Seducción irresistible.(parte 2)

Capítulo 18.

En este capítulo se verá narrado desde la perspectiva de Mellea...

Quiero ahogarme en tus labios, susurrarte con palabras mudas el deseo que siento por ser parte de ti y ahora... No quiero despertar

Mellea.

Mi celular empieza a vibrar dentro de mis pantalones, me asusto un poco ya que estaba muy enfocada en ver una serie y ¡Pum! Suena mi teléfono.

El nombre de Nathan mi amigo o tal vez compañero debería llamarlo por cómo me dio la espalda en esos malos momentos, de la agencia de Rafael.

—Hola Nathan, sabes te iba a llamar para agradecerte por ayudarme con mi amigo, much...

La voz de Nathan sale apresuradamente, sin permitir darle las gracias, su voz sale muy baja, tomo el control y apago la televisión.

—Ten cuidado Mel, Rafael se ha enterado de que mantienes una relación muy estrecha con Jassel Roquer.

¿Y eso que? ¿Acaso?

¡No!

¡joder!

—Él está pensando en publicar unas fotos en dónde tu supuesto amigo te está besando en el cuello o lo mejor sería comiéndote el cuello. —su voz apenas se puede escuchar.

—¿Có..mo? ─musito.

—Ese día mando a un fotógrafo, para que estuviera esperando afuera de su casa, claro está que estuvo a más de cien metros, para que los censores de tu popular chico no lo sintieran.

Como es que sabían todo eso.

<<La entrevista>>

—¡No! Rafael no puede hacer eso, ya dejé a lado el tema con Jassel, no quiere que haga más grande esto. ─replique.

—No lo sé Mellea, pero el ya luce muy seguro de querer publicarlo cuanto antes, así que no te sorprendas al ver tu cara en una de las portadas de la revista. —dice rápidamente, quiero responderle, sin embargo, él ya había cortado.

¡Fuck!

El número de Jassel reluce en mis contactos, ya que está como "Jass" acompañado de un pequeño corazón, acaso no era patética, mi actitud.

Él había ordenado que borrará la entrevista de mi blog lo hice exactamente como lo pidió, pero tampoco la borré, simplemente no podía borrarlo, pero si lo di de baja en mi página de internet.

Pienso en el beso que me dio, gracia a eso, tengo sueños eróticos que me acogen desde ese día, soñar a Jassel dejando besos sobre mi cuerpo desnudo y susurrando palabras sucias dentro de ese momento placentero, estoy marcada por su maldito rostro precioso que tiene ese estúpido.

Cierro los ojos y mi mente va reproduciendo lo que soñé, o lo que siempre sueño desde ese momento.

─Ah, sigue. ─muerdo su brazo, cuando siento enterrarse profundamente en mí, mis uñas arañan su espalda.

Él acalla mis gemidos con un solo beso, nuestros labios parecen danzar en conjunto, muerdo su labio levemente.

Su mirada excitante de Jassel hace que me provoque sensaciones placenteras, sus sucias palabras hacen estragos en mí.

Cada centímetro de mi piel parecía estar en llamas, cada toque de sus manos contra mi cuerpo generaba querer más de él.

─Eres jodidamente deliciosa Mel, cada parte de tu caliente cuerpo me trae loco por completo, soy adicto a ti. ─dice cerca de mi oído, sus labios se acercan a mi cuello y van dejando besos, suaves mordiscos también acompañan.

Lleva uno de sus dedos a mi boca y yo entreabro mi boca, recibo su dedo dentro, me atrevo a morderlos suavemente, luego succiono despacio, porque la sensación de llegada me acoge, el pasa sus dedos acariciando mis labios.

Rodeo con mis piernas su cadera, el sigue embistiéndome con movimientos que hacen que explote de placer.

─Mm... me traes loco. ─habla, su voz sale ronca y seductora.

El separa mis cabellos rebeldes que se posan en mi cara y los pone detrás de mi oreja, se acerca a mí, porque yo me atrevo a decir:

─Eres... delicioso. ─susurro.

─Tú también que lo eres. ¡joder! ─exclama, sus ojos se cierran.

Mis manos se van directo a su abdomen, él me sonríe de manera juguetona, yo apenas y puedo sonreír en ese momento.

El lleva sus manos a mis pechos y los apretuja levemente, acerca sus labios y empieza a lamer mi piel, se encarga de darle la misma caricia a mis senos.

Y cuando todo parece acabar en un placentero clímax.

La luz del día me recuerda que todo fue un sueño, alejo mis manos de mi boca y tomo una gran bocanada de aire.

Tiro de mi camiseta para darme aire, llevo el torso frio de mi mano a mis mejillas calientes, amarro mi cabello en una cola, limpio mi sudor de mi frente.

Regreso la mirada en mi celular, pienso en marcar, pero mi hermana se aparece enseguida.

—¿Lo llamaras o no? —pregunta Alessia y luego se dispone a dar un gran mordisco en su manzana.

Niego frenéticamente y tiro el celular en el sofá.




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