—Verónica—
Hoy ya después disfrutar en la fiesta y pasarla bien, cansada, agotada de mil maneras posibles estoy descansando, pero por cosas del destino mi madre me levanta, es ENSERIO, estoy cansada dejen descansar.
—Vero, levántate vamos—dice sin saber lo agotada que estoy
—Ya va madre, ya iré, en cinco minutos máximo, me dejas terminar de levantarme y quitarme el pijama— respondo de lo más cansada
—Vero cinco minutos no más, cinco, tienes que irte—dice más sacada de quicio
—Ya no te enojes que ya me levanté solo tengo que cambiar mi pijama.—respondo
—....
Después de quitar mi pijama y hacer la cama me entré a bañar y me arreglé con algo casual. Un conjunto basado en una remera negra tipo franelilla, un jean roto en las rodillas negro, unos converse blanco y negro, y un gorrito para el frío.
Me hice un recogido de cabello y dejé los flequillos, bajé desayuné y encaminé al centro comercial.
En el camino ya estoy un poco agitada debido a caminar ya que el centro queda un poco retirado de mi casa, el ambiente hoy está un poco como nostálgico; Ya en el centro comercial busco lo que tengo que comprar, hecho todo en el carrito y sigo buscando las otras cosas que me faltan cuando pronto mis ojos captan las personas corriendo y el pánico se hace presente en mi, hombres encapuchados apuntando con armas a padres, llevando con ellos las chicas ya sean de cinco años en adelante, intento correr pero por cosas del destino ya tenía uno en frente, y cuando se dispone a agarrarme mi cuerpo queda paralizado de miedo cuando reacciono a la situación quise escapar pero no pude y mis intentos inútiles luego de quedar sin fuerzas lo único que recuerdo es que taparon mi nariz con un paño, mientras forcejeaba pierdo la noción del tiempo.