Ashley
Alessio se va.
Las miradas de todos se clavan en mí. Me siento humillada. Mi hermano me abraza, pero me aparto, incapaz de soportar el consuelo. Veo el pastel en el suelo, ni día se ha arruinado. Miro a Estaban Románov con odio furia, no pudo escoger otro momento.
Me dejo caer en una silla, sopesando lo que sus palabras significan para mí. Ella ha regresado. Esa maldita era realmente Rouses. La ira hierve en mi interior, mezclada con una desesperación que apenas puedo controlar. No tengo mucho tiempo, pero la estúpida no recuerda nada, eso está a mi favor. La vieja comienza a hacer preguntas sobre Rouses y el responde.
No dejaré que Rouses me quite lo que he logrado, no la dejaré. Alessio dijo que iría por su mujer, pero su mujer soy yo. No lo permitiré, Alessio es mío, mío.
Abby
Pongo a cargar mi teléfono, y tomo mi toalla. Voy al último piso donde está la piscina, no hay mucha gente, elijo una silla y dejo mis cosas para luego meterme a nadar. Doy varias vueltas. Cuando regreso a mi silla me encuentro con Richard.
Las vacaciones de mi hermano están por terminar en dos semanas, sé irá a Londres de nuevo, ya que debe retomar su trabajo como profesor.
Salgo y me siento a su lado.
—Pensé que estarías con tu jefe
—Hoy es su compromiso —Me mira —Ya no trabajo para el
—Algunas cosas pasan por algo Abby
—Supongo. Pero me da iras saber que se casara con esa bruja solo porque lo extorsiona —Asiente —Espero que no se salga con la suya
—Esperemos que no ¿Tienes hambre? Íbamos a comprar comida
—Sí, cualquier cosa está bien para mí, iré a cambiarme hasta que traigan la comida
—¿De beber?
—Agua, mucha agua
—Perfecto
Me despido de mi hermano en el elevador mientras el va a la recepción, yo me quedo en nuestra habitación. Alisto mi pijama y seleccionó una película para ver todos cuando regresen con la comida. Estoy por encender la ducha cuando tocan a la puerta. Bufo porque interrumpen mi baño. Salgo y vuelven a tocar con desesperación.
—Ya voy grito
Vuelven a tocar y abro la puerta encontrándome con el señor Caruso que luce muy descompuesto. Tiene el cabello alborotado y los botones de su camisa abiertos, dejando ver parte de su pecho y un colgante.
—¿Señor Caruso, que hace aquí? —Debería estar en su compromiso
—Yo…
Su teléfono suena y es cuando me empuja a dentro y escucho dos detonaciones como si fueran disparos. El responde el teléfono.
—Son dos grupos de cinco
—El primero ya está aquí, envía apoyo. Disparen a matar —lo miro sin entender qué pasa. —Voy a bajar ahora
—¿Qué está pasando?
Tocan la puerta y el me hace una señal para que haga silencio. Abre la puerta y le dispara al botones. Grito y el señor Caruso me tapa la boca.
—Bajaremos corriendo, no mires atrás. —Me suelta
—¿Qué pasa? ¿Por qué lo mato?
Me toma de la mano, pero me suelto.
—¿Qué está pasando?
—Te buscan. Ahora haz caso o te matarán
Me saca de la habitación, me pone detrás de el y le dispara a dos tipos que iban saliendo del ascensor, bajamos pro las escaleras para incendios. Hay disparos, veo poco por la velocidad en la que bajamos las gradas. ¿Por qué me buscan a mí? Nunca he hecho nada malo en mi vida. El miedo y la confusión se mezclan en mi mente mientras seguimos corriendo.
Cuando salimos del hotel, entramos al auto. Teo conduce como un loco mientras el señor Caruso le grita que se apresure. Unas motos nos siguen de cerca. Tengo ganas de llorar cuando el disparan al auto. El señor Caruso me pone en el suelo del auto mientras el auto se mueve apresuradamente por las calles de Roma.
Cuando para el señor Caruso se baja y luego yo. Miro donde estamos, estamos en el palacio.
—Mis padres, mis hermanos
—Mis hombres ya fueron por ellos —Miro, mis manos están tiemblan
Lo miro y hay lago diferente en su mirada. No sé qué es.
—¿Por qué?
Lo veo tragar seco y desviar la mirada. En la puerta están la reina, la princesa y un chico que no conozco.
—Abby —Erick sale corriendo, pero la amiga del señor Caruso lo detiene —Es Abby —Dice
—¿Qué pasa? —Pregunto con desesperación
—Debes entrar
—No hasta que me digan que pasa. Me has sacado de un hotel disparando. Mi padre y hermanos podrían estar heridos. Y no entiendo por qué. No le echo nada a nadie. Solo estaba a punto de tomar un baño
—Porque no entras querida, está alterada. Un poco de té vendrá bien.
—Y si me dicen lo que pasa
—Digámosle lo que pasa porque no entrara si no le decimos —Habla la reina
No hablan. Los miro y estoy por perder los estribos cuando lo dice.
—Tú eres Rouses Alessandretti —Miro al chico que no conozco de nada
Me rio. Me rio mucho. Tanto que me duele la panza ¿Por eso me disparan? Qué estupidez.
Editado: 21.11.2024