Brandon
Explicarles a todos lo que sucedió en la habitación no fue nada fácil, la mirada amenazante de Abigail lo decía todo, sólo confesar algo y soy chico muerto o al menos herido.
Me parece muy curioso como algunas personas puede hablar sólo con la expresión facial que pongan, a lo mejor sin darse cuenta pero son tan transparentes que todo sus emociones o pensamientos lo dejan ver.
Abigail pertenece a ese rango, su mirada penetrante e intensa se entrelazan con la mía.
Sacudo mi mano disimuladamente, dejándole saber que jamás saldrá por mi boca lo que ha sucedido.
Al cabo de un tiempo me encontraba entrando en la cafetería más prestigiosa y valorada por todos los adolescente del pequeño pueblo, cual le caracteriza el agradable ambiente para poder así aclara tus ideas, la gente sólo viene aqui cuando estan estresados o tiene un trabajo importante la cual requiera tranquilidad y paciencia.
Me acomodó en uno de los asientos alargados rojos, la música relajante parece que desfila por toda la habitación, poniendo en armonía todos mis pensamientos y sentimientos, es increíble todo lo que puede hacer la música, es capaz de sacarte todo lo que sientes para desahogarte como quieras, a tu manera. Acomodó mis brazos en la mesa azul oscura, inclinandome hacía delante, observó la carta de las bebidas que tiene por ofrecer, aunque ya tengo claro que quiero, sólo por pura curiosidad reviso.
Sus colores neón se enfocan en mi rostro al igual que mi reflejo en la enorme cristalera.
— ¿Quieres que te ponga lo de siempre? — Fred, el camarero se interpone entre mis pensamientos y yo.
— Esta vez doble — sonrió
El agacha su cabeza obedeciendo la orden.
Intento seguir inundandome entre mis pensamientos, pero la llegada de Abigail y dos chicas más que le acompañan, hace tensar mi cuello.
Me hecha una rápida mirada, con la neutralidad a la que estaba acostumbrado a que me tratase.
Detrás de ellas le seguía un grupo de chicos, riendo y hablando con el volumen de su voz lo más alto que podían, pisando la palabra del otro siendo posible. Entre ellos estaba Alex.
No tengo claro si su enfado conmigo sigue siendo duradera o ya pasó con el tiempo, aunque sólo se trate de unas semanas. Algo me dice que sigue igual, lo conozco desde pequeños y el enfado le dura meses, es demasiado terco.
La mirada de Alex al encontrarse con mis ojos muestran nerviosismo, siempre le ha costado mucho decir sus pensamientos.
— Aqui tienes lo pedido.
Me acerco la bebida a mi boca sujetando la divertida pajita de metal, de coroler neones, al igual que toda la cafetería.
No puedo para de mirar a Alex sin tratar de imaginar toda mi vida junto a él, no quiero perderlo ahora que estamos al final de nuestra carrera estudiantil. Respiro hondo antes de levantarme para hablar con el.
Sus ojos se abre y su respiración se agita al verme llegar a su mesa, Sus amigos deciden irse a otra mesa para que yo no les molestará.
Lo que me sorprende es que el se mantenga inmóvil con la mirada fija en mis ojos, con un poco de recelo y tal vez furioso.
— ¿Quieres arruinar mi amistad con ellos también? — Dice para después romper ese silencio en un suspiro.
— No recordaba que hablaba con el roba...— mi frase es interrumpida por el.
— Roba ¿que?, Abigail nunca te ha querido y no eras su novio, eso quiere decir que no le perteneces.
— Entoces, porque el día de Halloween me besó, a lo mejor tu eres el que no quieres vernos felices juntos.
— Contigo nadie es feliz.
Esas palabras hacen tensar mi músculos, esperando a relajarme antes de dar paso a la violencia, lo último que quiero es eso. Se que no piensa lo mismo que dice.
— Yo no he venido a discutir, sólo quiero que sepas que para mi has muerto — acerco mi cara contra la suya, haciéndole notar mi tranquila respiración totalmente diferente a la suya — no me vuelvas a mirar.
Miro a la mesa en la que se sitúa Abigail, para asegurarme que no se a percatado de lo que acaba de suceder, creo que si se fuese enterado le hubiese dado la razón a Alex sin tenerla.
— Entendido, seductor — Dice haciendo comillas — para mi ya estabas más que muerto.
Ha decir verdad a cambiado mucho, de ser un chico que no se valía por si mimo a tener valentía a decirlo todo a la cara sin esconderse.
Me senté de nuevo en la última mesa que daba esquina, tratando de enfocar mi mente en otra cosa que no sea de ninguna persona que están aquí sentadas. Mi atención se enfocó en la nueva chica que entró a la cafetería, para sentarse justo delante de mi. Era difícil no darse cuenta de su presencia, todos la miraba con expectación. Parecía ser una nueva chica recién llegada a este pueblo que sólo tiene de divertido esta esquina. Ella es la típica chica que con tan solo una mirada, de sus ojos grises o una sonrisa, hacen querer saber más sobre ella. Sin embargo, no era lo único que me importaba de ella despues de su rostro de confusión al saber que la estaba mirando. La sonrisa que se deslizó por su cara despues de unos segundos era el gesto más descarado que había presenciado en mi vida.
No obstante, mi corazón sigue pensando en la cálida sonrisa que tenía Abigail, aunque, saber de otra persona nunca esta demás. Pero, sería demasiado descarado hablar con ella delante de todo.
Por fortuna, llegó un hombre de edad alcanzada a los treinta, que me quito la viabilidad hacía ella, seguramente será su padre o al menos lo parece.
Mis ojos se voltean hacía la ventana para seguir hundiéndose en mi pensamientos y más lo necesito despues de todo lo ocurrido.
Nota de Autor:
Hola!! Quería pediros disculpas por el tiempo requerido que e durado sin actualizar, verdaderamente necesitaba un descanso. Pero ya estoy de vuelta, con muchas más actualizaciones.
Hablemos del capítulo, una nueva chica perturba los pensamientos de Brandon, aunque no tanto como Abigail.