Seducción irresistible.(parte 2)

Capítulo 14.

No confíes en las personas que aparentan ser alguien que no son.

Cuando abro mis ojos, siento mi brazo acalambrarse, miro y veo la razón del calambre es Mel la cual tiene su cabeza recostada en mi brazo como si fuese su almohada, tiene la boca media abierta, sus cabellos tapan su cara, miro sus delicados brazos los cuales están rodeando mi cuerpo.

Ella se remueve y su mano va a parar en mi rostro, abre sus ojos asustada por lo que ha hecho, me llevo la mano al lugar afectado.

─Auch... eso sí que dolió Mel. ─le digo, me recuesto en la pared.

─Lo siento mucho por eso. ─dice y sus mejillas comienzan a encenderse se levanta de la cama rápidamente y se encierra en su baño.

Luego de unos minutos sale del baño con una toalla alrededor de su cuerpo y una en su cabeza, yo me levanto de la cama con la intención de irme y no infligir en su privacidad, ella me ve y tira su bolsa de aseo que llevaba en las manos, su toalla que cubría su cuerpo cae al piso dejándola totalmente expuesta, grita al darse cuenta y yo me cubro con las manos para no ver hasta llegar a la puerta.

Cierro la puerta muy rápido cuando salgo y en breves escucho sus gritos los cuales retumban en toda la casa.

Agarro el polo y me ventilo, el calor me inunda ahora, trato de borrar de mi mente el cuerpo expuesto de Mellea, doy un lapo en mi mejilla y camino hacia su cocina para tomar un vaso con agua.

Ella sale de su habitación, esta con un camisón de algodón color blanco sus muslos están descubiertos, tiene también un abrigo más largo que cubre su escote, escupo el agua de mi boca, cuando muchas cosas perversas se cruzan por mi mente.

<<Jassel respira y cálmate hombre>>

Ella tiene el rostro a tope de color rojo intenso, se lleva las manos a sus mejillas intentando calmar la calentura de su rostro con sus manos frías, pasa por mi costado y llena la tetera, el silencio esta en el aire.

Empiezo a silbar tratando de poner sonido al ambiente, ella me mira de reojo al igual que yo, cuando nuestras miradas se chocan ella me da la espalda, se pone de puntillas queriendo alcanzar la caja de té, me acerco a la caja y se la paso.

Mellea es la primera en romper el hielo.

─ ¿Tomaras desayuno acá? O ¿iras a casa a torturarlos sin comer? ­─dice de manera sarcástica.

─Bueno, me quedare si no es molestia. ─hablo en un susurro.

<< ¿Por qué estas nerviosa, Jassel? >>

─No es molestia, pero debo decirte que apenas tengo té y pan, no hice las compras.

─No hay problema por eso.

Ayudo a depositar la taza de te en la mesa y acomodo el pan en el medio, ambos nos sentamos, ella me observa mientras como el pan, luego desvía la mira, agarro la taza y pienso tomarlo, pero me quemo la lengua porque está muy caliente.

<<Soy tonto>>

<<Que bobo, como dice Mellea>>

Las risas de Mellea inundan la cocina, se ríe de mi torpeza.

─Jassel, esta saliendo el vapor y te lo tomas caliente, eres muy tonto. ─dice riendo a carcajadas

Yo la acompaño y me rio como nuca, hace años no sentía una risa real y no una falsa como suelo dar, me duele el estómago de tanto reír.

─Se me olvido. ─le digo y trato de contener la risa.

Tomo aire y logro calmarme, llevo mi mano a mi abdomen porque lo siento tenso, sus carcajadas cesan, ella sopla su bebida y se lo toma en sorbos pequeños.

Cuando terminamos de comer, yo me levanto y agarro las tazas, para llevarlo al fregadero.

─Lavare los servicios. ─indico y ella asiente.

Su celular suena, corre a buscarlo a su habitación, termino de lavar los trastes y escucho la conversación por accidente, no es que sea chismoso, pero es curiosidad.

─Rafael no pienso volver a la editorial, ya no estoy para ser empleada, para eso renuncie, tu dijiste que yo me sobrevaloraba mucho, y que mi información era falsa, cuando era cierto lo que yo decía, perdiste la primicia de anunciar la muerte de Gabrielle la novia de Jassel, la otra agencia me pago mucho por eso. ─dice y yo me llevo las manos a la cabeza.

<<Es una broma, ¿acaso?>>

<<Me estas jodiendo. >>

<<Ella fue la que difundió la noticia. >>

Ella corta la llamada y yo entro a la habitación enseguida empujando la puerta, su cara se torna pálida cuando me ve presente.

─ ¿Tu fuiste la que interrumpió mi privacidad en un momento delicado? ─pregunto estoy intentando de controlar mis pensamientos absurdos.

<<Ya empezabas a considerarla tu amiga>>

Ella desvía la mirada hacia otro lado, camina hasta la ventana, sujeto su brazo y ella se suelta de agarre bruscamente, intenta irse, pero vuelve a sujetarla.

─ ¿Por qué no me preguntas el porque de eso?

─Que distinto habría en como lo pregunto Nicolleta, te pregunte algo y respóndeme ahora mismo, ¿fuiste tu?

Asiente con la mirada centrada en el piso.

─ ¿Cómo lo supiste? ─pregunto, estoy intentando de no estar irritado.

─Pasaba por el lugar, yo también estaba en el hospital el mismo día en que ambos sufrieron un accidente. ─explica.

─Se te hizo conveniente interrumpir en la vida privada de alguien ¿cierto?, te encanta el dinero pequeña.

Mellea niega frenéticamente e intenta agarrar mis manos, pero la empujo, no soy brusco en eso, comienzo a contar hasta tres para calmarme, pero la furia me ciega veo rojo en estos momentos.

─Por eso intentaste ser mi amiga, ¿querías sacarme más información para vender a tu blog? O ya habrás escrito sobre lo que paso en mi casa, ¿verdad? ─suelto con enojo.

─No lo hice por eso, en realidad deseo ser tu amiga Jassel, eres una de esas personas que respetan a los demás y nos los menosprecias.

─No te creo Mellea, has hecho todo esto para sacar algo de conveniencia de la situación, lo tienes en tus manos y en cualquier momento vendes la información a mejor postor, como podría confiar en una persona como tú. ─hablo, me acerco a ella hasta arrinconarla a la pared.




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