Seducción

33

Rouses

Maritza y yo salimos al pasillo por donde Alessio viene caminando, se acerca.

—Ashley te dejo una lista de todo lo que hay que hacer para la boda —Le dice Maritza —Además que quiere una cena con tu familia.

—Bien —Responde —¿Paso algo? —Pregunta

—No, voy a llevarla a su antigua habitación —No lo miro

—Quiero ir a todas las habitaciones donde tenía algo ¿Cuarto de lectura? ¿Despacho? También quiero ir a la sala del trono

—Claro

Caminamos los tres. Voy a lado de Maritza. Alessio va detrás de nosotras en silencio. Llegamos a una puerta que ella abre con una llave que tiene en un llavero repleto de estas. Empuja la puerta y me deja ver un estudio de arte. Hay pinturas, tiene una linda vista al jardín. Hay una infinidad de pinturas.

Había un caballete central, la pintura era sobre una tormenta. Miro el lugar.

—Esto...

—Es tuyo

Miro, el cielo esta pintado con detalles muy hermosos. Comino al rededor de las obras, algunas están cubiertas, otras no. Me acerco al caballete central y miro la pintura. Hay una paleta de pintor. Recojo un pincel caído y me fijo que tras del cuadro hay un sobre. Lo tomo y tiene el nombre de Alessio.

—Creo que ese cuadro y esto es tuyo —Me mira y luego al cuadro

Me abrazo a mí misma sintiendo un vacío en la panza. Como si tuviera muchas ganas de ir al baño. Me recorre un frío por la espalda.

—Eso no estaba cuando vinimos a cerrar —Dice Maritza

—Estaba detrás de la pintura —Indico —Podemos seguir

Ambos me miran y asienten.

Caminamos hasta llegar a una puerta de madera era algo grande. Maritza busca la llave. Veo que Alessio nos sigue con el sobre en la mano. Maritza abre la puerta y da paso a un despacho muy amplio. Que tiene su propio salón, unas cuantos libreros, dos ventanas que iban desde el suelo al techo. Tiene un estilo antiguo y sobrio. Camino hasta el escritorio que no tiene ninguna pisca de polvo. Hay fotos de todos los tamaños. Veo una donde estoy con Maritza. Ella tiene el cabello completamente rosado. Como en todas las demás hay una de Alessio. Miro y encuentro uno con la misma chica de la galería.

—Arabella era...

La cabeza me duele.

—Tus hijos y los míos deberán llevarse bien, así como nosotras

—¿Rouses estás bien?

—Sí, yo ¿Qué paso con Arabella? —Pregunto

—Ella... —Tartamudea Maritza

—Tuvo un accidente —Habla Alessio

—¿Tienes una aspirina? —Miro a Maritza —Puedes darme una. Mi medicina ya no surte efecto

—Deberías ir al médico —Miro a Alessio —Haré que lo llamen

—Estoy bien, solo quiero una aspirina, por favor

—Claro, haré que la traigan —Plasta un botón —¿Quieres continuar?

—Si

Caminamos hasta que llegamos cerca del gimnasio, hay un estudio de ballet. Esta muy bien equipado. Hay trofeos en los estantes y no solo de ballet, sino de otras disciplinas. Hay uno de karate, de equitación, de danza artística, gimnasia.

—¿Primer lugar en macramé? —Pregunto —Hay concurso de eso

—Sí —Dice Maritza —Tienes primer lugar en todo, hasta ajedrez.

—Es un armario de cristal lleno de trofeos.

Miro el sitio y veo que el estudio da al jardín, la ventana es amplia, afuera hay rosales.

—Sigamos

Subimos por las escaleras, por el segundo piso volvemos a tomar otras escaleras a la derecha. Maritza saca una llave y entra. Paso detrás de ella a una habitación extragrande, dos cuartos en uno. Es más amplio del que tengo. No tiene polvo. Tiene su propio escritorio y dos libreros pequeños. Sillones, un carrito que no tiene nada, un baño propio tamaño de una habitación que da una sauna. La habitación conecta otra habitación. Hay un armario del tamaño de la habitación.

—Joder, podría dormir aquí —Maritza se ríe

Hay cajas en los estantes superiores, pero no hay ropa.

—Por aquí puedo ir a Narnia —Le digo —¿Por qué dos habitaciones?

—Pues, se supone que si te casas tu marido debe dormir en la otra habitación. Pero deberás cambiar de habitación cuando te conviertas en princesa

—¿A una más pequeña?

—Más grande

Me siento en la que había sido mi cama y me acuesto mirando el techo donde veo pegada algunas cosas. Miro en las mesas de noche dándome la vuelta y veo dos fotos.

—Maritza, puedes hacer que cambien mis cosas a esta habitación y que además quiten esas fotos —No la miro —De todo el palacio

—¿Tú quieres quedarte aquí?

—Si

—¿Dónde pongo las fotos? —Pregunta refiriéndose a las fotos mías con Alessio

—En algún depósito. No las quiero ver.

—Esta bien

Miro mis cosas que son acomodadas en los estantes. Kate y Brad entran y curiosean todo el lugar.

—Esta podría ser una casa completa

—Si —Chillan ambos

A mí el dolor de cabeza me pone de mal humor y lo único que hago es cuando llegan las almohadas, taparme la cara con una de esas.

—Su alteza real —Habla alguien

—¿Sí?

—El señor Cronos dice que su amigo acaba de llegar —¿Amigo?

Me incorpora y me quito la almohada.

—Si dice que usted le encargó ir por él —Mierda

Miro a Kate y Brad. Ellos entran al armario y gritan. Camino hasta donde están y los miro. Saltan de un lado al otro como perinolas.

—Debemos ir a recibir a nuestro amigo —Ellos me miran —Vengan

Se miran y salimos apartándonos del personal.

—¿De qué hablas? —Pregunta Kate

—Recuerdas los que dije. Que traerían a alguien para hacerme recordar de porque me siguen —Ellos se miraron

—¿Ya llego?

—Sí, vengan, debemos aparentar que lo conocemos —Asienten

—Déjemelo a mí —Dice Brad

Caminamos hacia la salida cuando Alessio aparece con Ashley. Ella vira los ojos al vernos.

—Un nuevo desdichado —Dice —¿Cuántos más recogerás?

No le hago caso y sigo caminado. Al salir Cronos esta apoyado en su auto. Sonrie el verme, abre la puerta y hombre castaño desciende del auto. Luce como un náufrago.




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