
-Aléjese - dije levantando mi mano - juro que si me pone una mano encima la golpearé, no se quienes son ¡pero se que juegan conmigo!
Ésta me miró rara - wou, cálmate ¿de qué hablas? Estás a salvo aquí.