Rouses
Papá, mamá y yo hablamos de ese día. Su partida con mis hermanos es inminente. Papá y Jason deben regresar a cumplir los proyectos que obtuvieron en la convención. Mamá debe regresar a su consultorio y por mi hermano pequeño. Richard debe regresar a preparar clases de recuperación. Y aunque no quiero que se vayan, sé que no puedo retenerlos aquí.
No he visto al señor Caruso desde ese día, solo a Erick que dijo que sus papá se fue a trabajar lejos. Según Erick, es común que haga eso.
Tampoco he visto a la reina. Solo a su hija y esposo, hablo poco con ellos, pero es raro. Mientras que con Erick y mi familia pasamos en el jardín hasta que cae el sol, ellos pasan dentro.
En dos días se irán mis padres y hermanos. Eso me rompe el corazón.
Por otro lado, Brad y Kate me han inundado el teléfono con llamadas y mensajes que no he podido responder. Llegarán en cuatro días a Roma y quiero tenerlos conmigo, es mi consuelo poder tenerlos aquí.
Cuando le pregunte a las hija de la reina si podrían venir, ella dijo que estaba bien. Mientras tanto disfruto de los últimos días con mis padres.
Aunque pido al cielo que dure mucho, no dura. La mañana de su despedida me siento tan triste como si estuvieran arencándome un parte de mi ser. Estoy abrazada a mi madre, que aunque no me parió, me ama como si lo hubiera hecho.
—Cuídate —Habla por décima vez —Come mucho porque si no volveré y no te va a gustar.
—Está bien mamá —Besa mi frente
—Hay mi niña —Papá la mira y ella se va con mis hermanos
—Siempre supe que había algo extraordinario en ti pequeña
—¿Me llevas en la maleta?
—Te encogeré y te meteré ahí que te parece —Sonrió —Llámame y vendré de inmediato
—Si papá
Richard y Jason se acercan y los abrazo. Cuando llegue ellos me dieron un hogar, me compartieron a sus padres y me ayudaron a adaptarme.
—No olvides que ahora tienes dos hermanos que te aman ¿Bien?
—Si
—Ven a casa cada vez que quieras —Asiento
—Cuídate enana
Los miro mientras suben al auto y me aguanto las ganas de llorar. Cuando el auto parte y levanta polvo entro. Erick aparece mirándome
—No estés triste —Dice —Yo no me iré
—¿Lo prometes?
—Lo prometió
Lo tomo en brazos y entramos juntos.
Paso con el hasta la noche. Cuando el bosteza sé que es hora de ir a dormir, estamos recogiendo sus juguetes, cuando la puerta se abre y entra el señor Caruso con su prometida.
—Papá
Erick corre hasta el. Lo toman en brazos y lo alzan.
—¿Cómo te portaste?
—Bien, cuide a Rouses. Sus padres se fueron y ella esta triste —Ambos me miran
—Pobrecita, has quedado huérfana otra vez —No digo nada
—Buenas noches
Salgo dela salón.
—Rouses —Escucho la voz de Erick y me detengo —Yo me voy contigo —Dice
—Erick… —Intenta frenarlo su padre, pero el niño ya está mi lado —Duerme en tu cuarto —Dice en tono severo
—Dormiré con Rouses, la cuidaré
—Erick
—Niños lo complican todo —Dice la señorita Harris —Debemos irnos Alessio
—¿Te vas? —Pregunta Erick —Pero si apenas llegas
—Tengo trabajo
—Siempre lo tienes
Se va dejándome ahí. Yo no digo nada, me doy la vuelta y me voy por donde Erick se ha ido. Cuando avanzo lo veo sentado con los brazos cruzados y la mirada triste.
—¿Quieres ir conmigo a buscar a Jack? —Me mira y asiente
Tomo su mano y lo guio, pero al final es el quién temían llevándome donde Jack. Cuando entro hay silencio. Los hombres y mujeres se ponen de pie.
—Su alteza real se le ofrece algo
—Mis amigos llegan pasado mañana, no sé si es posible que los vayan a recoger —Me mira —Sus nombres son Kate Schütz y Beyno Cooper. Tengo la foto de ambos
—¿A qué hora llega su vuelo?
—En la tarde a las dos
—Por favor anote los datos en esa hoja y la foto déjeme le tomo una foto
—Gracias
Hago lo que me dice y Erick sube a la mesa y mira lo que escribo, cuando termino tengo al niño en mi cadera. Me despido de todos y salgo encontrándome con el señor Caruso.
—No me iré a dormir solo —Dice el pequeño en mi cadera —Tú siempre me dejas solo
—No lo hago por gusto
—Pero si pasas con Ashby —Indica —No conmigo —Bosteza
—Bien iremos a la cama, ve a que con tu padre a lavarte los dientes y ponerte el pijama. Te esperaré en mi cuarto
Erick me mira y luego a su padre. Dice una palabra en Italiano que no entiendo.
—No entendí esa palabra — Le digo
—El dice que seré maloso y no lo dejaré ir
—Lo será
—¿No será maloso? ¿Verdad, señor Caruso? —EL hombre me mira
—No
—Bien, vamos, no hagas llegar tarde a tu padre a su…
—Baile de beneficencia —Asiento
—¿Y si no me lleva?
—No lo dejamos ir y lo secuestramos —Sonríe —Debes enseñarme más italiano, sabes, solo tengo seis semanas para aprender
—¿Seis semanas? Yo no he aprendido nada y tengo —Cuenta en sus dedos —casi tres
—Aprenderemos juntos —Sonríe
Le entrego al pequeño y Erick mira a su padre.
—Mañana dijiste que iríamos al parque a jugar futbol.
—Erick estoy ocupado
—Siempre estás ocupado para mí, es injusto.
No le responde, yo voy a mi cuarto y me preparo para dormir. Cuando tocan la puerta voy a abrir y ah está Erick con su padre.
—Mañana tiene clase —Es lo único que dice cuando tomó al niño
—Está bien
—Tengo que irme
—Buena suerte en su convención de ancianos, digo en su cena benéfica
No le doy tiempo a responder porque le cierro la puerta en la cara y junto con Erick nos vamos a la cama donde nos acomodamos para dormir.
Editado: 21.11.2024