Seducción

11

Estaba completamente dormido, se parecía mucho a su padre, así, después de analizar mis pensamientos y perderme en ellos, recordé algunas cosas que lo hacían ver más atractivo; el color de sus ojos, la forma en que mira a su hijo y el hoyuelo que se le forma cuando sonríe pareciera como si estuviera desapareciendo, tonta Abby que le guste un hombre que se va a casar y que además esté afligido por la muerte de su novia, me mordí la mejilla nerviosa.

—El señor Caruso ya está aquí —Miré a mi padre y asentí

—Espero que no haya sido un inconveniente —Lo escuche entrando a la sala

—No ha sido nada, señor Caruso, nuestros hermanos son más revoltosos, Erick es un ángel comparado con ellos —dijo Richard —Además es un niño, la pasamos bien

—A, pero si de revoltoso se trata Ángela es la niña más revoltosa de todos, nosotros siempre se metía en líos —Mire a Jasón

—¡Jasón! —dije enojada 

—O vamos, tú y edad de rebeldía antes de ir a la universidad, si es una diablilla —Lo mire mal

—Tú no te quedas atrás, hijo —dijo mi padre —Quien ha sido un santo, ese ha sido Richard —Mire a padre

—Ese soy —Reímos

—Eso es mentira, Richard se metía en problemas por sus bromas —dije

—¿Tiene hermanos, señor Caruso? —Preguntó Jasón

—Tengo tres hermanos mayores —dijo

—Usted es el menor —Asintió —¿Solo hombres? —Negó

—Tengo una hermana, la segunda Paulina —Tomó asiento a lado de Richard —Mimada y muy revoltosa, se metía en líos con facilidad, pero no conviví mucho con ella

—Sus padres son separados —Asintió

—Algo así —Asentimos ante la poca información

—No se pierde mucho, las hermanas son la debilidad de uno, las proteges de todo, pero aun así les justa el peligro o no Abby

—No es mi culpa que sigan pensando que soy una beba, no me voy a romper 

—Ya la escucho, nuestro trabajo se basa en espantar pretendientes, casanovas, rompe corazones, aprovechados y no es nuestra única hermana, la otra está entrando en la adolescencia, tendremos que aplicar la misma técnica que aplicamos con Ángela

—¡Papá! —El señor Alessio se rio junto a mi padre, parecía más relajado, pero aún había tristeza en sus ojos

—Si tiene una hija, señor Caruso, procure tener otro hijo, así la cuidan y usted ya no se preocupa tanto

—Tomaré su consejo en cuenta —dijo 

—¿No es parte de la vida experimentar?

—¿No es parte de ser padre evitar el sufrimiento de los hijos? —Lo miré

—El mundo no es color de rosas, no siempre podrán evitar el sufrimiento —Los mire a los cuatro —Siempre va a haber algo que provoque y a veces hasta ustedes mismo

—Buen punto —dijo mi padre —Y tienes razón, pero no los protegemos de todo, solo intentamos que la experiencia sea menos dolorosa

Ayude al señor Caruso a cargar a Erick, tome su maleta y caminamos hasta el ascensor, nadie dijo nada después de una charla paternal entre esos cuatro; fue donde me di cuenta de lo sobre protector que podría llegar a ser el señor Caruso y no lo culpo ya había perdido a alguien y eso debe ser causa suficiente para que quiera construir un muro y que nadie y nada los lastime a él y a su hijo.

—Tus hermanos te quieren mucho

—Suelen ser muy sobre protectores, a veces —dije

—No los culpo

—Piensan que soy una muñeca de cristal, sé que no quieren que sufra otra vez, pero, sé lo que sea, podré soportar una decepción

—¿Te rompieron el corazón?

—Algo así —Las puertas se abrieron y salimos, él se quedó parado un rato y después camino

—Ver sufrir a las personas que quieres es muy doloroso y sientes ese dolor como no los culpes por querer proteger

Dejé la maleta en parte de atrás de auto y me despedí de un Erick dormido.

—Mañana pasaremos por ti a las nueve —Asentí —Usa algo, cómodo, no estaremos en la oficina

—Buenas noches, señor Caruso —Me miró

—Buenas noches, señorita Williams, descanse

—Gracias —Me di la vuelta y comencé a entrar al edificio

68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f7946585f59796e6e796256794e413d3d2d3937343830393332302e313732333431323064353762666337333931313034363832303030342e706e67                    

Alessio

Mire el reloj, era algo tarde, Erick estaba dormido a mi lado con su pijama de conejo que Liza le mando de alguna parte del mundo, mire mi computadora, los números me danzaban, me dolía la cabeza, cerré los ojos y decidí acostarme a dormir.

Funcionar con café había sido una de mis nuevas habilidades desde que ella ya no estaba y ahora no era la excepción, tenía días buenos y malos y hoy era un día malo, sobre todo porque cambiarían su ataúd más cerca de casa. Subí al auto después de dejar a Erick en el kínder y fuimos a recoger a la señorita Williams, la cual me estaba causando muchos problemas ahora con Ashley, se estacionó frente al hotel, mire mi reloj, ella estaba ahí parada, tenía una sonrisa en el rostro subió en la parte de adelante a lado de Teo.

—Buenos Días —dijo muy feliz, Teo le respondió con el mismo entusiasmo a diferencia de mí que solo mire por la ventana

—Vámonos —dije

Pasar la mañana en construcción y supervisando otras empresas era agotador.

—Le agradezco mucho, ahora puedo dejar que mi hija salga por las noches, señor Caruso y además no me preocupo por mi hijo —El adolescente estaba sentado con gafas de sol ebrio —Claro que sé que usted no puede hacer que dejen de ir a donde no deben —El chico se puso de pie y salió de la sala —Verá que a veces pienso que no sé si lo crie bien




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.