Seducción

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Rouses

El último desayuno, antes de que se fueran, la mesa estaba muy callada, la única feliz parecía Ashley.

—Pero que este ambiente, parece que alguien murió —La mire —Ups

—Siéntate —Le dijo Alessio de malas maneras, puse los ojos en blanco

Erick estaba sentado , triste, él también se iría hoy, le empaque cuatro taros de galletas, Lorenzo me las dio, y se las entregue, él me miro.

—Galletas hasta para navidad —Sonreí —No te las comas todas

Se paró en el asiento y me dio un abrazo y yo a él, lo acuné contra mi cuerpo.

—Te voy a extrañar mucho —Dijo

—Yo también, no te olvides de llamarme ¿Okay?

—Nunca, te llamaré diario —Bese su cabeza

—Ya no llores

—Me quito a mi papi —Mire a Ashley con todo el odio del mundo —¿Por qué me lo quito? ¿No tiene papi? 

—Creo que le gusta quitarle cosas a los niños, pero siempre será tu papi

El desayuno terminó y Emilia se llevó a Erick a acabar de empacar la maleta, les dije que les enviaría todo después.

—Pobrecito no lo asimila —Mire a Ashley

—Regina, por favor —Le dijo mi tío

—¿Que si no he hecho nada? —Él se puso de pie y salió, acompañado de mi abuela, que estaba callada mucho —¿Dije algo malo?

Nadie le respondió, me puse de pie y caminé hasta la ventana, y mire el cielo, escuche el ruido de la silla, mire de reojo, Regina venía feliz hacia mí.

—Querida prima espero no verte jamás —Me volteé y la miré —Y no escuchar tu nombre en la vida

—Creo que nos hemos contenido mucho ¿No crees? Porque no me muestras tu verdadera cara, y dejas el teatrito, que ya no viene al caso —Sonrió 

—Estoy feliz de verte sufrir Rouses, no sabes cuanto lo estoy gozando y lo gozaré más cuando esté en el altar —Me reí —No veo que sea gracioso

—Sabes que soy dueña del mundo, ¿No? —Ella me miro sin entender —Junto a los Rockefeller, sabemos los secretos del mundo y de todos, sé lo que has hecho tú y tu familia —Limpie sus hombros —Y no sé, tal vez puedan filtrarse 

—No lo harías —Sonreí —No serias capas de eso, tú no... —Me tomo de cabello, haciendo que todos se pongan de pie, pero levante la mano para que no se movieran

—Ashley suéltala —Le dijo Alessio 

—No te atrevas —Sonreí, la tome de la muñeca, y me soltó, y la tome del cuello

—¡Rouses!

—Nos estamos mostrando como somos, ahora es mi turno, querida prima, escúchame bien y quiero que pongas mucha atención, —La solté, pero aun así no toco el suelo, miro a todos lados buscando ayuda —Más vale que ese niño vuelva a ver a su padre, o yo no tendré piedad contigo, ¿Escuchaste? —No respondió —Dije si escuchaste

—Si

—Dos, no quiero ver la cara de nadie de tu familia, ni siquiera un pelo por mi país, llévate tus sucios negocios a otro lado; o verás como ese imperio producido en la mierda se cae pedazo a pedazo, siendo esto un ápice de lo que puedo hacer, así que si no quieres pedir limosna en la calle será mejor que hagas todo lo que te e dicho ¿De acuerdo?

—Sí, si

La solté y cayó al suelo, me miro desde ahí

—Tal vez seamos primas, pero somos muy diferentes

—Te odio, maldita seas Rouses, maldita seas 

—Espero que seas muy feliz Regina, que tu cuento de hadas se haga realidad —Sonreí

—Eres el demonio

—Lo seré, si no te quitas de mi camino

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—No quiero, no quiero —Alessio había intentado hablar con Erick, pero él no quería nada con su padre, él se iba en la tarde

—Erick —Se puso a su altura —Te visitaré en vacaciones y navidad —Él negó —Cambiaremos los papeles

—Es que no quiero —dijo —Papá, seré un niño bueno, no me dejes

—No te estoy dejando Erick

—Ya no me quieles —dijo llorando —Por eso te vas con la bruja

—Te amo

—Entonces quédate —Soltó un suspiro grande —Prometiste que te quedarías conmigo —Salió corriendo, al patio

—Sabíamos que no iba a hacer fácil —dijo Ian —Iré por él —Emilia fue tras ellos

—Espero en el auto —dijo Regina saliendo, Anthony, Mía y los demás comenzaron a despedirse, diciendo que lo verían en la boda

—¿Dicen que eres buena con las despedidas? —Sonreí

—Depende de que humor este —Mire Eros

—He decidido quedarme por aquí —dijo —Tal vez podamos salir de vez en cuando

—No veo porque no, me sentiré muy sola ahora que mi tía no esta —Beso mi frente

—No te dejaré

—No hagas promesas que no podrás cumplir

—Lo haré si me dejas 

—Eros...

—Lo sé —Acaricio mi rostro y sonrió —Solo te pido que me dejes estar a tu lado, no como algo permanente, como tu amigo 

—Los amigos son permanentes —Sonrió 

—Para toda la vida joder

Todos los ojos voltearon a nosotros dos, regrese mi vista a sujeto frente a mí, quien extendió la mano a Eros; no se parecía, en nada, al niño de pantalones cortos y cabello claro, al igual que sus ojos. Había cambiado, maduro para lucir, después jeans gastados y sucios por el trabajo y dividís blancos, y su uniforme de la escuela; se fue a la universidad y en algún momento decidió que vestir semi formal era la onda; bueno, pueden imaginarse al guardaespaldas de Anastasia Steele, pero quítenle la corbata y la chaqueta y un poco más despeinado y uno que otro tatuaje. Había cambiado mucho, ahora era papá, un papá que era capaz de todo, hasta que su hijo lo odie. No me di cuenta de que todos se habían ido y solo quedamos los dos ahí parados sin decir nada, él se había puesto a mi lado esperando ver lo que yo veía.




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