Seducción irresistible.(parte 2)

Capítulo 26

Grecia

Siento un peso leve en mi cintura, volteo a ver, sus pestañas son largas y rizadas, luce tan calmado, no parece ser el hombre que es cuando está furioso.

Paso el torso de mi mano por su rostro, siento la necesidad de entrar en ese pequeño espacio que queda y rodearlo con mis brazos, no puedo evitarlo y entierro mi cabeza en su pecho.

Él se remueve un poco y termina despertando, mueve las mantas que lo abrigan y se levanta de cama sin mirar atrás, se empieza a sacar la ropa y lo avienta a un cajón que está abierto, entra al que parece ser el baño.

¿No se dio cuenta de mí o qué?

Entro al baño y me quito la ropa, lo escucho llorar.

¿Llorar?

Me acerco a la ducha, él está de espalda, esta temblando, la preocupación se centra en mí, tocó su hombro, pero no parece hacer caso a mi toque.

Luce desorientado, al parecer tuvo una pesadilla.

Lo jalo del brazo y puedo verlo a los ojos, los cuales están rojos, tocó su rostro, pero el se aleja de mí, mi corazón hace un revuelo de dolor.

¿Yo soy la causante?

Se limpia las lágrimas y pienso en marcharme por su distanciamiento, necesita espacio para pensar ¿Tal vez?

El me jala para atrás y me arrincona contra la pared, lo miro directamente a los ojos tratando de descifrar lo que está sucediendo, pero no parecen aclararme nada, no puedo descifrarla a pesar de que intenté, es en vano.

Sus manos acarician mi rostro luego acaricia mis labios con sus dedos, el ambiente comienza a tornarse más cálido y encendido, se acerca rápidamente a mi boca.

Me arrincona nuevamente contra la pared, sus manos reposan en mi cintura.

—No quiero perderte. —acaricia mi espalda y va descendiendo poco a poco.

Niego y tocó su rostro.

—Estare aquí contigo.

Siento un remolino crearse en mi estómago, tengo miedo de entregarme por completo.

—No lo harás, pero ahora te estoy dando el poder de destruirme por completo por el sólo hecho de quererte, si tengo que irme lo haré, no me voy a aferrar si es hora de decir adiós lo haré.  —susurro.

Él se muestra seguro de si mismo cuando habla.

—Te prometo que no destruiré esa confianza que depositas en mi. —dice

No es confianza es algo más fuerte que eso.

—No lo hagas, por favor. —deja un beso en el torso de mi mano.

Voy descendiendo por su torso desnudo y acaricio sus abdominales, muevo mi cabello hacia un lado y lo sostengo, pero Jassel sostiene mi cabello.

Paso mis manos alrededor de su falo y  nuevo de manera lenta, paso mi lengua por todo el largo y luego hago más fricción de arriba hacia abajo, vuelvo a lamer y succionar.

Quito mi boca y miro hacia arriba para verlo a los ojos los cuales están cerrados, siento su cuerpo temblar, la llegada está próxima, pero él no deja que termine y poder acabar con lo que empecé.

Me pone de pie y levanta una de mis piernas las cuales lo coloca en su hombro, se arrodilla ante mi y no es para pedirme matrimonio, siento su cálida lengua pasar por mi botón de placer, empieza a hacerlo más rápido, acompaña el juego con los dedos, los cuales los mueve increíblemente, muerdo mis labios para callar los gemidos, no me gusta ser ruidosa, pero con él descubrí que no se puede.

Me voltea y estrecha en la puerta de vidrio de la ducha, siento frío al tocar la puerta, todo eso parece esfumarse cuando él se adentra en mi interior, eleva mi mentón y empieza a devorar mi boca, muerdo sus labios al notarlo más dentro.

Sus embestidas no son como lo fueron ayer, son totalmente distintas, estás son calientes y duras, eleva una de mi piernas para poder tener más control sobre mí, quiero protestar, pero no puedo hacerlo, lo hace tan bien.

—Lo haces tan bien ¡Carajo! —susurro muy cerca a sus labios.

Él dibuja una media sonrisa que dura unos pocos segundos, me encanta verlo así de feliz y de esta manera ¡Es lo mejor!

Sale de mi interior y yo volteo a verlo confundida, pero eso no dura mucho ya que me carga en sus brazos y vuelve a sumergirse en mi interior.

¡Lo estoy disfrutando y mucho!

Me sujeto de su cuello, pero él igualmente me tiene sujeta de la cintura, sus embestidas parecen tomar más velocidad y fuerza, siento mi cuerpo temblar de placer, él se deja venir dentro de mí.

—¡Jassel! No debiste hacerlo. —exclamo con frustración, a lo que él vuelve arremeter contra mí ya que todavía sigue en mi interior.

Me baja de sus caderas y el agua comienza a correr cuando el vuelve abrir la ducha, él sale antes que yo del baño, halo la toalla de la repisa y me envuelvo el cuerpo.

Salgo del cuarto del baño y veo la cama, hay varias bolsas de ropa sobre ella, en la mesita de noche hay una cajita de pastillas del día siguiente, tomó el agua con la pastilla, miró alrededor y Jassel no está en ningún lado cuando salgo a revisar la casa, los ruidos me llaman la atención y comienzo a bajar hacia lo que parece ser un sótano.

Tiene un panel digital para poner la mano, empiezo a tocar la puerta y escucho su voz a través.

Me abre lentamente y puedo verlo, abro los ojos asombrada por lo que veo, todo está rodeado de computadoras modernas y de hombres de seguridad en cada esquina.

—Sinceramente hiciste un buen intercambio al recibir está casa. —le digo mirando alrededor del cuatro.

Tiro un grito y el se ríe por eso.

—Esta sala fue hecha para proceder con las torturas y estar atentos a los enemigos.

—Esta increíble, quiero hacerte torturas aquí también. —lo digo con doble intensión, pero hago una cara de inocente para disimularlo.

Él me jala contra él, rodea mi cintura y deja un beso en mi frente lo que me provoca sensaciones raras en el estómago.

¡Maldición, esto no lo sentí nunca!

Antes solía ser más gris con todo, pero con él puedo ser yo sin importar nada, desde el primer día.

Sin embargo me muestro sínica al empujarlo y decirle que no me gustó cuando en realidad me encantó y fascinó.




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