Brandon
La llegada a mi ciudad de Halloween fue muy bienvenida, aquí es muy típico empezar a decorar las casas y tiendas desde muy temprano, mientras más tiempo decorado mejor. Se siente tan identificados con esta fiesta, que aquí se implantó una tradición de celebrarlo durante dos días, en vez de uno.
Personalmente, no le veo la gracia a esta fiesta, es algo que te hace recordar a tu seres queridos que han muerto para celebrarlo, creo que es un tipo de celebracion para la muerte de esa persona. Pero, si me gustan las fiestas, así que no dudare en celebrar una.
Justo mañana hace un año que mis padres se separararon y eso despierta en mi sentimientos encontrados, pero mis ánimos se animan pensando en tremenda celebración la de hoy.
Presionó mis auriculares contra mis oídos, necesito escuchar música con la temática para inspirarse en la decoración, a unas malas avisaré a Laura, mi hermana. Ella es una experta en temas de decoración externa.
Laura no es prácticamente mi hermana, sólo es un mote. Comencé a llamarle así cuando tenía 6 años, nosotros crecimos juntos y a veces se nos olvida que no vivíamos juntos. Su madre trabajaba mucho y nunca tenía tiempo para ella, por eso vivió en mi casa casi tres meses.
Mi cuerpo se desliza por la pared hasta llegar al suelo, me dejó llevar por la música, muevo mis pies sin darme cuenta, es genial este sentimiento. Es un orden interior que sólo es capaz de hacerlo la música y aunque para algunos no es especialmente agradable para mi si, por que cada uno tenemos formas diferentes de ver, escuchar y sentir las cosas.
Es la primera vez que me siento así, tengo que admitir que Abigail me ayudó a ver el mundo un poco más diferente, pero...
El sonido de la puerta interrumpe a mis oídos. Noto un leve descanso después de retirar los auriculares.
El sonido de la puerta me hace imaginar la casa como una enorme mansión abandonada, típicas de películas de terror o misterio y eso fue lo que me llevo a la decoración de la fiesta.
— Truco o trato — un niño vestido de vampiro se acerca a mi, sacudiendo la bolsa de golosinas.
Le miro divertido.
— Este año me decanto por...darte un sobre de medicamento.
Me encojo de hombros, con una sonrisa torcida.
El niño me miro con furia, sus manos se apretaron entre si. Parecía que iba a tener una rabieta de críos.
Coge fuerza con sus pies y la estampa en mis partes íntimas.
— La próxima vez deberías darme algo más bueno, si no quieres que te haga lo mismo.
Mire hacía los lados buscando y rogando que nadie me hubiera visto. Pego varios brincos con las manos en mi gran dolor.
¿Un niño te acaba de amenazar?
— Vete a la mierda niño — cierro la puerta detrás de mi, haciendo un fuerte estruendo.
Camino hacia la cocina con pasos alargados, medio frustrado miro a la nevera. Una nota pegada con un imán llama mi atención.
Al mirarla recordé que este año la fiesta se celebra en casa de Abigail.
Mierda otra vez despistado.
Esta vez iré un poco más natural, sólo un poco de sangre por mi cara y ropa rasgada, más o menos igual que acabe después de mi pelea con Alex, aunque, menos conseguido.
Una vez listo me dirigí corriendo hacia la casa de Abigail. Vivimos cerca, sólo tuve que cruzar varias manzanas, rodeando mi urbanización. Cuando me encontré frente a la casa de Abi, seguramente ya este todo empezado, es muy tarde.
Hoy todo me está saliendo muy mal, compro decoración para recordar mi casa sin saber que es en otra casa, un niño me deja estéril por una patada y ahora llegó tarde a lo que nunca me pierdo, una fiesta.
El jardín ya estaba lleno de adolescentes besándose, riendo y sobre todo asustando. Las caretas, sus trajes negros y los pelos de diferente color, me hacen sentir desconocido para todo menos para una.
Abigail se me acerca sonriente.
— ¿Como que llegaste tarde a una fiesta?
— ¿como quejas venido a hablarme? Normalmente soy yo quien hace eso.
— Tienes razón, pero me compadezco de tus pésimas forma de seducir a una chica.
— ¿Porque lo dices? — sonrió abrumado.
— Acabo de ver en las redes un video tuyo, ya es viral. Enhorabuena eres famoso.
— ¡Que!
Muestra su teléfono, con un video mío de hace dos años, fue en un intento de seducción...que salió mal, el caso es que termine en la basura.
— Has mejorado ¿eh? — Dice con tono sarcástico.
— Dímelo tu, creo que te tengo en el bote.
Sonríe para luego irse con sus amigas a...reírse de nuevo con no se que.
Alguien intenta vacilante, el que sea es valiente pero sería más si se muestra y no se escuende.
Lo único que se me ocurre ahora es Alex, creo que ahora me odia. Antes de salir a buscarle, alguien me deja una carta en mis manos. Al abrirla sólo contenía unas llaves con un cronómetro, que marcaba el tiempo de media hora.
Parece que tenía que buscar la puerta que abría esa llave en un tiempo reducido.
Esto es una broma.
La fiesta continuaba, Abigail seguía mostrándose distante conmigo. Por lo tanto, decidí llevarla a parte y que mejor para pasar un rato a solas que su habitación.
— Abigail ¿podemos ir a tu habitación a hablar?
— No
— Vale
Su rostro se muestra valiente, decidida y muy pícara, nunca antes había visto esas expresiones en ella.
Parece que le el espíritu de Halloween ha surgido efecto en ella. No se lo que es, pero el caso es que me gusta.
— Bueno, te doy dos minutos.
— Puedo durar mucho más.
Alza una ceja — ¿Hablamos de lo mismo?
— Ah, si...juro que traigo protección — giño un ojo.
Ella camina delante mía haciendo nuevas de asco.
— Se que te gustará.
Se gira hacía mi y junta la palma de la mano contra mi mejilla.
Quizás me lo merezco.
Nota de Autor:
Hoy doble actualización!! Sigan leyendo...comienza lo bueno.