1 año, cuatro meses atrás
—Espero que sea de su agrado, señor Caruso —La música sonaba por todo el lugar
—Quita esa cara, labios de azúcar —Miré a Mónica
—Quiero otro —La camarera me dio otro vaso de la bebida
—Ahí viene Harris
—Al parecer no me esperaron
—Yo me voy —Asentí Mónica se despidió
—Pareces muy triste Alessio
—Déjame en paz
—Ella no regresará
No le hice caso y solo hice lo que había hecho en los últimos meses, beber para poder verla una vez más, no podía mantenerme de pie, pero estaba avanzando, el frío de afuera se impactó en mi rostro y después escuché voces y el ruido del motor, una luz como de túnel, cuando abrí los ojos y ahí estaba ella
—¿Adónde vamos? —Ella se volteó y con una sonrisa me dijo
—A casa
—¿Te quedarás esta vez?
—Si tú quieres que me quede
—Sabes que si —Cerré los ojos
El olor de su perfume invadió mi nariz, entonces supe que estaba en mi cama.
—Rouses —dije —Rouses no te vayas
—Estoy aquí, no me voy —Toque su mano
—Sabes cuanto te extraño, te amo
Todo se volvió oscuro.
Me dolía la cabeza y no sabía donde estaba, me puse de pie, pero fue una mala idea, la habitación se puso inclinada y tuve que sentarme; cuando mire a mi lado alguien estaba ahí, me paré y fui al baño, me duche y salí, New York era más frío sin ella, me cambié de ropa y fui a la cocina escuché pasos me senté frente a la encimera.
—Puedes irte, no te daré mi número —dije
—No me iré a ningún lado, además ya lo tengo —Paso sus brazos por mi cuello y me aparté
—Lo que haya pasado ayer no volverá a pasar, además eres mi jefa
—No pensaste eso ayer ni con ella, no dudaste en quitarle su virginidad ningún momento —La miré
—Debes irte
—Seguirás bebiendo hasta morir, pues bien, pero no olvidaré una de las noches más memorables y no te preocupes, al contrario de ella, yo no era virgen
Decidí ir a cama a ver si podía dormir un poco más, prendí la televisión y mire la película; era de bomberos o algo, las sirenas de las ambulancias nunca me había gustado recuerdo que fue lo primero que oí después de ver a mi madre debajo de ese camión. La enfermera me pregunto muchas veces si estaba bien, yo solo decía que si con la cabeza, las ambulancias estaban en la entrada, no dude ningún segundo en bajarme del auto y correr a donde los policías iban. Los ojos se me fueron cerrando lentamente, hasta quedarme dormido.
—Deberás ser fuerte niño
La mujer era muy gorda y caminaba raro, habíamos viajado a ver a papá, ella decía que era el único que podía cuidarme, pero yo quería a mamá, ellos decían que mi mamá estaba en un lugar mejor, pero yo quería que este conmigo.
Llegamos a un palacio, y nos recibió un hombre vestido de pingüino, y nos llevó a un jardín muy hermoso, parecía el parque que había cerca de casa y a donde íbamos mamá y yo seguido.
—Señor Caruso lamento su perdida —Un hombre alto, muy alto, piel bronceada, casi como la mía estaba ahí, tenía el cabello negro y parecía enojado, me miro y yo escondí detrás de la señora —Él es Alessio su hijo
—Está más grande de lo que recuerdo
—El niño presenta un trauma por ver a su esposa morir, no habla, hemos anotado unos buenos especialistas y todo lo demás está aquí —Le entrego una carpeta muy grande —Y estas son sus cosas
La señora se fue y me quede parado en medio del jardín, él comenzó a caminar y al ver que no lo seguía se volteó.
—Ven, desde ahora deberás seguirme a todos lados, irás a la escuela, debes levantarte temprano y aprender hacer todo por ti mismo, yo no tengo mucho tiempo ayúdame y yo te ayudaré
Mi padre era una buena persona sobrio, pero cuando bebía se convertía en un loco.
Editado: 06.11.2022