Sedúceme Despacio (editando)

Houston, La Ciudad De La Pasión

Theodore. 

—¡Tranquilízate! ¿Quieres? —su voz resonó en mi cabeza sin mucho éxito en su cometido—. Estás muy nervioso, cariño. —Patricia acarició mi cabello dejando un suave beso sobre mi mejilla, sus bonitos ojos azules me transmiten seguridad. 

—Estoy preocupado por ese par, David no podrá controlarse al encontrarse cara a cara con ese bastardo —¡Bonita sorpresa la de Carlton!—. Además es la primera vez que Hannah cubre una entrevista, ¿O no recuerdas lo que esa mujer le hizo decir a la antigua asistente de Presidencia? —Hace unos años esa inexperta mujer se dejó engañar delante de esa encimada periodista, la imagen de David quedó manchada tras declarar el desfile de mujeres que pasaron por su oficina aquel año. 

—Hannah no es una inexperta, es bastante inteligente para dejarse engañar por esa mujer. En cuanto a David, ni tú ni tu padre iban a evitar que Carlton decidiera hacerse cargo del puesto que le corresponde por herencia. —Respondió, con voz serena. Tenía la impresión de haber dejado que este asunto se me escapara de las manos, cómo no me he podido percatar del complot que este par de infelices están planeando a nuestras espaldas. Sarah Oxborn y Carlton Lacroze no traen más que penurias a nuestra familia. 

—Pat, ¿Cuándo quieres que le digamos a mis padres sobre nuestra relación? —Esquivo de manera olímpica las dudas sobre mi mente, mi novia parece quedar de piedra al serle mencionado el tema de la presentación. Han pasado meses desde nuestra primera cita, formalizar nuestra relación ha sido lo que estaba esperando finalmente. 

—Theodore, cariño —Titubea, adorablemente nerviosa—. Tu madre es un encanto y tu padre es admirable, pero no es lo mismo presentarme como tu secretaria que presentarme como tu pareja formal. —Sonrió. 

Enciendo la pantalla del computador y busco la página que la empresa nos había comunicado que transmitiría la entrevista. Patricia toma asiento a mi lado entrelazando nuestras manos con cariño y he tenido muy en cuenta su naturalidad al hacerme sentir tan seguro de mí mismo, esa calidez que transmite su linda personalidad. Quedé prendado desde la primera vez que la vi en el ascensor, estaba tan ansiosa por la entrevista que le haría en mi despacho, sus ojitos pizpiretos me miraban con cierta admiración. Su inteligencia, su audacia, su alegría innata eran los pequeños detalles que me generaban una gran felicidad día a día. 

—¡Buenos días, América! Es un placer presentar en esta ocasión a una de las herederas más importantes del comercio Alemán —la voz sarcástica de la entrevistadora me pone los cabello de punta, el cámara por su parte enfoca a Hannah quien se muestra impecable—. Señorita Horch, ¿Cuál ha sido su principal propósito al adquirir la Vicepresidencia de la Volkswagen? —Consulta. 

—Mi objetivo durante los últimos años ha sido adquirir la experiencia suficiente para reclamar el puesto que me corresponde por herencia, me he dedicado a seguir de cerca la carrera de David y Theodore Lacroze. Ciertamente llegué a la editorial con una muy baja expectativa en cuanto a oportunidades , y sin embargo, mis conocimientos enteramente se los debo a este par de hombres. 

—Los hermanos Lacroze son dos mundos muy diferentes, Theodore es conocido como un hombre justo y educado, posiblemente la contraparte de su hermano. David Lacroze es un hombre de reflectores, arrogante y seductor ¿Qué tan ciertas son estas especulaciones? —¡Ya se estaba tardando bastante!

—Por mucho que piensen que exista una tensión entre los hermanos, la realidad es que ambos han sido un pilar importante para la gestión de la empresa. Independientemente de sus propias personalidades, considero que son dos empresarios que han elevado el nombre de la multinacional Lacroze Publisher. 

—Nana es bastante buena, te has metido con la mujer equivocada. —Susurra Pat, emocionada. Ciertamente Hannah tenía bastante determinación e incluso en momentos de presión, su profesionalidad sale a relucir. 

Empiezo a comprender la admiración que le tienes, Dave. —Afirmo con certeza. 

—Los grandes empresarios han cuestionado duramente sus métodos de negocios, Jonathan Meyers ha comentado para la revista que las estrategias que ha utilizado Lacroze Publisher no son optimas para un mercado tan competitivo —desconcertada busca las palabras que logren desestabilizar a Hannah—. Y cito, "David Lacroze es un principiante, tiene camino por recorrer y es de esperarse que tome riesgos tan desequilibrados"

—Mi padre suele decir que una vida sin riesgos es como un juego sin estrategia. No hay manera de saber lo que pasará si no se arriesga las piezas indicadas —calla a la periodista con una simpleza admirable—. Los antiguos empresarios han crecido en el mercado con base a las técnicas que se les han sido enseñadas, y sin embargo, David Lacroze ha creado sus propias conclusiones y actúa con forme a éstas. —Finaliza.

—Muchos han sido los comentarios de las revistas, el CEO de la editorial más grande del país ha sido un verdadera casanova. Muchos de nuestros seguidores tienen una duda frecuente, ¿Cuántas mujeres han pasado por la vida de David Lacroze? —Hannah la mira con cierto desprecio, soy testigo detrás de la pantalla. Su seria expresión y análisis me lleva a una conclusión, esa mujer está caminando sobre terreno peligroso.

—La vida personal de nuestros colaboradores no afecta a los negocios en lo absoluto, por lo que considero su pregunta fuera de nuestro contexto.

—Las fuentes cercanas al CEO, han notado una cierta cercanía en ustedes dos. Un Presidente con un carisma inigualable y una heredera fantasma, ¿Su relación es verdaderamente profesional? —Pincha con insistencia, esta logrando que Hannah pierda el control. Puedo notar como aprieta los puños con cierto disimulo, su mandíbula está tensa y su mirada helada.

—Los rumores siempre serán rumores en la ciudad de los Ángeles, ciertamente es lo que alimenta nuestra imagen. Las personas pueden seguir creyendo las historias que las revistas crean para sus espectadores, ustedes únicamente consiguen que se hable más de nosotros. —Ataca con firmeza, provocando que la periodista quede muda ante su respuesta. Una sonrisa de satisfacción se dibuja sobre nuestros rostros orgullosos de la pequeña Nana.




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