Seduce al jefe

Capítulo 9

─Claro que sí, le confirmare mañana para la fecha del banquete, recibirá un correo mío mañana temprano ─Se que no me está viendo, pero aun así sonrío ante la llamada─, bonito día Señor Cazares. Y cuide su resfriado.

─Gracias a ti Adele, has sido muy amable ─Y vaya que la llamada había sido larga─, bonito día para ti y me saludas a Cameron.

El primer día no había recibido muchas llamadas, el segundo día hubo más llamadas, pero nada que no se pudiera resolver, en su mayoría las atendió Cameron, por lo que no hubo problema. Pero el tercer día, lo que viene siendo hoy, el teléfono no había dejado de sonar desde que había llegado, y si han pasado poco más de tres horas y en toda la mañana he estado al teléfono.

─Toma Adele ─Una chica de cabello castaño, no más alta que yo, se acerca a mí a darme unos papeles─. Son para la junta de mañana, el jefe pidió que los terminara antes de la hora de la comida, ¿Podrías entregárselo?

Y mientras tomaba la carpeta, puedo ver de reojo como ella intenta ver por la ventana de Cameron. Veo que tenemos otra admiradora del jefe Hall. Acomodo los papales junto a los que revisaré a continuación.

Recargo mis codos al escritorio y coloco mi cabeza ladeada sobre mis manos, curiosa de la chica que tengo enfrente de mí que no se ha movido.   

No la culpo.

Un hombre trabajador, joven, y sobre todo guapo siempre estará en la vista de cualquier mujer, soltera, y tal vez ni tan solteras. No culpo a Liz por caer en su encanto visual. Pero al no ser un hombre con mis gustos, lo único que puedo aceptar es que es bastante atractivo y que brilla mucho. A su manera, pero brilla por ser un hombre atractivo.

Carraspeo un poco la garganta.

─¿Necesitas que te ayude con algo más? ─Era una gran desventaja que aquella chica lo hiciera tan obvio.

─Nada más, gracias, Adele ─Las personas recordaban mi nombre con facilidad, mientras que yo no podía conseguirlo, el recordar los nombres no era lo mío.

Abro la carpeta y veo los papeles, la junta de mañana se trataría de la campaña del mes, era lo que Santiago había explicado en la mañana. Eran las propuestas de las colaboraciones que iba a tener Elladice! En cuestión de compañías que aparecerían en la revista a lo largo del mes.

Tendríamos colaboraciones con restaurantes importantes, con compañías de perfume, lugares de sesiones de fotos, línea de maquillaje nuevas y sobre todo colaboraciones con “influencers” de maquillaje de YouTube y TikTok. Este mes iba a estar muy enfocado en la zona de “Make-up” y el impacto de este en redes sociales.

No hubiera imaginado que la sección de Relaciones Publicas podría encargarse de este tipo de cosas, pero no me extraña ya que ellos tienen que cerrar tratos con otras compañías para poder realizar la campaña. Por lo que Santiago comentó ayer, la sección de redacción manda que desea para la quincena y la sección de relaciones públicas busca a las mejores oportunidades de colaboraciones, para que se vaya a la sección de mercadotecnia y buscar una buena imagen, después regresa a la sección de ideas y trabajan edición con redacción. Claro todo esto pasa por otras áreas en todo el edificio, pero básicamente es eso.

Las marcas y lugares son conocidos, la campaña del mes será muy interesante de ver y sobre todo de leer.

El presupuesto es alto, pero me imagino que la empresa podría con ello, aunque tal vez en lugar de lanzar todo en la revista quincenal podían dirigirlo más a la mensual que debería de ser más importante. Es algo que he notado en los últimos meses de Elladice!, que tratan de abarcar tanto en una revista quincenal, que la han llegado a saturar un poco más de lo normal. Aun así, no me molestaba, pero si había notado esa diferencia, había notado los cambios como estos en los últimos meses.

El teléfono empieza a sonar y regreso a mi realidad.

Correos llegaron sin parar, sobre todo documentos mandados por otros empleados. Muchos tenían que ser renviados a mi correo para comprobación de que hayan llegado de manera correcta.

Más llamadas, más documentos por ver y leer.

***

La hora de la comida había pasado volando, la mayoría se juntaba en el comedor principal, pero todavía no me acostumbraba mucho, así que vine a la terraza del último piso. No había nadie y no los culpaba, a esta hora del día estaba en su mero esplendor el sol y no había ninguna sombra para poder cubrirse de él. Digo, ¿A quién demonios se le ocurre poner bancas y pasto falso en la terraza, pero no se les ocurre poner una sombrilla o algo similar? Ilógico, o simplemente no pensaban en el cuidado de la piel de los empleados.

Tomo mi lonchera, puede parecer infantil, pero es bastante útil y no me importa cargar con ella. Me hace recordar a mi mamá que siempre se llevaba su lonchera al trabajo, la mía es un poco más pequeña que me cabe en mi bolso y no hay problema, pero la de ella era más grande de lo esperado o eso es lo que puedo recordar. Después de su muerte tire muchas cosas de mis papás.  

Jalo la puerta para salir, estoy en mi límite de tiempo para regresar. Pero esta se abre con una fuerza que no esperaba.

Grito mientras doy unos pasos hacia atrás, estoy segura de que perderé el equilibrio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.