Seducción irresistible.(parte 2)

Capítulo 20.

Claramente el sarcasmo y la ironía brillaban en nuestra pequeña conversación, sus ojos irradiaban enojo puro, dibuje una sonrisa cuando note que hizo una mueca.

Quite mi mano, porque este empezaba a ejercer presión, no quería que arremetiera contra mi paciencia, porque si no sacaría mi arma, enfundada en mi espalda.

No seas idiota eso es lo que quiere.

─No te preocupes Jassel, respeto las reglas de este lugar. ─lanza una amenaza.

Paso mi mano por mi mandíbula e intento no rechistar mis dientes, suelto una bocanada de aire, para así calmarme un poco.

─Lo mismo digo Vadim. ─suelto con total confianza, cosa que no le gusta ya que esta acostumbrado a que otros lo llamen por su apellido.

─Fui invitado de manera repentina a esta dichosa fiesta de clanes, no pensé encontrarme contigo, pero que sorpresas da la vida. ─confiesa con fastidio.

Aprieto los puños con fuerza, me limito a dar una sonrisa con la idea de fastidiarlo.

─Tan repentina ¿verdad?

─Si no hubiera esas estúpidas reglas, ya estuvieras muerto. ─habla con simpleza, mira a su hijo, el cual está concentrado en su celular, lo golpea en su pecho y recién logra llamar su atención.

─Ganas tampoco me faltan. ─arremeto.

Los ojos de Konstantin se desvían, su padre también hace lo mismo, la curiosidad de saber quien es influye en mí y también volteo a ver.

─Llego la mujer de Andreas Greco. ─susurra embobado Konstantin con la figura femenina.

Veo a una mujer salir de un taxi, sostiene su vestido para que le otorgue salir sin pisarlo y caer en el intento, encandila los ojos de Konstantin, realmente luce muy hermosa, se voltea y puedo reconocer a la hermana de Mellea.

Una segunda chica sale del auto, tiene el mismo color de vestido, aunque el modelo es distinto, deslumbra con elegancia, al caminar.

─Ella es toda una diosa padre, la quiero para mí. ─dice con descaro.

Su rostro se contempla y puedo notar como mi pulso se va elevando, ¡maldición!, noto a Konstantin morderse los labios, una sensación se instala en mi pecho.

Tapo el campo de visión y la sonrisa perversa de Konstantin se borra.

─Que asco saber que esta fiesta estamos con una calaña como tú. ─apunto a su hijo y el ruso solo encoje sus hombros restándole atención al comportamiento irrespetuoso.

La expresión de los dos son las mismas, doy media vuelta con la intención de irme, sin embargo, sus cuchicheos de secuestrar a Mellea hace que retroceda rápidamente.

Mis puños están ansiosos de aterrizar contra su mandíbula, pero me contengo de golpearlo, no sé de dónde saco las fuerzas necesarias.

Agarro de las solapas de su camisa y miro directamente a sus ojos.

─ ¡Escúchame bien imbécil! a una mujer se le corteja primeramente sin rebasar los límites y se hace dichoso de su cariño con esfuerzos, no se le obliga a querer estar con alguien si así ella no lo desea. ─suelto su camisa y su padre se ocupa de que sus hombres no se vayan contra mí.

Acomodo mi traje, fijo la vista en mi reloj.

─Creo que es hora de entrar. ─los miro de reojo.

Camino hacia la entrada de la fiesta, a lo lejos puedo percibir a Mellea, alguien me jala como una serpentina, volteo a mirarlo y es mi hermano Adler.

─No te muevas de aquí ya empezara la ceremonia. ─se acerca a mi oído.

La mirada de confusión se refleja en Dylan, el cual esta señalando a Mellea.

─Señalar es malo Dylan.

─Creo que la señorita a la que apunta nuestro hermano es con la que saliste ¿no? ─dice Adler.

Me quedo en silencio, para no responder.

─El que calla otorga. ─responde Dylan y estos dos se chocan la mano como si fueran pequeños.

─Pe-ro... pero ¿Qué?

─ ¿Te gusta? ─Adler me inca con sus dedos en mi mejilla, me remuevo en el asiento.

─No es así.

La ceremonia de esto comienza se menciona a la familia Greco, más conocida como la "familia unita" los italianos, los cuales se están uniendo al "circulo", dirán que es el círculo, pues es como una facultad de mafiosos de distintos lugares, esta vez se están uniendo los italianos y rusos, no cualquiera puede ser llamado a esto ya que tienes que tener un rango alto en lo que haces.

Andreas Greco al parecer se desistió de aceptar la oferta de unirse, tuvieron que pasar años para que lo aceptara.
La fiesta se torna mas divertida cuando aparece la competencia de Vadim Egorov, otra familia rusa, el líder de esta es un jovencito que apenas parece bordear los veinte años "Maksim Smirnov", pero el aspecto que emana este muchacho es el de peligro, su rostro luce con total seriedad, tiene una cicatriz es la parte de su cejas.

Ya entiendo el porqué de su interés en el jodido USB, quiere obtener alianzas al costo de chantaje, para derrotar a su joven competencia.

En el termino ya de esa ceremonia de bienvenida de los "Greco", me pongo de pie y busco a los que deben un favor o a los que pueden estar interesados en lo que tengo.

Nada es gratis en este mundo.

─En este USB están todos los documentos relacionados al fraude y desfalco que has dejado al pasar de los años. ─entrego el pequeño dispositivo aun hombre francés ya de edad.

─Te entregare mi mansión de Francia, esta valorizada en millones de dólares, además cuenta con una protección y seguridad tecnológica garantizada. ─empieza a decir, escribe a alguien y luego se encarga de poner mi nombre en un título mobiliario.

─Es un placer hacer negocio contigo, aunque me debes mas que esa casa.

─Depositare en tu cuenta lo que te debo. ─dice

─En fin es un gusto nuevamente hacer planes Bruno.

El hombre guarda el USB y se va con su acompañante.

Andreas Greco esta a mi costado, lo miro de reojo, el extiende su mano.

─Tu eres Jassel, el hombre quien tiene algo que me interesa. ─inquiere.

─Es cierto Andreas.




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