Seducción

53

Esteban

La mesa estaba llena, Rouses no había querido bajar, había tomado un litro de café, el día anterior, soportando de manera magistral a los demás con una sonrisa, merecía un Óscar, pero por dentro estaba muriendo, lo sabía.

—Lamentablemente, su alteza real está indispuesta esta mañana

—No me sorprende, se bebió media botella de tequila —dijo Sebastián

—¿Le subieron el desayuno? —Pregunto Victorie

—Sí, su alteza

—Me pregunto qué dirá su abuela cuando lo sepa

—Nadie se lo diré —dijo Clark

—Ay su majestad disculpé mi demora —La madre de Ashley y sus amigos llegaron

—Señora Harris —dijo ella

—Estoy muy feliz de ver la princesa, ¿y su sobrina no nos acompañará? —Pregunto buscando a Rouses en la mesa

—Está ebria en su cuarto —dijo Ashley

—Una princesa ebria, qué sorpresa —dijo la señora —Considerando sus amistades, no esperaba más, no puedo creer que sus padres le hayan permitido juntarse con gente tan corriente

—Defina corriente —dijo Brad

—Gente sin dinero, clase o educación, aunque se esfuercen, nunca podrán ser como nosotros que venimos de familias adineradas

—A Rouses nunca le importo eso —dijo Mía —Y me sorprende que piense eso, sabía que su hija se casara con el hijo de un jardinero, que bajó de su parte, muy denigrante

—Demasiado —dijo Beyno

—Entonces antes de hablar piense un poquito —Se puso de pie —Iré a ver a Rouses

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Rouses

El sol estaba en todo su esplendor, me mire al espejo, mi cabello había vuelta a la normalidad con lo que sea que le puso Maritza, mi ropa me quedaba bien, extrañe mi ropa demasiado, tomé otro vaso de café y Camila limpio la lágrima rebelde.

—Las princesas no lloran —dijo y asentí

—¿Así te vestías antes? —Preguntó Brad, asentí —Te queda perfecto para ser muy anticuado, lo luces bien —Recuerdan cómo me vestía, sí, bueno, cambié los tenis por botas

—Están finalizando el almuerzo, ¿estás lista? —Preguntó Kate

—Si — dije

—¿Los llamamos? —Negué

—Los atraeremos, como el flautista, pero estaba vez será con un piano

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Alessio

Rouses no había bajado a almorzar, Esteban y los demás parecían calmados, era verdad que podía soportar el licor, pero hasta un cierto punto, de repente una melodía empezó a sonar, era muy atrayente, todos dejaron sus cubiertos y se miraron, Lorenzo ingreso.

—¿Lorenzo quién está tocando?

—La princesa —dijo, Victorie se puso de pie y Clark la imito, la melodía cambio y los demás imitaron la acción de Victorie siguiéndola a dónde procedía esa melodía.

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Rouses

Las notas salían del pianoforte, pude ver por el rabillo del ojo que la gente fue entrando, algunas se quedaron sin habla y otras parecían estar viendo un fantasma; cuando entraron todos, Esteban cerró la puerta, parándose frente a ella, junto a Calvino, para que nadie saliera, deje de tocar, tome el vaso que estaba encima del piano y lo bebí.

—Vaya, vaya, todos reunidos al fin —dije, me acerque a llenar el vaso —Antes de empezar me gustaría hacer un brindis —Puse cara triste y hable en tono serio —Por nuestra querida Abby Williams —dije —Una excelente persona, algo ingenua, pero adorable además de ser la cubierta perfecta; es una pena que nos haya dejado hace unas semanas, mucho antes de que me dijeran quien soy, debo decir —Sonreí y bebí todo el contenido del vaso, lo volví a llenar, pero solo lo sostuve, moví mi cuello en un círculo pequeño

—Recuperaste la memoria —dijo alguien sorprendido

—Claro que lo hice, mucho antes de que lo que imaginan y me a costado mucho aparentar ser Abby, saben que es muy difícil no querer mandar al diablo a los que me insultan —Sonreí —Vaya pavadas, he escuchado en este tiempo y cosas peores he visto —Hice una mueca

—¿Rouses? —Me acerqué a mi tía

—Lo siento, nunca quise irme así, sinceramente te extrañé mucho, lamento haberte causado tanto daño —Ella me abrazo

—Mi niña, no sabes lo mucho… 

—Lo siento, no debiste sufrir por mí —Negó

—Yo no te lo dije, por lo que pasaste con tus padres, pero ya sabía de mi enfermedad mucho antes de lo del accidente —La miré




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