Seducción

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Alessio

La gente y el chocolate, los pocos recuerdos que tengo de mi madre es tomando chocolates cuando hacía frío en Milán; a Ashley no le gustaba el chocolate según ella engordaba y ni sé que cosas, tenía un vaso humeante frente a mí, la puerta se abrió y ella entró llevaba un pijama de dulces cuando me miro se asustó, pero ya no podía salir, lo que hizo fue avanzar.

—Eso es chocolate —Asentí —¿Queda algo?

—Sí, ¿quieres? —asintió —Pensé que las chicas tenían un problema con el chocolate —Negó

—Richard y yo sabemos hacer chocolate cuando llega de trabajar y no ha parado de llover en todo el día, nos sentamos frente a la chimenea y vemos una taza con malvavisco, contando el día que tuvimos y si el día fue tan malo cambiamos nuestra taza por una copa de whisky 

—¿Whisky? —Pregunte, asintió

—Richard solía ser el divertido, hacíamos locuras y nos metíamos en problemas, pero todo eso cambio —Se sentó frente a mí —Alguna vez has sentido la necesidad de devolverle la sonrisa a alguien

—Yo...

—Hablo de que no soportas verlo triste y debes hacerlo

—Si —Sonrió y miró su taza —¿Richard no es feliz? —Negó

—No y tengo mucho miedo que haga algo loco por estar yo aquí, le prometí que no lo dejaría y me quede aquí —La mire —Creo que a veces realizo promesas que no puedo cumplir

—¿Por qué le prometiste eso? —dije

—Richard siempre ha sido el centro de atención, el más chistoso y extrovertido, demasiado bromista —Sonrió —Se iba a casar algunos meses atrás, la chica era la perfecta y no parecía mala, la boda iba a ser muy linda y todo, peor el día de la boda ella nunca llegó

—¿Le paso algo? —Pregunte

—No, y ese es el problema —dijo —Ella se escapó con el padrino, Richard no se recuperó de eso, cambio su trabajo a Cambridge, se iba a ir a escocia, pero le pedí que no me dejara; por mucho tiempo solo llegaba a casa del trabajo y se encerraba. Los fines de semana se emborrachaba, dejo de hablar, sabes qué fue lo peor, que ella le invitó a su nueva boda y baby shower, no se recompuso, decía que no tenía sentido vivir, solo apenas comenzaba salir y yo le dije que nunca estaría solo que yo estaría con él, pero no estoy ahí

—Tal vez lo entiende 

La forma que miraba la taza humeante, llena de culpa, extrañaba esa vida, pero el problema de estar juntos no estaba en ella, amenos que alguno hiciera algo, y al final ella tendría razón, no importa si recuperaba la memoria, el compromiso seguía en pie.

—No lo sé, los extraño mucho, mi casa y mi familia —Escucharla, decir eso era muy doloroso, pero seguí —Puede que no se han mi verdadera familia, pero me dieron tanto amor

—¿Cómo vivías en Londres?

—Cambridge, teníamos una casa que compartimos, Kate, Brad, mi hermano y Yo, le gustaba el ruido, él dice que está bien, pero no lo sé, el problema es que ahora estoy dividida en dos, me encariñe con este lugar un poco

—Tu hermano debe estar bien, las malas noticias son las que más rápido viajan

—Lo es, ¿no? —Parecía como si se estuviera reteniendo, sonreí si la Rouses de antes hubiera sido así de clara

—Vas a preguntar algo no

—¿Cómo lo sabes?

—Tu rostro es un libro abierto —Sonrió

—No tiene importancia —Se levantó y dejo la taza en el lavabo, me pare y quedando ella entre ambos, se quedó callada, muy callada, se aferró al lavabo

—Te rompí el corazón, ¿verdad? —No respondí —La forma en que me miras y actuabas antes de saber quién era yo, es igual a como Richard miró a su prometida cuando la volvió a ver, yo lo siento...

—Yo también te lo rompí —Ella se calló —Y no solo una, sino muchas veces yo te fallé —No se movió —Y te e fallado por mucho tiempo, he dicho muchas cosas hirientes hacia ti, pero lo siento, debes...—Trague saliva —Confiar en mí, porque yo lo hago. —Apegue mi cabeza en su cabello, el olor a vainilla y canela era más fuerte —Yo me fui y quiero que me disculpes por todo lo que he hecho y posiblemente haré —Se dio la vuelta

—Porque siento que eso no es cierto —La tomé del rostro y la apreté contra el frigorífico —Porque siento que con cada acción que hago te lastimo, porque siento que he olvidado algo tan importante para ti y yo no soy capaz de recordar; que en cualquier momento terminaré haciendo algo que te lastimara demasiado, porque es así Alessio, quien más lastimado sale de aquí no creo ser yo y no tengo que disculparte por nada porque tal vez yo haga lo mismo

—No has olvidado nada que valga la pena —Negó —Y puedo perdonarte, porque... —Me miro y sonrió 

—¿Por qué no me lo dices? —Se mordió el labio —Tal vez lo que viene no lo podamos superar 

—Porque no hay nada —dije —Ya te dije lo que me haces sentir —Sonrió —Y si lo haremos —Negó 

—Y yo te dije que no me gusta eso —Se apartó un poco

—Lo sé —Estaba tan cerca de sus labios, de repente la puerta se abrió, era Esteban, ella se separó de mi

—Lamento interrumpir —Ella me miró y después a él

—No es lo que parece —dijo algo roja

—Eso no importa, deberían tener más cuidado —Ella me miró y después se fue, Esteban entró y me miró

—Esta era una de las razones por las cuales no quería que regresara ¿Qué haces Alessio? —Lo mire

—¿No lo sé? Dime que puedo hacer

—Bueno, digamos que eso es algo que no puedo responder, solo tú puedes ¿Aún la amas? —Lo mire —Sabes, te voy a decir algo Alessio, sé que no vas a cancelar tu compromiso y quieres saber por qué

—¿Por qué?

—Porque tienes miedo, miedo de que ella no siente lo mismo que tú, miedo de luchar y ella no pueda volver a amarte, miedo a que nunca te recuerde y que esta vez sea diferente y se quede con el niño rico; miedo a que no te perdone nunca lo que le dijiste, pero lo hará si no haces algo, así que Alessio decide te la jugaras o dejaras que alguien más lo haga, porque sabes que hay algo más y eso jugara en tu contra.




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