Seducción

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—Podemos someter a votación quién será líder de esta mesa, considero que usted debería hacerlo, señor Williams —Mi padre negó

—Sería un placer, pero no conozco mucho de lo que hacen a demás, ustedes prácticamente, ustedes conocen más por ser parte de esta familia —Ellos sonrieron

—Si bueno

—Mía deberías ser tú, eres más ágil en estas cosas —dijo Calvino

—Por nosotros no hay problema —dijo mi hermano —Somos nuevos en esto

—Bien, entonces será un placer —dijo ella poniéndose de pie

—Esta es la estrategia, la mesa que tenemos que preocuparnos es la de allá, señalo la mesa de los anfitriones, siempre ganan los amigos de Harris

—¿Cuál es el plan?

—Hay varias categorías, el juego de la canasta

—Yo puedo jugar eso —dijo Maritza

—Bien, debemos pasar eso

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El juego de canasta fue intenso, no pensé que eso se considerara deporte, Richard ganó en el ajedrez, mi padre encontró un objeto que pensó que era un recuerdo, habíamos pasado todos los juegos, ahora solo nos quedaba uno.

—El baile, ¿quién baila?

—Sabes que no se nada de esos bailes de salón

—dos pies izquierdos —dijeron mis hermanos, pero si bailan bien

—No creo que sea conveniente que yo baile —dijo mi padre —No he practicado en unos años

—Abby puede hacerlo —dijo mi hermano —Tomó clases en la universidad —Lo miré, pero que decía, negué

—Es el último, por favor —Todos me miraron y asentí

—Te asignan una pareja —dijo —El punto es la tentación —La miré

—Rouses solía tentar a sus parejas —dijo Beyno —Si tu pareja se retira ganas

—¿Y como hago eso?

—Sedúcela, esperemos que te toque alguien fácil —dijo —Suelen derretirse por cualquier cosa que digas 

—Iré a inscribirte

Mía regresó y me dio un número.

—Es el tuyo, el baile será después de la subasta —dijo feliz

Comenzaron a subastar algunas cosas, sitios para pasar un fin de semana y el cuadro.

—Yo quiero ese cuadro —Le susurré a mi hermano

—Debes ver en cuanto empieza la subasta —dijo él

—Bien el cuadro de la hermosa princesa Rouses, comenzamos con diez mil euros —Miré a mi hermano

—Diez mil euros —dije mi padre se sorprendió

—¿Qué harás con ese cuadro? —Me pregunto él, no respondí, él solo asintió

—Once mil millones euros —Escuché a lo lejos

—Doce mil euros —dije

Las cifras fueron creciendo, no iba a ceder, quería el cuadro, pero ni siquiera sabía por qué.

—Doce mil millones — Se levantó el caballero de la mesa y se volteó esperando una contraoferta, fue cuando me retiré y el caballero de la mesa central se llevó el cuadro.

—Un aplauso para el señor Caruso quien se lleva el cuadro de la hermosa princesa, ahora es momento del baile, se pondrá en la pantalla los nombres y números de cada pareja

Mire hacia la pequeña pantalla hasta esperar que saliera mi nombre.

—Número noventa y cinco, conformado por la señorita Williams y el señor Caruso —Lo dijo como un susurro, mis hermanos me voltearon a ver

—Alessio no suele participar en esto ¿Por qué lo haría ahora? —dijo Mía

—Esto será muy difícil —dijo Beyno —Ashley debe haberle pedido que participe

—Alessio no es fácil de derrotar —dijo Maritza —No ganaremos

—¿Qué tengo que hacer?

—Deberás convencerlo y bailar mejor que él —dijo Mía —No le quites los ojos de enzima y ten cuidado 

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Llamaron a los participantes a la pista y yo me ubique donde me indicaron que era el centro de la pista, espere a que mi pareja se acercara, mientras explicaban las reglas. Primero debíamos sacar a los demás y después a la pareja, la canción estaba por comenzar cuando un hombre se paró frente a mí, me llevaba media cabeza, sentía como si lo hubiera visto antes, busque velozmente en mi memoria, entonces lo supe, era el chico de mis sueños, di un paso atrás y él me sostuvo.

—Es que quiere perder sin empezar —No dije nada, me posicioné y la música comenzó —No habla usted señorita Williams

—No pensé que tendría que hablar… —Levanté la cabeza mirándolo directo a sus ojos

—Caruso —asentí

—señor Caruso

—Dio una buena pelea con el cuadro, pero no entiendo para qué lo quería usted

—Vi uno idéntico en una exposición en Londres —No dijo nada —La chica de la foto, la princesa es muy guapa

—Así es —dijo la música cambió —Sabe bailar esto, sosténgase de mis hombros

Así lo hice, termine tan cerca de él que sentía su aliento sobre mi rostro, nos quedamos mirando como si estuviéramos, reconociéndonos como si no nos hubiéramos visto en mucho tiempo, pero nunca nos habíamos visto; lentamente me hizo para atrás y me di cuenta de que no quedaban muchas parejas, me volvió a subir lentamente, nos movíamos, pero a pesar de las vueltas no dejamos de vernos. La música cambió un par de veces más, sentía que caminaba por las nubes, el mundo había desaparecido a mi alrededor cautivada por esos ojos color avellana, su cabello era claro, de repente sonrió yo fruncí el entrecejo.




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