Seducción

Capitulo 1

- ¿Desde tan temprano observas a tus presas? - Dice Alexander - el curso acaba de comenzar, relajate.

- Esa palabra no existe en mi diccionario.

Miro por encima del hombro.

La chica pudo rozar su brazo con el mío al pasar, un agradable aroma dulce invade mi olfato.

Una sonrisa falsa se dibuja en mi rostro.

- Me toca actuar - estudio mi expresión facial antes de hablar.

Me acerco a ellas con una encantadora sonrisa lateral enseñando sutilmente mis blancos dientes, mis ojos fijos en la chica que lucía muy guapa, su largo cabello castaño cabalmente peinado, su lindo rostro maquillado y aunque sentía que no le hacía falta resaltaba sus labios carnosos y mojados.

Sus ojos indagaron en los míos, podía saber de por sí que será una presa fácil de atraer.

Me detengo frente a ella con una postura formal y caballerosa.

- Eres la nueva ¿verdad? - beso la parte trasera de sus manos.

- Si

Una respuesta fría es lo que mis oídos quería escuchar en señal de desconfianza.

- ¡Abi! - Exclama una chica que se acercaba a nosotros agitando sus manos en el aire.

Así que Abi es tu nombre, será un placer seducirte durante este año.

- Bonito nombre - dibujo nuevamente una sonrisa lateral en mi cara dejando que mis hoyuelos de los laterales de la comisura de mis labios se pudiesen presenciar.

- Para los desconocidos soy Abigail - una voz firme y segura sale de ella.

Caeras en mis encantos Abigail, soy irresistible para ti.

Mis pensamientos me hacen sonreír más mientras la observó detenidamente estudiando cada parte de su cuerpo hasta llegar a sus ojos. Esa mirada que puede penetrar en los más profundo de ti dejando al descubierto tu intenciones.

En todos estos años que llevo asistiendo a esta preparatoria nunca sentí la necesidad tan fuerte de que una chica por las fuerzas tuviera que ser mía.

- A sido un placer conocerte Abigail, espero que pueda ser parte de tus pensamientos y no sólo un conocido.

- Lo dudo, necesitarías más tiempo de los que piensas para que yo terminará siento tu amiga.

Me acerco a ella hasta poder notar su movida respiración.

- ¿Te pongo nerviosa? - tenso mi mandíbula.

- No, pensaba que en este pueblo tan educado - hace unas comillas al decirlo - la gente respetaba el espacio personal.

- Ahora se que tu espacio personal es muy limitado, casi puedo rozar tus labios y aún no he invadido tu espacio.

- sólo yo se hasta donde llega mis espacio.

- Te equivocas, yo soy quien pone tus límites.

Sus manos empujan mis pectorales alejándome de ella.

- Me gusta la chispa que sale de tu ojos cuando te enfadas.

- Vete a la m...

Interrumpo.

- Nos veremos pronto preciosa.

Su amiga jaló de ella conduciendola al mural de noticias.

Sonrio.

Doy unos paso antes de encontrarme con Alexander.

- No será fácil eh - dice con tono sarcástico.

Esas palabra hacen tensar mi cuello, nunca me habían dicho eso, soy el seductor a mi no hay chica que se me resista.

- Caerá - afirmo - soy irresistible para todas, es totalmente imposible que una no caiga a mis pies.

Alexander siempre me apoya en todo, pero cuando veía que la cosas no eran fácil se rendía y me animaba a buscar otra alternativa, pero yo siempre fui persistente y me enfurecida no conseguir lo que quería.

Se abrazo así mismo al percatarse del aire frío que entraba por la puerta de salida.

El invierno se hace duró cuando vives en un pequeño pueblo situada en la cima de una alta montaña alejado de toda la especie humana que podian disfrutar de buena conexión a Internet y fantástica cobertura.

La conexión de Wi-Fi aquí es lo peor, siempre llevamos con nosotros un USB de conexión inalámbrica, es la única manera en la que puedes disfrutar de vida social. Por eso muchos jóvenes que cumplen los dieciocho escapan de este pueblo adentrándose a la ciudades la cual te permite total seguridad y lujos.

Doy una ojeada a sus dientes que castañeaban por el frío.

- Dijeron que hoy bajaba aún más las temperaturas.

Despegó rápidamente sus manos de la posición en cual estába.

Noté como luchaba para ocultarme que tiene frío, aquí lo ven una deshonra para el hombre, frágil como una flor.

Es esa la forma de pensar que tenemos en este lugar, todos estamos regidos por nuestras costumbre.

A partir de las nueve todos deben estar en sus casa cenando.

Maximo respeto a los padres pero sobre todo a los jefes, así es como llamamos a los profesores.

Si te agreden o se dedican a hacer el mal puedes libremente eliminar a esa persona, pero antes debes tener un contrato que lo justifica por dos meses, eso hace que este pueblo sea tan peligroso por eso nunca tenemos turistas.
Es más la montaña en la que estamos situados fue eliminado de algunos mapas con la finalidad de que nadie nos visiten.

Los hombres llevarán el dinero a casa.

Las chicas no deben estar a solas con un chico,tampoco deben llevar ropa que enseñará las piernas más de lo debido.

Los chicos no deben mostrar señales de debilidad como: Tener frío, llorar, ser excesivamente amable con otros chicos etcétera.

- Tranquilo no le diré a nadie que tienes frío.

- Tengo que mejorar, mi padre me mataría si me viese ahora en este estado.

- No lo niego, deberías hacer lo que yo hize durante años, ponte la ropa más fina que tengas que permita acceder el aire por todo tu cuerpo. Es la única manera en la que tu cuerpo se acostumbrara.

Suspiró.

La presencia de alguien mirándome captó mi atención.

Supuse que eran los atrallentes ojos de Abigail, esa mirada te llevaba a otro mundo un mundo en el que sólo ella podía dirigirte, es la llave que te conducía a poder indagar más en su corazón, es justo lo que yo voy a hacer.



#37275 en Novela romántica

En el texto hay: juvenil, romance, seduccion

Editado: 02.03.2021

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