Isaac abrió sus ojos preocupado - la policía, me está buscando.
Me acerqué hasta él y tomé su celular - ¿por secuestro? - alcé una ceja - tan errados no están - alcé mi vista y vi como Isaac me miraba mal. Sacudí mi cabeza - al parecer tu papá te culpó del secuestro a Lizzie - me giré hacia mis hermanos - eso quiere decir que ustedes también están en peligro.
-No puedo creer que me haya hecho ésto - Isaac agarró su cabeza y negó lentamente.
Suspiré profundo - no hay tiempo para lamentar - dije cruzada de brazos y con una mueca, ya que roce uno de mis hematomas - tenemos que irnos, ya era grave que Nelson nos buscara, peor ahora que lo hace junto a la policía.
-No creo que nos encuentren - Ben miró a su hermano - estamos en un lugar seguro.
-Si, pero no podemos arriesgarnos a que nos encuentren. Convengamos que burlarse de las autoridades, no va a ser tan fácil - Theo tomó su mentón y cerró sus ojos molesto - iré a hablar con Judith, y tú - señaló a Isaac - destruye el celular, ahora.
-Lo tengo en modo avión, no creo que...
Theo bufó y le arrebató el aparato, mientras lo arrojó al suelo, seguido de varias pisadas - listo, tan difícil no fue.
-¿Sabes cuánto costaba? - abrió sus ojos dolido y miró con furia a Theo.
Éste se encogió de hombros - no, y tampoco me importa. Con la plata que tienes puedes comprarte otro.
Apreté mis labios al ver la cara de confusión de Isaac, al momento en que Theo desaparecía de la habitación - ¿tenemos otro lugar a donde ir?
Ben me miró serio - no que yo sepa, hace poco que con Theo descubrimos que teníamos una hermana, vaya a saber cuantos misterios más nos ocultan.
Asentí lentamente y sentí unos pequeños quejidos.
-¿Isaac? - la pequeña Lizzie abrió sus ojitos, y se nos quedó viendo atentamente.
-Lizzie, ¿estás bien? ¿te duele algo? - Isaac le revisó su carita atentamente.
-Ya no creo que debas preguntarme más eso, me siento bien - sonrió de oreja a oreja y abrazó a su hermano.
Ben tosió y cerró sus ojos, mientras bebía un poco más de su agua. Me acerqué a su lado, y puse mi mano en su frente.
-Te está bajando la fiebre, eso es algo bueno - dije contenta.
-Esperemos - me devolvió la sonrisa y tomó mi mano entre las suyas.
-¿Qué le pasó a tu celular? - dijo Lizzie señalando las partes destruidas.
-Se me cayó - Isaac alzó sus cejas mientras sostenía a Lizzie en sus brazos.
En éstos momentos tendría que sentirme feliz, por lo que la policía busca a Isaac. Una forma u otra de hacer justicia por lo que me hizo sufrir. En vez de eso siento todo lo contrario, creo que éstas noticias me trajeron más incomodidad y preocupación. Me molesta no alegrarme, me molesta admitir que siento pena por él, me molesta no ser capaz de ignorarlo, oficialmente me odio por no poder hacer todo lo posible para alejarlo de mi persona.
-Mañana nos vamos - dijo Theo mientras entraba con el ceño fruncido - podríamos irnos dentro de tres días, y preparar mejor las cosas, pero no queremos arriesgarnos a que nos encuentren.
-¿Y dónde? - Isaac acostó la cabeza de Lizzie sobre su hombro y cubrió su cabecita con su mano.
Ben se quejó por lo bajo - no te tiene que importar, lo único que tienes que hacer, es mantener un perfil bajo. Suficientes problemas ya nos haz traído - hizo una mueca y me miró de reojo. No puede evitar sentirme un poco culpable de todo ésto.
Lo miré enojada y comprobé que Lizzie esté dormida - si fuera por mí, te entregaría. Pero ambos sabemos que para proteger a Lizzie, tú tienes que venir por ella. Eres la basura que arrastra la pobre niña, debería darte vergüenza de todos los horribles secretos que le ocultas. Que ejemplo de hermano - alcé mis cejas, y no pude evitar mentir en mis palabras. Necesito hacer que se sienta mal, para sacar (o deshacer) la preocupación que siento por él.
Isaac me miró dolido y bajó su vista, creo que por primera vez logré herir sus sentimientos - ayudaré en lo que pueda, ya lo demostré.
Theo asintió y abrió su boca para hablar, a lo que yo lo interrumpí - pues nada de lo que hagas bastará, que te quede bien claro.
-Si, niña. Lo supe desde el momento en que me trajeron aquí - alzó sus cejas y cambió la posición de sus brazos, en Lizzie.
El ambiente comenzó a sentirse algo tenso, por lo que decidí salir de allí a las zancadas. Por suerte nadie me siguió, debieron notar la expresión en mi cara con lo último que me dijo Isaac.
Fui directo a mi habitación, y cerré la puerta echa una furia. Me tiré en la cama y grité sobre la almohada, ¿como es posible sentir tanto odio y pena a la vez? Eso no existe, y seguro que me volveré loca.
Mi corazón se acelera cada vez que oigo su voz, pero mi mente y cuerpo siente un rechazo constante hacia él.
Mi mentón comenzó a temblar, y me abracé a mis rodillas. Si supieran todo el esfuerzo que hago, si supieran lo destruida y traumada que estoy por dentro. Tengo vergüenza al mirarme en el espejo, me siento sucia, y cada vez que me baño, me paso una y otra vez jabón por todo mi cuerpo lastimado.
El pararme frente a él, y decir una sola palabra, es como tener un batallón dentro mío, al punto que ya no se que sentir.
Necesito venir a mi habitación y descargarme, lo veo como la única forma.
Con lágrimas en mis mejillas, tomé la foto de mis padres y la apreté en mi pecho.
Si ustedes no nos hubieran dejado, yo no estaría pasando por ésto. Me siento tan perdida conmigo misma, al punto que ni me reconozco.
Me pregunto si algún día se irá ésta opresión que siento, constantemente, en mi pecho. Yo quiero olvidar, quiero mejorar, pero...no puedo.
No se cómo.