Mediado siglo veinte.
En la oficina del Sheriff del condado de Atlanta, el jefe, John Smith, recibió a un agente del FBI, a quien vio con recelo por ser tan joven, no parecía tener más de 28 o 30 años. Tuvo que solicitar apoyo ya que el caso que tenía ahora era complicado, pero nunca pensó que le mandarían a un "bebé".
— Agente Mackenzie, un gusto — dijo educado el hombre mayor, serio, enjuto — tenemos una situación... distinta, es extraña... creemos son dos asesinatos.
— ¿Que tan distinta? — preguntó.
— Si es como pienso, es muy extraña.
— ¿De qué se trata?
— Apareció un cuerpo que no tenía nada de sangre, no le prestamos mayor atención, era sólo un vagabundo, pero hace dos días atrás una camarera del Hotel Raven sufrió un accidente y también apareció sin sangre — al ver como lo miró expresó lo que el moreno pensaba— exacto, creemos que algún perturbado se cree vampiro, o alguna secta vudú es la culpable, pero no hemos podido encontrar ninguna conexión entre las víctimas ni pistas. Acá tiene todos los antecedentes con que contamos. Tratáremos de mantener esto fuera del dominio público, pero no sé por cuanto tiempo lo lograremos, sígame — lo llevó a un rincón de la comisaría — puede ocupar este sector. Cualquier cosa que necesite me dice — pero en vez de irse a seguir con su rutina, fue a hablar con el FBI, para que mandarán algo curtido y no ese cara de niñito.
El agente se dio cuenta de todo, pero no era la primera vez que lo jugaban por su apariencia, sabía que debía terminar rápido el caso, y demostrar porque lo habían mandado a él precisamente. Se sentó a leer los papeles, luego fue a buscar a alguno de los amigos del vagabundo, descubrió que no era el único desaparecido, al menos había 2 más que nadie había visto en 6 meses, todos los que entrevistó eran gente sin complicaciones, nunca molestaron a nadie, incluso el occiso era conocido por ayudar en las casas, y por eso le daban algunos dólares que gastaba en licor.
Después se encaminó al hotel, eran pocos los huéspedes la noche en que la camarera Janett Johnson, empleada de color, se le atascó el brazo en un mecanismo de las gigantescas lavadoras que usaban en el sótano, pero por alguna razón que nadie entendió no gritó pidiendo ayuda cuando se le amputó el brazo, la cantidad de sangre encontrada era muy poca teniendo en cuenta que murió desangrada. Se entrevistó con el encargado del lugar.
— Buenos días Sr. Harris, soy oficial del FBI — le mostró su placa — ¿Qué me puede decir de la noche de la muerte de la Srta Johnson?
— Ella tenía que estar en el piso superior aseando las habitaciones vacías, no tenía turno en la lavandería — respondió el hombre elegantemente vestido, con gafas delgadas en la punta de su nariz, canoso, mirando al oficial para arriba, ya que era muy alto— no sabemos porque fue a ese lugar, había gente cerca y nadie escuchó nada. Al llegar en la mañana la encargada de la lavandería vio lo que había pasado, es todo lo que sé, es una pena, era una mujer muy trabajadora.
— ¿Tuvo alguna pelea o discusión últimamente con algún compañero?
— Para nada, nunca tuvo problemas con nadie, era un pan de Dios.
— Si necesito algún dato más volveré.
— Cuando guste — le dio la mano para despedirse, estaba helada.
— A propósito ¿Puedo ver sus registros?
— Por supuesto, acá están, use está oficina, yo iré a la recepción, cuando termine deje cerrado.
— Gracias.
Según los listados estuvieron esa noche, aparte de los empleados, solamente 5 personas.
— Sr. Harris — llamó el investigador al verlo detrás del mesón.
— Dígame agente.
— ¿Qué me puede decir de las personas que estuvieron ese día?
— A ver, el Scott Brown, a veces se queda por alguna actividad en la ciudad, vive en las afueras, es un gran empresario — lo vio fijo a través de los lentes — es de color, siempre le damos la habitación del fondo del ala de nosotros, cerca de los baños; la Srta. Elizabeth Brazozowski, es una pintora de se está haciendo de fama, creo que es polaca, vivía con su madre en las afueras, se aloja acá mientras limpian y reparan su casa; el Sr. John Miller agente de la artista — bajo la voz — viene de una familia pobre, estuvo metido en peleas callejeras, se dice que conoció a la madre de la Srta. Brazozowski, y desde entonces cambió de vida, y los Cameron, una dulce pareja de recién casados.