Seducción irresistible.(parte 2)

Capítulo 11.

Las circunstancias nos obligan a tomar decisiones rápidas y sin pensar.

Los golpes que él hombre tira no es demasiado rápido, los esquivo y me agacho para poder meter un codazo justo en sus costillas, este se cae al piso, pero esté se pone de pie y me devuelve el golpe.

Sujeto su brazo y lo empujó para atrás, le doy un golpe justo en su mandíbula.

—No te mataré. —susurro y vuelvo a esquivar los movimientos que este hace, escupe la sangre de su boca e intenta nuevamente abalanzarse sobre mí y lo hace.

Agarro su brazo y doy un salto en el cual giro mi cuerpo, antes de eso tomo un gran impulso, el brazo de este sujeto se rompe, es como si hubiera jalado la palanca.

—¡Hijo de puta! —grita y se retuerce en el piso de dolor.

Me acerco a el hombre y lo agarró de la solapa de su camisa.

—Escucha bien, di estas palabras al ruso de mierda.

Le digo, pero este no se queda quieto he intenta pararse, aunque cae en el proceso al final lo logra.

—Iré por él, se arrepentirá de ocasionar todo está mierda, colgaré su cabeza. —escupo las palabras furioso.

—Le vale mierda eso, contrato a muchas personas para matarte, tu cabeza ahora tiene precio y puedo asegurarte que es muchos ceros en el lado derecho, yo solo soy un peón más—susurra el hombre y escupe sangre.

—En ese caso, lo estaré esperando, pero por hora expresa estás palabra, que vaya haciendo su tumba por qué pronto estará tres metros bajo tierra.

El sujeto camina hacia un auto que se estaciona cerca, uno de los que están metidos en el auto, piensa salir, pero el que está con el brazo torcido lo detiene.

Despejó la mirada de ellos y corro hacia el bosque, empiezo a pronunciar su nombre, sigo corriendo, pero me detengo ya que siento un leve mareo, apoyo mi cuerpo en un árbol.

El toque en mi hombro, me llama la atención y me pongo en alerta de inmediato, volteo rápidamente para ver de quién se trata.

Es un sujeto más alto que yo, es fornido, miro sus manos en los cuales tiene una soga, todo pasa rápido que apenas me da tiempo de reaccionar, este sujeto coloca el objeto en mi cuello, me abalanzó hacia el frente y este cae al piso y rodamos los dos.

Muevo mi cuello por el lado derecho y este truena, miro nuevamente al tipo el cual ya está parado y con los brazos hecho puño, se apresura a alcanzarme y me golpea justo en mi mejilla.

Tocó mi mandíbula, muevo mis dientes, boto la sangre que emerge de mi boca, tocó la parte afectada la cual ya lo siento más rota que antes.

Me abalanzó en el sujeto y golpeó en la zona de su cuello, alzó una de mis piernas con las intenciones de golpear su abdomen, pero este me sujeta mi pierna, aprovecho eso para tomar un impulso hacia atrás y arremeter contra su mandíbula con una patada fuerte, gracias al impulso, la sangre del tipo se disipa y me mancha la cara.

El hombre no se queda quieto y se vuelve a abalanzar sobre mi cuerpo, ambos caemos al suelo, yo caigo encima de él, así que este aprovecha en ejercer precisión en mi cuello, tratando de asfixiarme, con sus brazos

Mi mirada empieza a volverse borrosa, muevo las manos intentando salir del agarre, muevo he intento alcanzar una rica que parece estar tan cerca y tan lejos a la vez.

Lo golpeó con la roca, justo en su cabeza y él cae sobre mí, empujó el cuerpo hacia un lado y me paro.

Me limpio la sangre de mi cara con las mangas de mi ropa.

Intento no caer y me voy apoyando en los árboles, estoy exhausto, adolorido por los golpes.

Caigo nuevamente, escucho un grito de parte de alguien, pero mi mirada se vuelve borrosa y pierdo el conocimiento.

El ruido del pitido de una tetera hace que vuelva a razón, me levanto muy rápido que ocasiona leves mareos, miro mis manos los cuales están vendados, al igual que mi cabeza.

Apoyo mis manos en la mesa pequeña ocasionando que los objetos caigan, alguien abre la puerta y yo lo único que se me ocurre hacer en el momento es tapar mi cuerpo con las sábanas.

—Jassel, sé que estás despierto, no te hagas el dormido. —escucho la voz de Mellea.

Aparto las sábanas y la veo, ella está con un vaso de agua.

—Quiero que tomes esto, ayudará con el dolor. —me dice, depositando la pastilla en la palma de mi mano, pone sus manos en su cadera y cuando ya tomé la pastilla, sonríe.

—Muy bien Jassel, ahora debes descansar. —me dice acomodando las sábanas y cobijando mi cuerpo.

—¿En dónde estoy?

—Estas en mi casa, bobo. —ella extiende sus brazos.

—¿Tu hermano lo entenderá?

—¿Qué? ¡No!, Ya no estoy viviendo con él, me mudé hace poco, ya no tenía una motivación para seguir viviendo allá. —dice algo melancólica.

—¡Oh, ya veo! —le digo y ella asiente.

—Te encontré en mal estado Jassel, tuve que pedir ayuda a uno de mis pocos amigos, para poder traerte a casa, me preocupe mucho al verte en un estado débil. —me dice y sus ojos se ponen llorosos.

—Mi vida es desastrosa, hubo muchos momentos en el que estuve en ese estado debilidad, no debes preocuparte, muchas gracias por la ayuda.

—Como no preocuparme imbécil, estuviste ensangrentado.

—No era mi sangre. —susurro y ella se lleva las manos sorprendida.

—Eres un asesino. —dice temerosa.

—Tal vez, pero era cuestión de vida y muerte, si no era él, tenía que ser yo, no debo morir por ahora.

—No digas eso imbécil, me tienes harto con tu párrafo de despedida, todavía no has disfrutado bien de la vida. ─desvía la mirada hacia otro lado.

—Lo siento si te molesta, pero es mi jodida vida, cargo con culpa y problemas del pasado sobre mis hombros, ya estoy muy acostumbrado a eso, lo sobrellevó.

—Eres muy injusto, las personas que te quieren sufrirán si te vas de ese modo.

Me quedo callado ante lo que dice, tiene razón, pero estoy cegado por la furia que inunda mi ser.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.