Alessio
Disparo al tipo en el cráneo mientras corro detrás del auto donde la han subido. El auto derrapa y yo corro todo lo que puedo, pero no logro alcanzarlo. Un auto se para a mi lado.
Se detiene. Entro al auto y Esteban arranca. Conduce a una velocidad esquivando autos.
—Acelera joder —Le indico —No puedo perderla
Marco el número de Cronos. No contesta y hago que Esteban acelere.
—Activa un rastreador —Lo miro
—No le he puesto ninguno
Salimos de Roma. Esteban los sigue de cerca. Se nos pierden en la autopista. Esteban los busca. Gira en un camino de piedra, a lo lejos se vislumbra una propiedad en ruinas. Esteban apaga el motor y lo miro.
—Tengo armas en la cajuela. —Baja y lo sigo —Considero que podemos entrar por dos frentes
—Solo debemos sacarla de ahí —Indico
—Oye Caruso, concéntrate o puedes echarlo todo a perder.
Esteban va por detrás y yo tomo el frente. Hago un desastre al entrar. Disparo a todo lo que se mueve y voy hacia la parte de abajo, cuando Esteban me indica que irá arriba. Me quedo sin municiones, les quito las armas a los tipos que se me ponen en frente. El sótano esta vacío. Maldigo y recojo un par de armas y descubro una puerta. La veo frente a mí con un arma en la cien y amordazada en una silla.
—Un paso y la mato —Dice —Tu puta se muere
—Baja la maldita arma —Exijo —Ahora y te perdonaré la vida
—No tienes poder aquí Caruso, ¿Quién te crees que eres?
—No me creo soy —Hablo en Latín —El príncipe del infierno y ella es mi esposa
Le disparo al tipo en la pierna al tiempo que ella grita y me giro golpeando a varios tipos que entran. Disparo y derribo sujetos. El arma se me cae y peleo con un tipo con un cuchillo. Quedo debajo del tipo. Cae sobre mí y un rostro angelical me mira preocupada. No dura mucho, porque la aparto al sujeto que ella a golpeado con la silla, cuando veo que se acercan más. La pongo detrás de mi mientras tomo un arma y disparo. Su grito me alerta que otra vez la tienen.
Pero no es débil, ella le da un cabezazo y se suelta. El tipo la golpea con un palo y yo veo rojo. Le parto la cara con la pistola. Me acerco y veo que le sale sangre de algún lado de la cabeza.
—Oye, oye, no te duermas —Me mira algo desconcertada —Oye
—Eres un idiota —Dice apenas —Me mareas y haces que odie esta ciudad
—¿Sí?
—¿Por qué siento que me vas a lastimar?
—No lo sé —Limpio su frente. La sangre le cae al ojo —Puedo ser muy idiota a veces
—Lo sé —Sonríe —Estoy asustada ¿Vendrán más?
—No
La pongo de pie y se escurre entre mis brazos
—Quiero ir a casa Alessio —Susurra —Solo quiero irme a casa
—Te llevaré a casa y todos estará bien ángel. Te lo prometo
Cierra los ojos.
—No oye, no te duermas Rouses. No te duermas —Me mira y vuelve a cerrar los ojos —Por favor no te duermas —Sujeto su rostro y la tomo en brazos
Camino con ella hasta salir de ese lugar. Cuando llego a la primera planta hay un alboroto.
—Joder
—Llama una ambulancia
Cronos aparece.
—Paramédicos —Grita —Dámela la llevaré afuera
—No
Le digo y camino con ella hasta dejarla en la camilla. Los sigo de cerca, pero no me dejan entrar. Cronos hace que una paramédica me revise.
—Se la llevarán al hospital —Dice la mujer
—Yo iré
—No —Me detiene Cronos —Debemos hablar
—Joder no…
La ambulancia se va.
—Alessio acabas de complicar las cosas, esos bastardos dicen que dijiste que era tu mujer ¿Sabes lo que pasara si todo el mundo oscuro se entera?
—No, la queran matar
—No error, la queran matar, porque tú dejaste el puesto que no debiste dejar. Si quieres protegerla, recupera el puesto. Si no cállate.
Llego al palacio y Erick me recibe con Mónica.
—Papá, los médicos trajeron a Rouses inconsciente ¿Puedo verla?
—Debo ir a cambiarme —Se lo doy a Mónica
No me demoro mucho cuando salgo Erick esta con su pijama y el cabello mojado.
—Papá
—Ve a dormir
—No si no veo a Rouses —Lo miro y suspiro
—Bien
Mónica se queda en mi cuarto y yo llevo a Erick hasta el de Rouses. Ella está inconsciente con una venda en la frente. Además, sus amigos y Esteban están ahí.
Dejó a Erick en el suelo y el corre para subirse a la cama y lo hace hasta llegar a donde está ella.
—Rouses —Le da un beso en la mejilla —¿Puedo quedarme con ella? —Me mira y niego —Por favor
—No debes dejar que descanse
Se enoja, lo veo. Sujeta su oso con fuerza y yo suspiro. Mira a la habitación buscando ayuda.
—Puede quedarse —Dice la amiga de Rouses —Estaremos pendiente de él
Regreso a la habitación, Mónica está sentada leyendo una revista.
—Sabes lo que Erick encontró —Habla sin levantar la vista de lo que lee —Le causó gracia. Dice que ya no sonríes así además, que le parece raro que mires de esa manera a un hombre cuando le expliqué que era Rouses disfrazada. Dijo. La quiero, ella me agrada y la amo.
—¿Qué encontró?
Me entrega la foto. Rouses vestida como hombre y yo mirándola. Se veía ridícula, pero adorable. La dejo a un lado.
—Eres un idiota, sabes —Dice con enojo. Dejando la revista de lado —Tu esposa está viva y tú estás con una piruja que te saca de juicio ¿La amas?
—¿Qué mierda dices?
—La mierda que veo que haces con tu vida —se pone de pie. —Te veo destruirte cuando puedes estar con la mujer que más y no lo haces.
—No tengo nada que darle, estoy en la quiebra por lo que pasó hace tres años
—La culpas por eso
—No, me culpo a mí por no haberla dejado en paz. Joder, debí centrarme en el trabajo y no joderla. Ella ya no me ama. No lo has visto, pero yo sí. Me aborrece. Soy todo lo que nunca a querido. No sé, no como se enamoró de mí la primera vez. Me mira y me destruye.
—Pero le gustas. Puede que seas su gusto culposo.
—No me jodas Mónica
Editado: 21.11.2024