Seducción

10

Abby

Abrí la puerta y entró mi padre estaba en la mesa, miro a Erick, este se paró frente a él.

—Mucho gusto, mi nombre es Erick Caruso, señor —Intentó subirse en una de la silla, lo ayudé

—Así que Erick Caruso, eres hijo del señor Caruso

—Si señor

—No me digas, señor, dime Jack

—¿Puedo hacer mi deber aquí?, así poder jugar y después tomar un poco de postre

—¿Con qué postre? —Me miro —No veo porque no

Mi hermano salió.

—Pensé que como mañana es el último día de Richard, podríamos salir… —El pego un salto y se paró frente a él

—Hola me llamo Erick Caruso

—Eres una copia miniatura de tu padre, pero más feliz —Me miro

—El señor Caruso no tenía con quién dejarlo y bueno —Richard entró de hacer deporte, se sorprendió al ver al niño

—Hola —le dijo en italiano y Erick le respondió en italiano

—No entendí más que Erick Caruso —él se rio

Erick sabía cómo hacer sus deberes solo cuando terminó se puso a jugar con Jasón, Richard hasta con mi papá, terminó agotado, le di una ducha y tomo café con galletas, estaba listo para irse a dormir.

—No, mi papá no guardo ningún libro — dijo triste —¿Y ahora que me leerás?

Estábamos en mi cuarto, iba a dormir en mi cama.

—Puedo cantarte —Asintió

Se acostó, lo tape bien y me senté a su lado, él se apegó a mí y comencé a cantarle cuando lo mire, estaba dormido, deje la lámpara encendida por si no le gustaba la oscuridad. En el poco tiempo sentía que sabía todo de ese niño, a diferencia de su padre, él era más abierto.

No le gustaba el brócoli, amaba los espárragos, era fan del capitán América, tenía un oso y su conejo murió. No tenía madre. Ashby lo tomaba de sus mejillas y eso no le gustaba, le gustaban los dulces, odiaba las pasas, le gustaba el lugar donde vivía, pero sobre todo amaba a su padre Alessio.

—Ese niño es muy pilas

—Dijo que cumpliría años en septiembre ya faltan dos meses —dijo Richard —Es muy lindo

—¿Su madre murió? —Pregunte

—No se la historia, solo que el señor Caruso tiene la custodia completa

—¿Quién es Ashby? —Preguntó Jasón

—La prometida del señor Caruso —Indique

—Y no lo culpo, ella no lo quiere, se dice que el niño no entra en su matrimonio

—¿No entra? Es su hijo, no lo cambiaría por nada

—Hay cosas que no somos capaces de entender —dijo mi padre —No cuando no tienes todas las variables

Hay más del señor Caruso que no sabemos, por fuera parece que es fuerte, pero tal vez por dentro está librando una batalla, era intrigante saber toda la historia de amor que había vivido.

Recuerdo haber escuchado hablar a Kate una vez que todos deberíamos amar así, tan desenfrenada y apasionadamente sin límites, pero sé que no solo había eso en su relación, una parte de mí decía que no todo debió haber sido color de rosas, ni mucho menos fácil.

Lo peor de todo era que con cada día que pasaba no dejaba de pensar en el señor Caruso.

Mire mi teléfono y después me senté en uno de los sillones, aún sentía la calidez que tuvimos en el baile, la forma en que nos mirábamos una parte de mí está segura de no era a mí a quien veía sino a ella, como él la llama.

Mi curiosidad ganó y entre en mi ordenador para buscar algo de ellos, sabiendo que lo que me encontraría no sería nada bueno, di clic al primer enlace una página llena de fotos de ellos, dos solos, con otras personas y juntos aparecieron.

Ella era realmente hermosa e igual de sería que él, la mayoría de fotos juntos eran de hace casi tres años, había unas pocas antiguas, donde estaban adolescentes, la que más me gustó fue una en la que ella estaba de blanco, lucia hermosa.

“Me alegra que podamos ser amigos”

Sacudí la cabeza y miré de nuevo otra foto en esta, ella estaba con él, se estaban besando, no había fotos de ellos riendo, pero supongo que esas son las confidenciales, cerré la página y deje el ordenador de lado.

Comencé a sentir un pequeño interés por el señor Caruso, tal vez era por lo que escuchaba en la oficina lo bueno que era, el abnegado padre y a pesar de salir en todas la revistas sensacionalistas decían que era más puro que un monje, lo cual dudaba, ya que tenía prometida, pero se especulaba que no la amaba.

Su propia oficina lo delataba, había fotos de ella por doquier, yo caminaba por una delgada línea, por un lado, estaba lo que veía a diario de él y otra lo que escuchaba de quienes trabajaban para él; decían que ella al morir se llevó su corazón, tal vez era cierto, no lo sabía, pase mis dedos por mi cabello y es que había escuchado tanto del amor y en un su momento dese enamorarme pero ¿Por qué? La vida me ponía en frente de alguien que no podía hacerlo.

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Alessio

Había cosas que estaban fuera de mi entendimiento, una de ellas era Erick, podía ser muy apegado a una persona y muy distante a otras. No era extraño que no quisiera a Ashley, me lo había dicho en repetidas ocasiones, desde que los presente.

Había sido muy claro con Ashley, pero ella no había respetado para nada lo que dije, mi hijo iba primero, frente a todo, hasta de aquello que comenzaba a menguar por esa niña, porque sí era una niña.

La junta había pasado a ser una cena, en un restaurante en el centro de la ciudad, estábamos en el entremés, esperando que llegáramos a un acuerdo cuando vi entrar a una pareja, tomados de las manos; ella iba en un vestido negro, y chal gris. El mesero que los recibió los llevo a una mesa no muy lejos de la nuestra. Su acompañante le ayudo a sentarse, dándole un beso en la comisura de los labios, para luego sentarse él.




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