"Seducida por la Bestia (saga Charmed #1)"

Capitulo Catorce

¿Querían acción?
¡Allí la tienen!

 

 

Se que había dado mil y una razones para no estar aquí hoy, pero por desgracia no pude, aunque tampoco quise quedarme en casa comiendo cereales de la caja como lo había hecho durante el último par de días.


Pero es que desde que abrí los ojos la mañana anterior no he parado y lo mejor de todo es que no me arrepiento de absolutamente nada. Y ya no me importaba el que papá no estuviese conmigo en estos momentos, porque tenía una parte de el conmigo en estos momentos, y no hago referencia a una prenda o a un collar, me refiero al mensaje que adornaba la bandeja de entrada de mi correo electrónico y el cual gracias a la conmovedora, al menos para mi lo fue, saqué una copia y lo llevo conmigo en estos momentos. No pude evitar sacarla una vez más y releer su contenido mientras esperábamos a que el decano finalizara con su discurso de disculpa por el retraso que se ha presentado.

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Para: PalaceSimone06@gmail.com
De: PalaceBrazil_960@gmail.com
Asunto: Familia

Hola pequeña doldado, me ha sorprendido tu correo en respuesta. No tengo mucho tiempo así que iré al grano. Estoy orgulloso de ti pequeña y siempre supe que lo lograrías, aunque no lo pareciese en nuestras charlas familiares tu hermano y yo prestábamos atención a cada una de tus palabras y me llenaba de felicidad el saber que estabas haciéndote de lo que te hace feliz.
Felicidades por haber culminado esta etapa de tu vida y lo siento por no poder compartirlo contigo pero nunca olvides que aunque no sea el mejor padre te amo mi pequeña amazonas.

Atte.: T. C. Brazil Palace

Pdta.: Espero que te haya gustado el regalo de parte de la familia. En cuanto acabe con este servicio iré a pasar un par de días contigo y quien sabe, tal vez nos vayamos de juerga y podamos conseguir a alguien para ti.
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-Ya encontré a ese alguien- me dije una vez mas. Pero no me sentía molesta ni melancólica al respecto, solo quería respuestas.

No importa la cantidad de veces que lea esto último. Siempre me saca una sonrisa. De los tres hijos de mi padre, además de ser la primera en ver mas allá de un uniforme militar  soy la única en aguantar el trote de una noche de birras con mi padre.

¿Sasha y Riley?
Son jugo de piña al lado mio.

Nunca he dicho que tenía mala relación con mi padre, solo que a veces discrepamos en cuanto a algunas cosas pero fuera lo que fuera después de un tiempo fuera lo que fuera ya no tenía importancia.

Doblo la nota en 16 partes iguales y la vuelvo a meter dentro de los bolsillos invisibles de mi vestido.

¿Que por que no llevaba la toga puesta aún?

No estábamos en posición, al parecer hubo un pequeño problema con las estructuras y estaba a punto de solucionarlo.

- ¡Eh, Simone!- escucho una voz muy conocida pero no se identificar la dirección de la cual procede sino hasta medio minuto después.

Cuando lo hago veo a Lihuén caminar hacia mi con un precioso vestido rojo con corte tradicional chino, detalles dorados y una sonrisa en el rostro. Inmediatamente corro con lo que me permiten los tacones hacia ella y la abrazo.

-Mírate mujer, estas preciosa - es lo primero que digo al poder darle un vistazo completo y al llegar a su cabello mi sorpresa crece aun mas - ¿son esos acaso palillos chinos? ¡Oh mi Dios! Finalmente te veo haciéndole honores a tu cultura.

- Nah, no es para tanto. Lo que si es alucinante es que te hayas puesto un vestido hoy. Estas bellísima.

Por cosas así son las que quiero a Lihuén. No tenía intenciones de ve ir y ella me ha soltado todo un discurso motivacional dandome razones para si hacerlo, aunque solo fuera de la mano de Molly y es que no me había puesto a pensar en ella. Fue un gran apoyo durante los últimos siete años, incluso desde antes que eso y le debía un par de fotos bonitas así que me decidí finalmente. Si, hay que admitir que esta vez me ha convencido.

Media hora mas tarde, luego de charlar con ella y algunos conocidos mas de la facultad nos encontrábamos todos sentados en nuestros respectivos lugares y en espera de nuestro turno para ir a por nuestro título. En total nos recibíamos 336 profesionales de diferentes carreras y facultades.

Para cuando fue mi turno el público estalló en aplausos y aún siendo afroamericana estaba segura de que el rubor se había extendido por mis mejillas. Sabía por que el alboroto y me hizo sentir bien.

Era porque a la gran mayoría de los estudiantes de ciencias de la salud les había ayudado a pasar al menos un examen mediante las clases de estudio dirigido. Y no puedo ser modesta con esto, me gusta saber que pude ayudar a mas de uno. No como otros individuos que se toman todo como una competencia. Amaba mi carrera y amaba ayudar a los demás.

Luego de haber tomado mi diploma y haber posado para algunas fotos tomé asiento y una extraña sensación me invadió.
Me sentía incómoda e incluso observada y traté de restarle importancia, lo juro, pero hubo un pequeño instante en el que fijé la mirada en el podio de cristal y en ese momento mi corazón se detuvo.




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