Seducción

7

—Nunca pensé ver eso —El señor Beyno se acercó y me abrazo —Lo tentaste y ganaste —dijo al separarse —Nadie lo ha logrado en un tiempo

—Hay hermanita a la próxima bailamos nosotros —Me reí

—Lo hiciste bien —dijo mi padre —Tu madre le hubiera dado un infarto

—Me gustaría irme —dije recordando lo que sentí cada vez que señor Caruso me acercaba a él, mire mi mano esa sensación cálida de estar en casa

—Claro, debemos despedirnos —dijo mi padre lo miré

Todos me miraban de una forma rara, Richard pasó su mano por mi espalda.

—Si creo que podemos saltarnos el protocolo por hoy

—Eso no se va a poder —dijo Maritza, ahí vienen —Tranquilos

—Maritza, Calvino, no los habíamos visto —dijo la princesa —Felicidades, fue magnífico, no había visto bailar así a nadie en un tiempo

—Realmente no sabía si ganaría —dije, el señor Caruso se acercó en compañía de otras personas

—Ashley Harris —Extendió la mano una mujer rubia alta, su vestido era demasiado ceñido al cuerpo con una sonrisa más falsa que su abrigo de plumas —La prometida de Alessio —Miré a mi hermano y él no decía nada al igual que Jasón había recuperado su semblante serio

—Es un placer —Extendí mi mano

—Oh, y estos caballeros

—Es la familia Williams, ellos se iban —dijo Mía —Pero ¿Por qué no se quedan un poco más?

—Mañana es un día ocupado

—¿Vendrá a la exposición? —Pregunto el señor Caruso

—Si

—Debemos estar en contacto —Se acercó Mía y me dio un papel —Fue un gusto

—El gusto fue mío

—Podemos ir de compras —sonreí

—No soy fan de las compras —Ella sonrió

—Pues haremos otra cosa

—Fue un placer

Se disculpó mi padre y fui con mis hermanos que hicieron una barrera entre mí y el señor Caruso, con la mirada de todos encima salimos de ahí.

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Alessio

Aún sentía la electricidad que me provocó, no había sentido tanta comodidad, ese calor solo lo había sentido con una persona, aún seguía viendo las escaleras por donde se había marchado, junto con esos dos chicos alejándola de mí; sonreí al recordar lo que me dijo y la forma en que lo hizo, ella ocultaba algo ese ángel disfrazado de demonio, me había apartado. Sabía que si seguía ahí terminaría besándola, sus labios me provocan a tocarlos desde el instante en que casi se cae, la cara con la que me miro de miedo, pero después se le quitó la forma en que su cuerpo calzaba perfectamente con el mío y ese vestido debía ser ilegal, maldita sea.

—Ni se te ocurra —Me di la vuelta, Ashley, camino entre el montón de personas y Lincer se paró a mi lado

—No es ella y lo sabes ¿Verdad?

—Naythan me dijo que vio a una chica igual a ella en Londres, me pregunto si serán la misma

—Alessio te casaras —Asentí y miré a lo lejos a Ashley, parecía molesta, no estaba molesta, pero ella me exigió que bailara

—Si, pero eso no me impide dejar de amarla

—Ella murió —dijo

—Y ahora me atormenta enviándome a su doble, pero esta doble es más pura

—En eso no te equivocas —Mía se acercó —Y sus hermanos no te quieren cerca de su hermana

—Así que son sus hermanos —dije recordando las miradas de ambos sujetos

—Si y le tienen estrictamente prohibido acercarse a ti —dijo

—No muerdo —Sonreí

—No, pero si sabes como quitarle la vida a los demás —Sonrió —Especialmente a las mujeres, velo de esta manera, esta será tu oportunidad de redimirte y no acercarte a ella, además tú y yo sabemos que no serías capaz de anular tu compromiso por esa chica, para ti será solo una más, pero para ella tal vez no significa lo mismo

—Opino igual —Apareció Maritza —Digamos que ella es el significado de pureza encarnado, puede que se parezca a Rouses —La mire; — No me mires, así que decir su nombre no es un pecado y lo diré cuantas veces quiera mientras esté aquí, hazle un favor a esa chica y aléjate, sabemos lo que tu prometida es capaz de hacer para conservarte

—Bueno, eso será un problema para todos —Beyno le dio algo a Mía —Victorie piensa invitarlos a pasar toda una semana en el castillo, piensa que esa chica es Rouses así que, Alessio sabemos lo mala que puede ser tu prometida aléjate de ella

—¿Piensa invitarlos? ¿Crees que acepten? —Pregunto Lincer

—No aceptarán —dije —Y no tengo intenciones de acercarme a esa chica, no es como Rouses le falta mucho —Una parte de mí sabía que mentía —Es una niña

—¿En serio? —miré a Mía —Pues hay otra parte de ti que no dice lo mismo —Se fue riéndose

—Simplemente, podrías haberlo hecho menos vergonzoso para mí —Había estado escuchándola por dos horas, caminaba de un lado a otro

—Tú querías que bailara —dije

—Si, pero no con ella —La mire —Sé lo que piensas Alessio, pero ella no es Rouses

—Sé que no es ella

—Por Dios podrías pronunciar su nombre, una vez

—No lo haré

—¿Por qué? —Grito

—Porque aún la amo el día en que lo pronuncie, ten la seguridad que he dejado de sentir algo por ella

—Sé lo que vas a hacer —Se dirigió a la puerta —Solo te pido discreción y que no olvides cuál es su poción

—¿Y cuál sería esa? —Pregunte

—La de tu amante, porque cariño mío olvidarte de Rouses sería pedirle al cielo que lloviera ropa Prada —Se marchó




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