Seducción

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Alessio

—Ella es irritante, sabes lo que significa —No podía trabajar y ahora ella estaba en mi habitación, deje todo de lado y entre al baño, al salir Ashley estaba en la cama no la tome en cuenta y me acosté en el espacio que quedaba; tomé la computadora y comencé a revisar todos los documentos pendientes, ya que los descuide desde que ella regresó, la tabla se bajó y Ashley estaba ahí —Podemos hablar

—Tengo sueño —Dejé la computadora de lado y me di la vuelta para dormir

—¿Todo sigue igual?

No lo sabía, yo me lo preguntaba y sabía la respuesta que sentido tiene que ella haya ha regresado, si no me recuerda que tal si nunca lo hace; lo había arruinado con lo de la otra vez, tal vez nunca me perdone por eso, la parte cobardía se apoderaba de mí y dejo que miedo me invadiera y con gran excusa de no sentir dolor respondió.

—Sí, todo sigue igual

—Pensé que seguirías con esa tonta idea de recuperarla, sabes que ella no se fijara en ti, ya no es la de antes —Era a la última persona a la cual quería darle explicaciones

—No quiero hablar de eso 

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Mi infancia nunca había sido una de las mejores, después de perder a mi madre llegué desde Milán a Roma para vivir con un hombre que no conocía y que además era adicto al juego y la bebida; la primera vez que me golpeo pensé que no sobreviviría y rogaba para ir con mi madre, fue entonces cuando ella apareció, la forma en la que me miraba era como si nada fuera más importar como si fuera la única persona en este planeta. Esos ojos que tanto extrañaba y ahora no había rastro de ellos, Rouses se había convertido en una copia de su madre, rubia y ojos verdes, aunque los de su madre eran algo celestes; cuando éramos niños siempre estuvo pendiente de que sonriera, apenas era una niña y se comportaba como una adulta. 

La habían forzado a madurar, en nuestra relación yo era el que se comportaba como un niño, pero cuando fuimos a avanzando pude darle la oportunidad a ella de experimentar esa etapa de su vida, lograba hacerme reír con sus ocurrencias, podíamos hacer los desastres más grandes; nos contábamos todo, como si de una confesión se tratase, no teníamos secretos no hasta que yo comencé a tener dudas de si se quedaría conmigo. Me había dado cuenta de que éramos de mundos diferentes, ella nunca dejaría de ser una princesa y yo en ese entonces solo era el hijo del jardinero y estaba siguiendo su mismo camino; me metía en muchas peleas, tomaba hasta quedar inconsciente y mis celos comenzaron a dañar la relación, Rouses nunca fue celosa, al contrario; sabía que podía confiar en mí, que no le regalaría ni una sola sonrisa a otra chica que no fuera ella o de mi círculo de amigos, yo confiaba en Rouses, pero sabía que había alguien que le podía ofrecer más que yo. Decidí que dejaría ser el hijo del jardinero con vínculos en la mafia, más bien era príncipe de ella, me esforcé tanto en el ser mejor postule para universidades locales y en América, me compare con mi padre y ella lo soporto; me recordaba lo diferente que era de él, pero yo no me sentía así, soporto que despertara en un hospital inconsciente por culpa del alcohol, me dijeron que si volvía tomar de esa manera podría morir, me cuido cuando pudo simplemente irse se quedó conmigo a pesar de ser un desastre me amaba y yo a ella, pero nunca se lo dije, poco a poco ella fue haciéndose cargo de todos mis demonios, los absorbió y en un punto en el que yo me desconecte de nuestra relación fue cuando ella se cansó y decidió terminar con todo, fue después de la muerte de sus padres que aquel brillo de sus ojos se apagó por completo, la frialdad regular salió a la luz y se quedó a flote podría herir con solo una frase y matar con una palabra, puede ayudarla, pero no estaba presente.

Decidí levantarme de la cama, salí de la habitación y comencé a caminar, estaba amaneciendo, la puerta se abrió y la amiga de Rouses salió de la habitación de Calvino, me miró y salió corriendo; caminé hasta sentarme en uno de los taburetes de la cocina, me retenía mucho para no besarla, quería abrazarla quería estar con ella, aquel ángel que bajó de ese auto y me llevo al cielo, pero ella se quedó en el infierno.

—No pareces estar bien —Esteban estaba ahí

—No duermes —dije

—Al igual que tú, tengo cosas en la cabeza Alessio

—¿Qué cosas? —Pregunte

—Regrese a Rouses a su casa, pero no sé si fue lo correcto

—¿Cómo que no sabes si fue lo correcto, la dejarías por más tiempo?

—No, y sé que este es su hogar, solo que no sé si será feliz cuando recupere la memoria

—Lo será

—No Alessio, solo mira cuando recuerde, le dolerá, verte con Ashley, el hecho de perderlo todo, todo por lo que lucho, maldición, ni siquiera sabemos si podrá ser princesa —Lo mire —Nadie lo sabe, sabes cuánto sacrificio

—A ella nunca le importo lo material —dije —Ella...

—Ella tenía una obligación y una promesa con su pueblo, una que hizo mucho antes de conocerte

—¿Qué quieres decir?

—¿Eres feliz Alessio?

—¿Eso que tiene que ver?

—La promesa que le hiciste a Rouses no solo significaba avanzar, sino también ser feliz, ¿lo eres?

—Eso creo

—No es válido, la única razón de seguir aquí fuiste tú Alessio nunca se recuperó completamente de la muerte de sus padres, no se fue porque quiso; ella necesitaba recuperarse, sabes que ella no ha tenido buena relación con los psicólogos tenía pensado encontrarse a sí misma, lo de las pastillas no fue la primera vez cuando Lucia murió pensé que la perderíamos para siempre.




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