Seducción

24

El sangrado paro hace un rato y aunque no tengo tutorías hasta el siguiente día voy hasta la habitación del señor Rinaldi. Esta sentado leyendo un libro, al verme lo baja y sonríe de lado. Tiene las piernas extendidas y cruzadas una sobre la otra.

—¿Necesita algo? Deberíamos tener cuidado, creo que el señor Caruso ha quedado un poco trastornado, por su perdida.

—Quiero que me cuente sobre mis padres —No dice nada —Quiero que me cuente todo sobre ello

—Su alteza real….

—Esta aquí para que yo pueda recuperar rápido la memoria y que pueda ocupar mi puesto, pues necesito que me hable sobre mis padres. No me importa si en las tutorías o aquí.

Tomo asiento y el deja el libro de lado.

—¿Qué quiere saber?

—Todo

Toma aire y empieza a contar, rumores, hechos. Mis padres se enamoraron a pesar de que el padre de mi madre no veía con buenos ojos que se casara con un Italiano. Me enteré de que era princesa también en Grecia. Que mi árbol genealógico incluía a la reina Victoria. Que estaba científicamente comprobado que tenía parentesco con Cleopatra o eso decían. Nos quedamos hablando hasta que se hizo de noche y mandamos por té.

—¿Entonces para yo poder acceder al trono debo casarme por una ley que no han cambiado nunca?

—En su defensa nunca pensaron que una mujer llegaría a ser reina —Me rio y el solo sonríe. —Los del parlamento pueden cambiar

—Debo convencer al parlamento para que pueda acceder al trono tipo Mía Termopolis.

—Podría decirse — Bebe un poco de té —Dígame ¿Qué relación tiene con el señor Caruso?

—Ninguna —Asiente —El esta comprometido

—¿Siente algo por el?

—Me parece atractivo —Alza una ceja

Tocan la puerta y Estaban entra.

—Hola —Digo

—Te estaba buscando. —Entra —Pense que estabas durmiendo

—Estábamos contándonos confidencias —Indico —¿Te unes? Me ayudarías a entender mucho sobre mis ancestros

—La historia se me da fatal —Dice y se sienta —Pero en que va

—Sabías que nos emparentamos con la reina Victoria

—Si eso lo sé —Sonríe

Nos quedamos riendo hasta tarde en que dieron las tres de la mañana, cuando nos vamos a dormir. Al entrar a mí cuarto me encuentro con los archivos que me dio Ashley y no he revisado. Cuando lo hago sé que la empresa esta muy mal. No duermo y cuando es una hora coherente voy al cierto de Kate y Brad que comparten.

Entro y me siento en la cama de Kate.

—Kate

—Un rato más mami —La muevo

—Kate necesito que revises estos papeles, es importante

—Abby ¿No puedo esperar hasta más tarde?

—Es significativo. Por favor

Se levanta con pesadez y toma la carpeta. Se frota los ojos y los revisa. Lo hace dos veces.

—No hay nada que hacer, esa empresa agoniza si no es que ya esta muerta

—¿crees que haya una manera?

—Lo dudo. Necesitamos más papeles porque no me cuadra este porcentaje. Se supone que están vendiendo grandes cantidades, pero no hay ganancias.

—Deberemos pedir una audiencia.

Mientras, Kate y Brad se alistan bajo a la oficina de seguridad. En las escaleras me encuentro a Esteban.

—Buenos días ¿A dónde vas con tanta prisa?

—Quiero ir a mi empresa y no sé a quién debo ir a pedir permiso ¿A la abuela o al cuartel de seguridad?

—Seguridad, ellos lo reportarán a tu abuela.

—Bien ¿Me acompañas?

—Con gusto

Bajamos hasta el cuartel y en el camino me encuentro con el señor Rinaldi.

—Ese camino no va al comedor —Dice —El desayuno es importante

—Lo es —Digo —Pero debe resolver algo en la oficina de seguridad

—La acompaño

Vamos y es Jack al que encontramos en la máquina de cafés.

—Su alteza real ¿Puedo ayudarla?

—Me gustaría ir mañana a mi empresa si no es mucha molestia —Me mira

—¿Mañana? —Pregunta

—Por favor

—No olvide su alteza real que podemos volver esa salida en algo académico. Podemos ir al museo del arte. Las esculturas y la pintura le encantarán ¿Tal vez pintar?

—No mucho solo con crayones —Le respondo al señor Rinaldi

Toma mi mano.

—Sus manos parecen actas para tocar instrumentos, y para modelar objetos. Son delicadas y están muy bien cuidadas. No olvide que tenemos una cita para tratar ese tema

Quería respuestas y el parecía el único que quería dármelas. Estaba presto a contarme los detalles jugosos de mi romance con el señor Caruso y todos los rumores en las actas esferas.

—Si eso, tengo pensarlo —Esteban se aclara la garganta y el señor Rinaldi me suelta la mano —Pero lo de los museos esta perfecto

—Bien, hágame sabe que opina lo de la cita, la espero en el comedor

Se va y Esteban habla.

—Le gustas

—No es doce años mayor que yo. Nada que ver.

—Te he visto tener citas con hombres de su edad —Miro a mi primo —Pero preferiste al más joven de tus prospectos

—Bien —Dice Jack —Déjeme a notar esto

Se va a una mesa y lo seguimos. Observo un pasillo que parece dar a oficinas y la del final del pasillo tiene la puerta abierta. Puedo ver a Ashley, esta con el señor Caruso.

Me centro en Jack que anota todo.

—Bien infórmeme como haremos el proceso o si debo hacer algo

—Su alteza real —Impide mi huida

—¿Quién irá?

—Mis dos amigos —Miro a Esteban —¿Quieres unirte?

—Por supuesto

—Bien, iremos. Mis dos amigos, Esteban y el señor Rinaldi.

Mis deseos de no ver a la pareja perfecta se pierde cuando salen juntos y se quedan parados mirando.

—Bien su majestad, le entregaremos el informe de como procedemos a los lugares a los que va —Asiento —¿Quiere agregar algo?

—La cita —Digo —Agréguela. Le diré al señor Rinaldi que le diga donde será.

Esteban me mira y asiente.

—¿Lo enamorarás para que hable bien de ti?

Miro a Ashley Harris. Hablar con ella es tener dolor de cabeza en la mañana.

—Ya nos íbamos. Gracias Jack

—Parece que las clases de modales no están rindiendo frutos. Ya que al parecer no sabes saludar.




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