Esteban
—¿Cómo no lo supimos antes?
—La perdimos de vista cuando se fue a Londres y después de la graduación, no sabíamos que iría con su padre, estaba el viaje a escocia
—Y ahora está en la boca del lobo, todos la verán
—Anthony no irá este año, así que no tenemos a nadie —dijo Maritza
—La cuidamos este tiempo, la ocultamos hasta que recuperara la memoria —Golpe la mesa
—La están buscando, saben que regreso, además también buscan a un tal Edward
—Llamaré a Henry para que lo investigue, debemos tener ojos adentro
—¿Qué haremos?
—Decirle la verdad, su vida corre peligro, la seguirán si regresa
—Nos odiará —Mene la cabeza —No he estado frente a ella en mucho tiempo
—Todos nos darán la espalda, la ocultamos de su familia —dijo Calvino
—No tenemos opción, ellos saben sospechan y si se enteran de que es la verdadera no tendremos oportunidad de nada —dije —Debemos actuar, viajaran a Roma, se lo diré a Anthony, protéjanla, háganse amigos de ella, aléjenla de Alessio
—¿Por qué?
—Por la misma razón que no se lo dijimos, ella es Rouses Alessandretti y el Alessio Caruso abra un incendio, además él se casara, nuestra prioridad es mantenerla a salvo, sabeos el daño que esos dos se pueden hacer
Abby
Italia era uno de lugares más bellos del mundo, habíamos llegado hace unos días y tuvimos la oportunidad de pasear por ahí, esta noche mi padre asistirá a la primera de muchas reuniones, bueno esta no era una reunión sino como un tipo cena baile; en fin tendríamos que ir con él había pasado todo el día alistándose con la ropa que me compro Brad. Me puse un collar de perlas que en sí eran varios en uno, dos brazaletes de perlas que conformaban uno y una pequeña cartera plateada, el vestido era rojo ajustado al cuerpo por la parte de adelante me llegaba hasta la mitad de los muslos un poco más abajo y detrás era más largo que pasaba de mis pies; cuando me puse los tacos plateados me quedó justo sobre los tobillos de la parte de atrás, el escote no era pronunciado era cuadrado en forma de corazón, arregle mi cabello en ondas y me puse mi abrigo cuando salí de mi cuarto, mis hermanos junto a mi padre me esperaban.
—Seremos la envidia de la fiesta —dijo mi hermano Jasón
—Tengo algo para ti —dijo mi padre y me dio una pequeña tiara que me ayudó a poner —Como toda una princesa —Sonreí
—Llegaremos tarde —dijo Richard
—Vámonos, señores —Jasón salió detrás de Richard
El auto que nos recogió nos llevó hasta el palacio, al entrar había una fuente de algunos metros de largo, recogieron nuestras invitaciones a la entrada, caminamos por un largo camino con alfombra roja; el jardín era hermoso alumbrado por antorchas entramos a un amplio recibidor nos condujeron hasta donde se llevaba a cabo la cena había algunas personas en el pasillo que voltearon a ver cuando pasaba, recogieron mi abrigo, entramos y caminamos hasta lo alto de unas escalinatas, había algunas personas ahí.
—Nos los mires a los ojos —dijo mi hermano Jasón que últimamente tomó el puesto de Richard en ser más gracioso y Richard tomó su puesto
—Todo estará bien
—Chicos andando —dijo mi padre
Ellos bajaron por delante de mí, mis manos sudaban un poco y algunas personas bajaron por mi lado, mis hermanos se quedaron esperando mientras mi padre saludaba a los anfitriones.
Alessio
—Señor Caruso la cena está por comenzar
—Llegaron todos
—El señor Asturiano se disculpó —asentí
Camine hasta entrar por una puerta secundaria, divise a Victorie y Clark, tome una copa de champán, algunas personas me quedaban viendo, me acerque a los demás quienes estaban con sus esposas, Lincer, Beyno y alguno de sus amigos. Ashley apareció a mi lado.
—Creo que debe haber otra forma de incrementar las ganancias, lástima que no tengan su mina de oro —Mire al sujeto quien estaba con una de las amigas de Ashley —Deben admitir todos que aparte de ser muy bella, Rouses era muy inteligente
—Que no se te olvide lo puta y resbalosa —dijo una de las mujeres, Ashley me sostuvo del brazo para que no me fuera, yo solo la mire —Con todo respeto dijo cuando se dio cuenta de que estaba escuchando
—Rouses no era una puta y una resbalosa —dijo Beyno algo molesto, mirándonos a Lincer y a mi
—No, ella tenía una belleza única, que sus ahora maridos no hallaban modo resistirse, no fue su culpa —Mía apareció con una copa —Pero si de putas hablamos podemos tirar para otro lado —Miro a Ashley y sus amigas —Pero esta noche es para recordar su legado —Me miro —Uno que espero que viva, si me disculpan
—Te acompaño —dijo Beyno
Se dieron la vuelta y se quedaron parados mirando sobre las escalinatas, regresé haber y Ashley me jalo del brazo, pero no me moví, la persona que estaba ahí llamó mi atención, esa sonrisa.
Editado: 06.11.2022