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Desamarre su cinturón y baje del auto, fui a la cajuela y saqué la linterna, fui hasta su puerta y la abrí, ella miró a Teo y después a mí y se bajó; casi se cae por sus zapatos, la tomé de su cintura, pero ella decidió quitarse esos odiosos zapatos, comencé a caminar delante de ella, hasta llegar a donde estaba lo que le quería a mostrarle, me pare frente a la tumba que llevaba su nombre y ella se puso a mi lado, se quedó callada mirándolo.

—Es como una broma de muy mal gusto

—La quitarán —dije después de un rato

—No —dijo —Que no lo hagan —La mire

—Ese día ese Rouses murió y esta nació, la de ahí tal vez no regrese y el mundo debe aceptarlo —dijo, me sonrió —Creo que debemos regresar —Miro alrededor y vio las demás tumbas

—Aún no está terminado

—Eso parece —dijo

El camino de regreso fue en silencio, cuando estacione el auto, ella me regreso a ver, mi celular comenzó a sonar.

—Gracias por traerme —dijo y se bajó del auto, recosté mi cabeza sobre el volante

—No es fácil, ¿verdad?

—No —dije —Ella no me va a hacer caso hasta que rompa el compromiso y Ashley no quiere romper el maldito compromiso hasta que le pague, siento que la pierdo

—Puedes comenzar por lo básico, ¿no?

—No hasta que rompa el compromiso

—Dijo que no te podía seguir el juego, no ahora

¿Qué recordaba?

—¿Tú crees que recuerde?

—No lo sé, pero eso porque sería diferente 

—Si recuerda solo quiere decir una cosa Teo, ella está jugando, ha estado haciendo desde el principio y la única razón de que no regreso antes es porque no quería —Cerré los ojos, no quería que fuera eso, no podría perdonarle hacerme pasar por tal infierno —No podría perdonarla si es que no regreso solo por capricho —dije

Emiliano

—Señor han encontrado muertos a dos de los patrulleros de la noche quien debían cobrar a los comerciantes para ser protegidos, la ciudad ya no nos teme y mucho de nuestros hombres están presos o muertos —Golpe el suelo con el bastón

—Mierda —dije —Esto no puede estar pasando

—Encontramos a este balbuceando incoherencias —dejaron a uno de los jóvenes en el suelo, tenía la mirada perdida y apestaba, parecía que se había hecho encima

—Ella estaba ahí, y después los dejó a todos en el suelo, él la retó y terminó sin mano ni se movió, era el demonio, no era el diablo en persona, ya viene, acabará con nosotros, ella está ahí —Me di la vuelta, pero no había nadie —Ahí viene ahí, no se está riendo —Se tomó de los pelos

—Mátenlo, ya está muerto —dije —Tendré que visitar a un fantasma

Rouses

Las exhibiciones del castillo habían comenzado, para mi sorpresa Ashley estaba en el desayuno.

—Tengo malas noticias —dijo

—Buenos días —dije —¿Cuáles son esas noticias?

—Las acciones en la bolsa decayeron, al parecer ya no eres confiable, dijeron que si no dirijo completamente la empresa no invertirán, así que tienes dos opciones —La mire sin ningún ápice de emoción en mi rostro, lo cual la tenía inquieta —Cédeme la compañía o venderla al mejor postor

—¿Cederte la compañía? —Me empecé a reír, ella me miro y después frené de golpe —Estás demente o es que tanto tinte te afecto la cabeza —Todos me miraron —Prefiero que los bancos la subasten antes que cedértela

—No valdrá mucho en poco tiempo —Me puse de pie

—Ya veremos, mientras tanto quiero saber las ofertas

—¿Estás pensando en venderla?

—Sabes cuál es mi verdadero propósito, señorita Harris, hace tres años este dejó de ser mi hogar, lo único que quiero es regresar a Londres —Me puse de pie

—¿Pero sí…? —Me miró, sonrió —Como ordene su majestad 

Salí de la habitación, bingo había mordido el anzuelo, ahora podría adueñarse de la compañía alegando de incapacidad mental, no es que estuviera loca, sino que debía parecer que sufría de algún trastorno de dos personas; quiero recalcar que Achilles no es otra persona, no soy esquizofrénica, al contrario, era la identidad que debía tomar para que los míos no corrieran peligro, pero aun así había perdido muchos.

Mi mente vagaba mientras me preguntaba si tenía los cojones para hacer lo que tenía que hacer o si era lo correcto, no tenía opción a equivocarme.